San Juan 13

San Juan 13

Jesús lava los pies de sus discípulos

1Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la hora de que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.[#13.1 Según Jn, la fiesta de la Pascua se celebra después de la muerte de Jesús. Cf. Jn 18.28; véanse también Jn 19.14 n. y 19.31 nota.; #13.1 Véase Jn 2.4 nota.; #13.1 es decir, hasta la muerte y hasta el grado máximo.]

2-3-4El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura.[#Jn 16.28.; #13.2-4 Jn 3.35; 10.18; cf. también Mt 11.27; 28.18; Lc 10.22.; #13.2-4 Aunque esta cena coincide en varios aspectos con la cena de Pascua narrada en los sinópticos (Mt 26.17-29 y paralelos), en Jn no tiene el carácter de cena de Pascua (véase 13.1 nota).]

5Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.[#13.5 Lavar los pies a su señor era oficio reservado a los esclavos no judíos. Cf. 1 S 25.41.]

6Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, este le dijo:

—Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?

7Jesús le contestó:

—Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.

8Pedro le dijo:

—¡Jamás permitiré que me laves los pies!

Respondió Jesús:

—Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.

9Simón Pedro le dijo:

—¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!

10Pero Jesús le contestó:

—El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.

11Dijo: «No están limpios todos», porque sabía quién lo iba a traicionar.

12Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo:

—¿Entienden ustedes lo que les he hecho?

13Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy.

14Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.[#13.14 Además del ejemplo de humildad y servicio fraterno (cf. 1 Ti 5.10), puede verse en este gesto una indicación simbólica de la humillación y entrega de Cristo hasta la muerte (cf. Flp 2.6-8).]

15Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho.[#13.12-15 Mt 20.26-28; Mc 10.43-45; Lc 22.26-27; Flp 2.5-8; 1 P 2.21.]

16Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía.[#13.16 Mt 10.24; Lc 6.40; Jn 15.20.]

17Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos.

18»No estoy hablando de todos ustedes; yo sé quiénes son los que he escogido. Pero tiene que cumplirse lo que dice la Escritura: “El que come conmigo, se ha vuelto contra mí.”[#Sal 41.9 (10).]

19Les digo esto de antemano para que, cuando suceda, ustedes crean que Yo Soy.[#13.19 Véase Jn 8.24 n.]

20Les aseguro que el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.»[#13.20 Mt 10.40; Mc 9.37; Lc 9.48; 10.16; Jn 12.44-45.]

Jesús anuncia que Judas lo traicionará

(Mt 26.20-25; Mc 14.17-21; Lc 22.21-23)

21Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad:

—Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

22Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando.

23Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban,[#13.23 El evangelio calla expresamente el nombre de este discípulo; cf. también 19.26; 20.2; 21.7,20. Véase Introducción .; #13.23 Lit. en su pecho. En las comidas más solemnes, los comensales se recostaban sobre divanes, apoyados sobre un brazo. Estar «en el pecho» de alguien era estar a su lado, de tal manera que permitía a las dos personas conversar.]

24y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando.

25Él, acercándose más a Jesús, le preguntó:

—Señor, ¿quién es?

26Jesús le contestó:

—Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es.

En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

27Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo:

—Lo que vas a hacer, hazlo pronto.

28Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso.

29Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.

30Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.

El nuevo mandamiento

31Después que Judas hubo salido, Jesús dijo:

—Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él.

32Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto.

33Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.[#Jn 7.34; 8.21.]

34Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros.[#13.34 Jn 15.12,17; cf. 1 Jn 2.8; 3.23; 2 Jn 5. El mandamiento de amar al prójimo ya estaba en la ley (Lv 19.18), pero Jesús le da un nuevo significado al decir como yo los amo a ustedes; cf. Jn 13.1; 15.12. Este amor caracteriza a la comunidad de los creyentes.]

35Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.[#1~Jn 3.14.]

Jesús anuncia que Pedro lo negará

(Mt 26.31-35; Mc 14.27-31; Lc 22.31-34)

36Simón Pedro le preguntó a Jesús:

—Señor, ¿a dónde vas?

—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.

37Pedro le dijo:

—Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!

38Jesús le respondió:

—¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces.

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies