PROVERBIOS 1

Título y programa

1Proverbios de Salomón, hijo de David y rey de Israel.[#1,1: El recurso a la pseudonimia es habitual en el AT y en la literatura judeocristiana extrabíblica. Salomón aparece en la tradición israelita como autor de otros libros sapienciales (Eclesiastés, Sabiduría), seguramente por influencia de 1 Re 5,12.; #10,1; 25,1; Ecl 1,1; Ct 1,1.]

2Han sido reunidos para conocer sabiduría y educación,[#1,2: El término hebreo tiene connotaciones pedagógicas de corrección e instrucción incluidas en el ámbito más amplio de la educación familiar.]

para entender expresiones inteligentes,

3para adquirir la educación adecuada:

justicia, derecho y honradez;

4para enseñar agudeza a los ignorantes,

conocimiento y discreción a los jóvenes;

5—el sabio atiende y aprende más,

el inteligente adquiere maestría—;

6para entender proverbios y refranes,

los dichos y enigmas de los sabios.

7Respetar al Señor es el principio del saber,[#1,7: Lit. No se trata de una actitud reverencial negativa, sino de una actitud positiva de veneración, respeto, fidelidad. En el ámbito sapiencial contribuye a definir la llamada sabiduría religiosa.]

pero los necios desprecian la sabiduría y la educación.

I.— PRIMERA COLECCIÓN SALOMÓNICA (1,8—9,18)

Sobre las malas compañías

8Hijo mío, atiende a la educación paterna

y no olvides la enseñanza materna,

9pues serán corona preciosa en tu cabeza,

collar alrededor de tu cuello.

10Hijo mío, no consientas

cuando los malvados intenten seducirte.

11Tal vez te digan: “Acompáñanos

a poner trampas mortales

asaltando a inocentes por diversión.

12Nos los tragaremos vivos como el abismo,[#1,12: Lit. Ver VOCABULARIO BÍBLICO. En otros lugares se ha traducido por]

enteros como los que caen al hoyo.

13Conseguiremos un montón de riquezas

y llenaremos nuestras casas de despojos.

14Comparte tu suerte con nosotros

y haremos un fondo común”.

15Hijo mío, no sigas sus caminos

y aleja tus pasos de sus sendas,

16porque corren disparados hacia el mal

y van decididos a derramar sangre.

17¿No ves que es inútil poner trampas

a la vista de los pájaros?

18Se ponen emboscadas a sí mismos,

atentan contra su propia vida.

19Ese es el destino de la avaricia:

quienes la practican no viven.

Primer pregón de la sabiduría

20La sabiduría pregona por las calles,

alza su voz en las plazas;

21grita por encima del tumulto,

ante las puertas de la ciudad anuncia su pregón:

22“¿Hasta cuándo los ingenuos amarán la ingenuidad,[#1,22: La expresión hebrea va más allá de una ingenuidad inocente, pues delata una actitud interesada, y por tanto culpable, de carencia de sabiduría.]

los insolentes disfrutarán con la insolencia,

los necios odiarán el saber?

23Atiendan a mis advertencias:

les transmitiré mi espíritu

y les explicaré mis dichos.

24Los llamé y no hicieron caso,

les tendí la mano y nadie atendió;

25despreciaron todos mis consejos

y rechazaron mis advertencias.

26También yo me reiré de su desgracia,

me burlaré cuando los invada el pavor;

27cuando les llegue como huracán el terror,

cuando les sobrevenga la desgracia como vendaval,

cuando les lleguen los problemas y la angustia.

28Entonces me llamarán y no responderé,

me buscarán y no me encontrarán.

29Porque odiaron el saber

y no quisieron respetar al Señor;

30porque no aceptaron mis consejos

y despreciaron mis advertencias,

31se comerán los frutos de su conducta

y quedarán hartos de sus planes.

32Su propia rebeldía matará a los ingenuos

y la autosatisfacción perderá a los insensatos.

33Pero el que me preste atención vivirá seguro”.[#3,23; Sal 25,13.]

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain