Salmo 32

Salmo 32

Bienaventuranza del perdonado

1¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada,

Cuyo pecado es cubierto!

2¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad,

Y en cuyo espíritu no hay engaño!

3¶Mientras callé mi pecado , mi cuerpo se consumió

Con mi gemir durante todo el día.

4Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí;

Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah)

5Te manifesté mi pecado,

Y no encubrí mi iniquidad.

Dije: «Confesaré mis transgresiones al Señor »;

Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah)

6Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado;

Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él.

7Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás;

Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)

8¶Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar;

Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti.

9No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento;

Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,

Porque si no, no se acercan a ti.

10Muchos son los dolores del impío,

Pero al que confía en el Señor , la misericordia lo rodeará.

11Alégrense en el Señor y regocíjense, justos;

Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón.

1986, 1995, 1997, 2005 by The Lockman Foundation
Published by: The Lockman Foundation