Salmos 46

1Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;

siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.

2Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos

y las montañas se derrumben en el mar.

3¡Que rujan los océanos y hagan espuma!

¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas! Interludio

4Un río trae gozo a la ciudad de nuestro Dios,

el hogar sagrado del Altísimo.

5Dios habita en esa ciudad; no puede ser destruida.

En cuanto despunte el día, Dios la protegerá.

6¡Las naciones se encuentran en un caos,

y sus reinos se desmoronan!

¡La voz de Dios truena,

y la tierra se derrite!

7El Señor de los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;

el Dios de Israel es nuestra fortaleza. Interludio

8Vengan, vean las obras gloriosas del Señor :

miren cómo trae destrucción sobre el mundo.

9Él hace cesar las guerras en toda la tierra;

quiebra el arco y rompe la lanza

y quema con fuego los escudos.

10«¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!

Toda nación me honrará.

Seré honrado en el mundo entero».

11El Señor de los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;

el Dios de Israel es nuestra fortaleza. Interludio

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