1 Timoteo 2

1 Timoteo 2

La oración por toda la humanidad

1Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad.[#2.1-4 Las oraciones y acciones de gracias adquieren aquí una perspectiva universal. La iglesia necesitaba un ambiente que le permitiera llevar una vida tranquila y pacífica, que sólo podría lograrse con un buen gobierno y la debida participación de todos en la vida civil. Cf. Tit 2.12; 3.1, y la actitud de Pablo respecto de las autoridades (Ro 13.1-7).]

2Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad.

3Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador,[#2.3 expresión típica de las cartas pastorales (1 Ti 1.1; Tit 1.3; 2.10; 3.4).]

4pues él quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.[#2.4 Cf. Jon 4.11; Jn 3.17; 2 P 3.9.]

5Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús.[#2.5 Cf. Dt 6.4, pasaje al que se alude también en Ro 3.30.; #2.5 Este v. parece ser un fragmento de un antiguo credo o fórmula litúrgica. Cf. Heb 8.6; 9.15; 12.24.]

6Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos y como testimonio dado por él a su debido tiempo.[#2.6 Véase Mt 20.28 nota, y cf. Mc 10.45; Gl 1.4; Tit 2.14.; #2.6 probable alusión a la revelación hecha por Jesucristo con hechos y palabras, acerca de su misión redentora. Otras posibles traducciones: conforme al testimonio que hemos dado a su debido tiempo, entendido como referencia a la predicación del evangelio después de la muerte de Jesús; o conforme al testimonio dado por Dios a su debido tiempo, en el sentido de que Dios, en la muerte de Jesús, manifestó su voluntad de salvar a la humanidad.]

7Para anunciar esto, yo he sido nombrado mensajero y apóstol, y se me ha encargado que enseñe acerca de la fe y de la verdad a los que no son judíos. Lo que digo es cierto; no miento.[#2.7 2 Ti 1.11. No miento: Cf. Ro 9.1.]

La conducta de los hombres y las mujeres

8Así pues, quiero que los hombres oren en todas partes, y que eleven sus manos a Dios con pureza de corazón y sin enojos ni discusiones.[#2.8 actitud típica judía para la oración (1 R 8.22; Sal 141.2), adoptada también por los cristianos.; #2.8 Mc 11.25; cf. también Mt 5.23-24; 6.14-15.]

9Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez, no con peinados exagerados, ni con oro, perlas o vestidos costosos.[#2.9-10 Cf. 1 P 3.3-4. Por la conexión con el v. 8, parece que aquí y en 2.11-12 se refiere especialmente al vestido y conducta de las mujeres en las celebraciones del culto, teniendo en cuenta las normas de comportamiento decoroso en la sociedad de la época. Véase Tit 2.5 nota.]

10Que su adorno sean las buenas obras, como corresponde a las mujeres que quieren honrar a Dios.

11La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión;

12y no permito que la mujer enseñe en público ni domine al hombre. Quiero que permanezca callada,[#2.11-12 Sobre este punto, véanse también 1 Co 11.2-16 n. y 14.34-35 n.]

13porque Dios hizo primero a Adán y después a Eva;[#2.13 Gn 2.7,21-22; 1 Co 11.8-12.]

14y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado.[#2.14 Gn 3.1-6; cf. 2 Co 11.3.]

15Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes como madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.[#2.15 Se insiste en el valor de la maternidad, contra los que afirmaban que el matrimonio y la maternidad eran malos. Cf. 1 Ti 4.3.; #2.15 Lit. se mantienen; es posible que el plural se refiera a las mujeres cristianas en general, casadas o no.]

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies