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1Hijos, obedezcan a sus padres como agrada al Señor, porque esto es justo.[#Col 3.20-21.; #6.1 La obediencia de los hijos a los padres debe equilibrarse con la consideración de éstos para con aquéllos (v. 4; véase Ef 5.21 n.). Algunos mss. omiten como agrada al Señor .]
2El primer mandamiento que contiene una promesa es este: «Honra a tu padre y a tu madre,
3para que seas feliz y vivas una larga vida en la tierra.»[#Ex 20.12; Dt 5.16.]
4Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor.[#Col 3.21.]
5Esclavos, obedezcan ustedes a los que aquí en la tierra son sus amos. Háganlo con respeto, temor y sinceridad de corazón, como si estuvieran sirviendo a Cristo.[#6.5-9 Col 3.22—4.1; cf. 1 Ti 6.1-2; Tit 2.9-10; 1 P 2.18-25. La relación entre amos y esclavos se desarrolla más ampliamente en Col; véase Col 3.22 n.; #6.5 Lit. con temor y temblor, expresión bíblica que indica diligencia y cuidado; cf. 2 Co 7.15; Flp 2.12.]
6Sírvanles, no solamente cuando ellos los están mirando, para quedar bien con ellos, sino como siervos de Cristo, haciendo sinceramente la voluntad de Dios.
7Realicen su trabajo de buena gana, como un servicio al Señor y no a los hombres.
8Pues deben saber que cada uno, sea esclavo o libre, recibirá del Señor según lo que haya hecho de bueno.
9Y ustedes, amos, pórtense del mismo modo con sus siervos, sin amenazas. Recuerden que tanto ustedes como ellos están sujetos al Señor que está en el cielo, y que él no hace discriminaciones.[#6.9 Cf. Dt 10.17; Hch 10.34; Ro 2.11; Col 3.25. En la sociedad antigua los esclavos carecían de la mayoría de los derechos civiles, pero dada la igualdad de todo ser humano delante de Dios, y el hecho de que todos los cristianos por igual son siervos (o esclavos ) de Cristo (v. 6), se exhorta a los amos a tratarlos con equidad. Véase Col 3.22 n.]
10Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible.[#6.10 Ef 3.16; Flp 4.13; Col 1.11.]
11Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo.[#6.11 2 Co 10.4; 1 P 4.1; véase 1 Ti 1.18-19 nota. Armadura: Se refiere a las armas del soldado romano de la época. El AT utiliza la imagen de la armadura de su propio tiempo y presenta a Dios armándose para el combate contra sus enemigos (Is 11.5; 59.17 ); aquí es Dios quien proporciona las armas al cristiano. Cf. también Ro 13.12; 1 Ts 5.8.]
12Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.[#6.12 es decir, en el ámbito espiritual o más allá de lo terrenal (Ef 1.3 nota).; #6.12 Se trata de poderes espirituales; véase Ef 1.21-22 n.]
13Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes.[#6.13 otra posible traducción: Después de haber hecho todo lo posible .]
14Así que manténganse firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud.[#6.14 Is 11.5. Lit. con la cintura ceñida con la verdad. Se refiere al ancho cinturón de cuero que llevaba el soldado para protegerse, o bien al que llevaban los oficiales como señal de su rango.; #6.14 Job 29.14; Is 59.17; cf. 1 Ts 5.8. Protegidos por la rectitud: Lit. vestidos con la coraza de la rectitud; la coraza era una especie de chaleco de cuero o de metal que protegía la parte superior del cuerpo.]
15Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz.[#6.15 Is 52.7; Ro 10.15. Estén siempre listos: Lit. Calzándose los pies. El soldado romano llevaba botas que hacían más firme su marcha. Otra posible traducción del v. sería Prepárense con firmeza para anunciar el mensaje de la paz .]
16Sobre todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno.[#6.16 Se refiere al escudo grande romano, cubierto de cuero o de una placa de metal, capaz de detener las flechas encendidas que arrojaba el enemigo.]
17Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo.[#6.17 Is 59.17; 1 Ts 5.8. El casco romano era de cuero, o a veces de bronce u otro metal.; #6.17 Heb 4.12. La espada, provista por el Espíritu Santo, es la única arma ofensiva que se menciona. La palabra de Dios: Es probablemente la proclamación del evangelio. Cf. 1 Ts 2.13. Algunos lo refieren al AT o a las palabras inspiradas por el Espíritu.]
18No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo.[#6.18-20 Col 4.2-4. No dejen ustedes de orar: Lit. Orando en toda ocasión (cf. 1 Ts 5.17).]
19Oren también por mí, para que Dios me dé las palabras que debo decir, y para que pueda hablar con valor y dar así a conocer el designio secreto de Dios, contenido en el evangelio.[#6.19 Véase Ef 1.9 n.]
20Dios me ha enviado como embajador de este mensaje, por el cual estoy preso ahora. Oren para que yo hable de él sin temor alguno.[#6.20 2 Co 5.20.; #6.20 Véase Introducción .]
21Tíquico, nuestro querido hermano y fiel ayudante en la obra del Señor, les llevará todas las noticias acerca de mí y de cómo me encuentro.[#6.21 Hch 20.4; 2 Ti 4.12; Tit 3.12; véase Col 4.7 n.]
22Por eso se lo envío a ustedes, para que les diga cómo estamos y de esta manera los anime.[#Col 4.7-8.]
23Que Dios el Padre, y el Señor Jesucristo, les dé a los hermanos paz y amor, con fe;
24que él dé su gracia a todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable.