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1Después de esto vi a cuatro ángeles en los cuatro puntos cardinales de la tierra; estaban allí de pie, deteniendo los cuatro vientos para que estos no soplaran sobre la tierra, sobre el mar y sobre los árboles.[#La alusión del número cuatro (téssaras) en el versículo 7:1, no es accidental (cuatro ángeles, cuatro puntos cardinales, cuatro vientos), una de las particularidades en la literatura apocalíptica, es la numerología y el número cuatro corresponde a la naturaleza.]
2Vi también a otro ángel que venía del oriente con la marca del Dios viviente; y gritó con fuerte voz a los otros cuatro ángeles a quienes se les había permitido hacer daño a la tierra y al mar:
3“¡No hagan daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos la frente de los siervos de nuestro Dios!”.[#(sfragísomen), verbo voz activa, modo subjuntivo, tiempo aoristo, primera persona del plural, traduce: sellemos, marquemos. Viene del verbo (sfragízo) que significa, sellar, marcar, estampar, señalar, proteger, apartar, atestiguar. De este verbo se deriva el sustantivo (sfragís) y significa marca, sello, señal. La presentación de la marca es un simbolismo, con ello se deja claro que los fieles están sellados bajo la protección divina. El relato más adelante describirá el juicio a través del símbolo de las trompetas, en el que se vuelve a mencionar el sello. Otros textos del Nuevo Testamento citan la palabra (sfragís) 2 Co. 1:22; Ef. 1:13 y 4:30, el sello como señal divina protege a los creyentes, Juan lo menciona en la exposición de la quinta trompeta, las langostas no afectarán a los sellados (9:4). Este texto de Apocalipsis tiene paralelo con Éxodo, el pueblo de Dios marcado en sus puertas con la sangre del Cordero no sufrió la plaga de la muerte.]
4Y oí el número de los que habían sido marcados: ciento cuarenta y cuatro mil de todas las tribus de los hijos de Israel:[#La cifra ciento cuarenta y cuatro mil es un concepto con sentido simbólico, de énfasis matemático. La cita dice ἤκουσα (ekousa), “oí”. El autor resalta la audición en lugar de la visión y señala el símbolo judío aduciendo a las tribus de Israel (7:4-8). Algo que debemos considerar del versículo 7:3, los sellados son “los siervos de nuestro Dios”, afirmación que en el resto del Apocalipsis nunca hará referencia a los judíos.]
5de la tribu de Judá fueron sellados doce mil;
de la tribu de Rubén, doce mil;
de la tribu de Gad, doce mil;
6de la tribu de Aser, doce mil;
de la tribu de Neftalí, doce mil;
de la tribu de Manasés, doce mil;
7de la tribu de Simeón, doce mil;
de la tribu de Leví, doce mil;
de la tribu de Isacar, doce mil;
8de la tribu de Zabulón, doce mil;
de la tribu de José, doce mil;
de la tribu de Benjamín, doce mil sellados.
9Después de esto, vi aparecer una gran multitud de personas provenientes de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de ropa blanca y sosteniendo ramas de palmas en sus manos.[#(stolás), sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, en caso acusativo, plural, que traduce: a las túnicas. Viene del nominativo singular (stolé), nuevamente aparece el término vestido blanco (cf. 3:4-5, 18; 4:4; 6:11). El significado de esta prenda encierra varias connotaciones, como pureza, victoria, santidad, gozo y fiesta. La prenda era usada en la corte real, también la llevaban los justificados que viven la glorificación (3:5, 18; 6:11; 19:8, 14). El nuevo pueblo de Dios utiliza esta vestimenta, los redimidos (6:11; 7:13-14; 22:14; 7:9).; #Una de las características de la fiesta de las Enramadas era que los participantes se vestían de blanco y llevaban ramas de palma (Lv. 23:39-40; Neh. 8:14-17; 2 Mac. 10:6-7). El pueblo salía al monte a traer ramas y palmeras para construir sus chozas (Neh. 8:15), y en cierta etapa del desarrollo de la fiesta comenzaban a batir esas ramas y llevarlas en procesión gozosa. Las agitaban y recitaban el Sal. 118, aumentaban la fuerza de la agitación cuando llegaban al versículo 25. Las palmas también se usaban en las procesiones de victoria, por ejemplo, cuando Simón Macabeo reconquistó la ciudad de Jerusalén, los judíos “entraron con aclamaciones y ramos de palma, con liras, címbalos y arpas, con himnos y cantos” (1 Mac. 13:51; cf. 2 Mac. 10:7). En los documentos, Actas de los Mártires, se registra que las palmas simbolizaban también la muerte victoriosa de ellos. Sabemos que en la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén la muchedumbre agitó palmas como expresión de victoria y celebración gozosa de la llegada del Reino.; #El contexto de lo que dice Juan en el versículo, está en relación con la fiesta judía de las Enramadas. El ciclo festivo del pueblo hebreo culminaba con esta celebración, después de la última cosecha del año, era una de las fiestas más alegres. Se caracterizaba por la danza de las doncellas vestidas de blanco, lavadas y puras, y los hombres cantaban y blandían antorchas encendidas. Los nexos literarios que unen estos versículos con otras referencias del mismo libro son: los mártires que antes estaban bajo el altar ahora están de pie ante el trono, vestidos de blanco y ahora tienen palmas (6:9-11). Además, el pasaje recoge el escenario de la visión del trono descrito en los capítulos 4 y 5, y anticipa la bendición prometida a los vencedores mencionados en el 2 y 3. Se unirá con la visión que más adelante expondrá los capítulos 14-15; une los elementos de las dos visiones del capítulo 7, el Apocalipsis culmina en los capítulos 20-22, en la plena realización del Reino de Dios. Así que los vv. 9-17 son una continuación no esperada de la liturgia de los capítulos 4-5, pero con una gran novedad: ahora los fieles forman parte de la gran multitud que adora.]
10Proclamaban a gran voz:
“¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!”.
11Todos los que estaban de pie delante del trono, los ángeles que estaban de pie alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; se postraron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios,
12diciendo:
“¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!”.
13Entonces uno de los ancianos me preguntó:
“¿Quiénes son los que están vestidos de blanco? ¿De dónde vienen?”.
14Yo le respondí:
“Tú lo sabes, señor”.
Entonces me dijo:
“Son los que han pasado por un gran sufrimiento, han lavado su ropa y la blanquearon en la sangre del Cordero.
15Por eso están delante del trono de Dios, día y noche le sirven en su templo; el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.[#(skenósei), verbo voz activa, modo indicativo, tiempo futuro, tercera persona del singular, traduce: extenderá su tabernáculo. Viene del verbo (skenóo), que significa plantar su tabernáculo, extender su tabernáculo, habitar, morar. De este verbo se deriva el sustantivo, (skené) que significa tienda, cabaña, choza, enramada o tabernáculo. En el Nuevo Testamento, el sustantivo resalta la idea de tabernáculo en relación con el lugar tan significativo que menciona el Antiguo Testamento. El tabernáculo era la casa, la morada de Dios. La perspectiva teológica de la tienda movible, es la de un Dios caminante, un Dios peregrino que acompaña al pueblo en la dinámica de su historia, ante esta idea, el profeta Natán no permitió que David construyera un templo formal para Dios, porque para el profeta Dios es dinámico, habita en un tabernáculo (2 S. 7:1-6), como símbolo de acompañamiento al pueblo; en caso de guerra, si los enemigos atacaban las tiendas, también se afectaba la tienda de Dios, lo cual indica que el tabernáculo como presencia de Dios al ser afectada, mostraba la solidaridad de Dios con su pueblo.]
16Nunca más sentirán hambre ni sed, ni jamás los quemará el sol ni les molestará el calor.
17Porque el Cordero que está en el trono los pastoreará y los conducirá a fuentes de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos”.[#Hace referencia a Sal. 23:1-3.]