GÉNESIS 3

El pecado y sus consecuencias

1La serpiente, el más astuto de todos los animales del campo que Dios, el Señor, había hecho, entabló conversación con la mujer diciendo:[#3,1: Este animal era un símbolo de la sabiduría y de los poderes mágicos en el Oriente antiguo donde se la consideraba como prototipo de astucia (ver Mt 10,16). La serpiente sirve aquí, en cierta forma, de disfraz a un ser hostil a Dios y enemigo del género humano, y en el cual primero el NT y luego toda la tradición cristiana reconocen al diablo. La serpiente pasó a ser en el mundo cristiano símbolo de la tentación externa al ser humano (Jn 8,44; Ap 12,9; 20,2 ).]

— ¿Conque Dios les ha dicho que no coman de ningún árbol del jardín?

2La mujer le contestó:

— Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín;

3únicamente nos ha prohibido comer o tocar el fruto del árbol que está en medio del jardín, porque moriríamos.

4Pero la serpiente replicó a la mujer:

— De ninguna manera morirán.

5Dios sabe que, si un día comen, se les abrirán los ojos y serán iguales a él: conocerán el bien y el mal.[#3,5: Ver nota a 2,9.]

6Entonces la mujer se dio cuenta de lo hermoso que era el árbol, de lo deliciosos que eran sus frutos y lo tentador que era tener aquel conocimiento; así que tomó del fruto y comió, dándoselo seguidamente a su marido que estaba junto a ella y que también comió.

7En aquel momento se les abrieron los ojos y descubrieron que estaban desnudos, por lo que entrelazaron unas hojas de higuera y se taparon con ellas.[#3,7: Ver nota a 2,25.]

8Cuando el hombre y su mujer sintieron los pasos de Dios, el Señor, que estaba paseando por el jardín al fresco de la tarde, corrieron a esconderse entre los árboles del jardín para que Dios no los viera.

9Pero Dios, el Señor, llamó al hombre diciendo:

— ¿Dónde estás?

10El hombre contestó:

— Te oí en el jardín, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.

11Entonces Dios, el Señor, le preguntó:

— ¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?

12El hombre respondió:

— La mujer que me diste por compañera me ofreció de ese fruto y yo lo probé.

13Entonces Dios, el Señor, preguntó a la mujer:

— ¿Por qué hiciste eso?

Ella respondió:

— La serpiente me engañó y comí.

14Entonces Dios, el Señor, dijo a la serpiente:

— Por haber hecho esto,

maldita serás entre todos los animales,

tanto domésticos como salvajes.

De ahora en adelante te arrastrarás sobre tu vientre

y comerás polvo toda tu vida.

15Pondré enemistad entre tú y la mujer,

entre tu descendencia y la suya.

Su descendencia te aplastará la cabeza,

y tú le morderás el talón.

16A la mujer le dijo:

— Multiplicaré sobremanera

las molestias en tus embarazos,

y con dolor parirás a tus hijos.

Tendrás ansia de tu marido

y él te dominará.

17Al hombre le dijo:[#3,17: En realidad, el texto hebreo no lleva artículo, como si se tratase ya de un nombre propio; cabría por tanto traducir: (así lo hace alguna traducción).]

— Como hiciste caso a tu mujer

y comiste del árbol del que te prohibí comer,

la tierra va a ser maldita por tu culpa;

con fatiga sacarás de ella tu alimento

durante todo el tiempo de tu vida;

18te producirá espinos y cardos,

y comerás hierba del campo.

19Te ganarás el pan

con el sudor de tu frente,

hasta que vuelvas a la tierra

de la cual fuiste formado,

pues eres polvo,

y al polvo volverás.

20El hombre puso a su mujer el nombre de Eva porque ella sería la madre de todo ser viviente.[#3,20: Estamos ante una especie de etimología popular, pues en hebreo el nombre y la palabra que significa o tienen un sonido semejante.]

21Dios, el Señor, hizo para el hombre y su mujer ropas de piel, y los vistió.

22Después, Dios, el Señor, se dijo: “El ser humano es ya como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; para ser inmortal sólo le falta extender la mano y comer del fruto del árbol de la vida”.[#3,22: Este árbol había sido mencionado anteriormente (2,9) junto al árbol del conocimiento del bien y del mal. Aquí se le menciona de nuevo como símbolo de la inmortalidad cuya búsqueda está inscrita en el corazón del ser humano, pero alcanzarla está fuera de sus posibilidades, pues la inmortalidad es exclusivamente un don divino. (Ver Ap 22,14). Por otra parte, este pasaje de Gn parece revestir un tono claramente irónico.]

23Así que Dios, el Señor, lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase la tierra de la que había sido formado.

24Y después de expulsarlo, puso al oriente del jardín de Edén a los querubines y a la espada llameante que se revolvía hacia todas partes para custodiar el acceso al árbol de la vida.[#3,24: Misteriosos personajes que en la iconografía asirio-babilonia eran representados como seres alados (Ex 25,28), y se los consideraba en el antiguo Oriente como guardianes de los templos y de los lugares sagrados.]

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain