SALMOS 30

SALMOS 30

A ti clamé y me curaste

1Señor, te alabaré porque me has salvado

y no has dejado que mis enemigos se burlen de mí.

2Señor Dios mío, a ti clamé y me curaste.[#6,2; 41,4.]

3Señor, me libraste de ir al reino de los muertos,

me devolviste la vida cuando agonizaba.

4Canten al Señor los que le son fieles,

alaben su santo nombre,

5pues es pasajera su ira y eterna su bondad:

quien de noche se retira llorando,

por la mañana es un clamor de alegría.

6Yo, sosegado, decía: «Nunca más sucumbiré».[#15,5; 16,8.]

7Señor, tu ayuda me exaltó cual monte poderoso,

pero ocultaste tu rostro y sentí miedo.

8A ti, Señor, clamo; a mi Señor suplico.

9¿Qué provecho hay en mi muerte,

en que yo baje a la tumba?

¿Podrá alabarte el polvo?

¿Anunciará él tu fidelidad?

10¡Escucha, Señor, ten compasión de mí;

Señor, ven en mi ayuda!

11Convertiste mi llanto en danza,

me despojaste del luto, me vestiste de fiesta

12para que te cante sin callar nunca;

Señor, Dios mío, te alabaré por siempre.

La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain