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1En aquel tiempo, como el número de los creyentes iba aumentando, los de habla griega comenzaron a quejarse de los de habla hebrea, diciendo que las viudas griegas no eran bien atendidas en la distribución diaria de ayuda.[#6.1 Lit. discípulos (en Hch este término se aplica con frecuencia a los cristianos en general).; #6.1 judíos (cristianos, en este caso) que hablaban griego; se les llamaba helenistas, y habían adoptado ciertas costumbres griegas.; #6.1 judíos que hablaban hebreo (o arameo) y que conservaban sus costumbres judías (cf. Hch 21.20).]
2Los doce apóstoles reunieron a todos los creyentes, y les dijeron:
—No está bien que nosotros dejemos de anunciar el mensaje de Dios para dedicarnos a la administración.
3Así que, hermanos, busquen entre ustedes siete hombres de confianza, entendidos y llenos del Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos.
4Nosotros seguiremos orando y proclamando el mensaje de Dios.
5Todos estuvieron de acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, uno de Antioquía que antes se había convertido al judaísmo.[#6.5 En Hch tenemos otras noticias respecto a Esteban (Hch 6.8—7.60) y Felipe (Hch 8.4-13,26-40; 21.8-9), a quien no debe confundirse con Felipe el apóstol, que era uno de los doce. Esteban, a juzgar por su discurso del cap. 7, era helenista.; #6.5 de Siria; véase Hch 11.19 n.]
6Luego los llevaron a donde estaban los apóstoles, los cuales oraron y les impusieron las manos.[#6.6 En Hch la imposición de manos se menciona en diversas circunstancias: al conferir autoridad para un cargo, como en este caso (cf. también Nm 27.23; 1 Ti 4.14), para comunicar el don del Espíritu Santo (Hch 8.17; 19.5-6), para el envío a una misión (Hch 13.3), y para la curación de los enfermos (Hch 9.12,17; 28.8).]
7El mensaje de Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la fe.
8Esteban, lleno del poder y la bendición de Dios, hacía milagros y señales entre el pueblo.[#6.8 primer mártir cristiano (Hch 7.54-60). Éste, como Jesús, hacía milagros y señales, y fue también acusado de hablar contra Dios y contra el templo (vv. 13-14). Sus palabras finales (Hch 7.59-60) también recuerdan las de Jesús.]
9Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban;[#6.9 esclavos judíos a quienes se había concedido la libertad; muchos de éstos, que habían regresado de otros países, eran helenistas (véase 6.1 nota).]
10pero no podían hacerle frente, porque hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
11Pagaron entonces a unos para que afirmaran que lo habían oído decir palabras ofensivas contra Moisés y contra Dios.[#6.11 Cf. Mt 26.65; Mc 14.64.]
12De este modo alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley; por lo cual atacaron a Esteban, lo apresaron y lo llevaron ante la Junta Suprema.
13Además buscaron testigos falsos, que dijeron:
—Ese hombre no deja de hablar contra este santo templo y contra la ley.
14Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el templo y que va a cambiar las costumbres que nos dejó Moisés.[#6.13-14 Cf. Mt 26.59-61; Mc 14.57-58, donde se dice que Jesús fue acusado de cargos similares ante la misma Junta Suprema.]
15Las autoridades y todos los que estaban allí sentados, al mirar a Esteban, vieron que su cara era como la de un ángel.