La venida del día del Señor

¹1 (3.19) El Señor todopoderoso dice: «Se acerca el día, ardiente como un horno, en que todos los orgullosos y malvados arderán como paja en una hoguera. Ese día que ha de venir los quemará, y nada quedará de ellos.[#4.1 (3.19) Cf. 3.2; cf. también Jl 2.11; Am 5.18; Sof 1.14-18.]

²2 (3.20) Pero para ustedes que me honran, mi justicia brillará como la luz del sol, que en sus rayos trae salud. Y ustedes saltarán de alegría como becerros que salen del establo.[#4.2 (3.20) lit. brillará el sol de justicia que trae en sus rayos la salud: Esta expresión es una referencia a la victoria, la salvación y la instauración de la justicia de Dios, que asegura el triunfo del bien y salvaguarda el derecho de sus fieles (cf. Sal 22.30-31[31-32]; 40.10[11]; Is 45.8; 46.13; 51.7-8). El título Sol de Justicia se ha aplicado a Cristo desde muy temprano en la vida de la iglesia cristiana (cf. Lc 1.78; 2.32).]

³3 (3.21) En ese día que estoy preparando, ustedes pisotearán a los malvados como si fueran polvo.

⁴4 (3.22) »Acuérdense de la ley que le di a mi siervo Moisés en el monte Horeb. ¡Eran preceptos y mandatos que todo Israel debía obedecer![#4.4 (3.22) Cf. Ex 19.16—20.20; 24.1-17; Dt 5.1-3.]

⁵5 (3.23) »Miren ustedes: Voy a enviarles al profeta Elías, antes que llegue el día del Señor, que será un día grande y terrible.[#4.5 (3.23) La desaparición repentina del profeta Elías dio origen a distintas creencias en torno a su reaparición en la tierra . El pueblo judío esperaba la llegada de Elías antes del día del Señor, como precursor del Mesías (Mt 17.10-11). Jesús identifica a Elías con Juan el Bautista (Mt 11.14; 17.10-13).]

⁶6 (3.24) Y él hará que padres e hijos se reconcilien. De lo contrario vendré y castigaré su país, destruyéndolo por completo.»[#4.6 (3.24) Lc 1.17.]