La fuente de la vida está en ti

¹El pecado habla al malvado

en el fondo del corazón;

el miedo a Dios no existe para él.

²Se enorgullece de sí mismo,

incapaz de descubrir y odiar su culpa.

³Son sus palabras maldad y mentira,

no quiere ser sensato ni obrar bien.

⁴En su cama maquina maldades,

se aferra al mal camino,

no rechaza la maldad.

⁵Señor, tu amor llega al cielo,

tu fidelidad hasta las nubes;

⁶es tu justicia como los altos montes,

como el profundo abismo tus juicios;

Señor, tú salvas a personas y animales.

⁷¡Qué espléndido es tu amor, Señor!

Bajo tus alas se refugian los humanos.

⁸Con los manjares de tu casa se sacian,

con el río de tus delicias apagas su sed.

⁹Pues la fuente de la vida está en ti,

por tu luz vemos nosotros la luz.

¹⁰Trata con amor a quienes te conocen

y con justicia a quienes son rectos.

¹¹Que no me aplaste el pie del soberbio,

que no me haga huir la mano del malvado.

¹²Allí mismo han caído los malhechores,

están abatidos y no pueden levantarse.