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1En aquella ocasión el Señor me dijo: Talla dos losas de piedra iguales a las primeras y súbemelas al monte. Haz también un Arca de madera.[#10,1: Ver 1 Re 8,9 y nota a Ex 25,10-22.]
2Yo escribiré en las losas lo mismo que había en las otras, las que tú hiciste añicos, y las pondrás en el Arca.[#Ex 34,1.]
3Hice, pues, un Arca de madera de acacia, tallé dos losas de piedra iguales a las primeras y subí al monte llevando en mis manos las dos losas.[#10,3: Ver Ex 25,10; 37,1. La es un árbol bastante común todavía hoy en las regiones desérticas de Palestina. Se caracteriza por la dureza de su madera.]
4El Señor escribió en las losas lo mismo que había escrito en las anteriores, los diez mandamientos que les promulgó en el monte, en medio del fuego, el día de la asamblea y me las entregó.[#10,4: Ver nota a 4,13.; #Ex 24,12; 31,18; 34,28.]
5Yo descendí del monte y deposité las losas dentro del Arca que había hecho. Y allí están aún, como me ordenó el Señor.
6Los israelitas partieron de los pozos de Bené Jacán y se dirigieron a Moserá. Allí murió Aarón y allí lo enterraron. Su hijo Eleazar le sucedió en el sacerdocio.[#10,6: En Nm 33,38 el lugar de la muerte de Aarón es el monte Hor; el nombre de Moserá puede designar el mismo lugar, aunque no se ha identificado este sitio. Ver Nm 20,22-29; 33,38.]
7De allí se dirigieron a Gudgoda, y siguieron hasta Jotbatá, una región de abundantes torrentes.[#10,6-7: Estos nombres geográficos se encuentran también mencionados en Nm 33,30-33 aunque en un orden y una forma diferentes. Su ubicación exacta es incierta.]
8En aquella ocasión el Señor apartó a la tribu de Leví para que transportara el Arca de la alianza del Señor y estuviera a disposición del Señor para servirle y pronunciar bendiciones en su nombre, como lo viene haciendo hasta hoy.[#10,8: En Ex 32, 25-29, la elección de la tribu de Leví para los oficios sacerdotales aparece vinculada al episodio del becerro de oro; aquí está en relación con el ya que los levitas eran los encargados de transportarla y de enseñar al pueblo la ley en ella depositada (v. 5). Según Nm 1,50 y 3,5-8, fueron separados por Dios mismo en sustitución de los primogénitos de Israel (ver también Nm 3,12; 8,16).— Este singular objeto, símbolo de la presencia del Señor en medio de su pueblo, se llama por las losas de piedra en las que estaba escrito el Decálogo (5,22; 9,10.17; 10,1-4), que era el texto fundamental de la alianza o pacto concluido por el Señor con Israel. Ver nota a Ex 25,10-22 y Dt 31,9. 25-26.]
9Por eso Leví no tiene parte ni heredad entre sus hermanos; su heredad es el Señor, tal como el mismo Señor tu Dios le prometió.[#10,9: A diferencia de las demás tribus de Israel, la tribu de Leví no había recibido en un territorio particular, del que pudiera extraer los recursos necesarios para la vida. Su era el Señor y, por eso, las ofrendas y los diezmos presentados a Dios debían procurarle los medios de subsistencia (18,1-5; Jos 13,14).]
10Yo permanecí en la montaña, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. Y una vez más el Señor me escuchó y no quiso destruirte,[#Ex 34,28.]
11sino que me dijo: Anda, ponte al mando y guía al pueblo, para que entren a tomar posesión de la tierra que juré dar a sus antepasados.
12Y ahora, Israel, ¿qué es lo que demanda de ti el Señor tu Dios? Solamente que lo respetes y sigas todos sus caminos; que lo ames y rindas culto al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma,[#Mi 6,8.]
13y que cumplas los mandamientos y los preceptos del Señor que yo te prescribo hoy, para que seas dichoso.
14Del Señor tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella.[#10,14: El genitivo sirve en hebreo para expresar el superlativo. Los son, pues, según la cosmogonía hebrea, lo más excelso del cielo.]
15Sin embargo, de quien se enamoró el Señor fue de tus antepasados; los amó, y después de ellos escogió a su descendencia, o sea a ustedes, entre todos los pueblos, como hoy podemos ver.
16Por eso, abran su corazón a Dios y no sean tercos;[#10,16: Lit. La circuncisión era la señal de la alianza del Señor con Abrahán (Gn 17,9-13) y la que identificaba a los varones pertenecientes al pueblo de Dios (ver Ex 12,43-49). Pero la pertenencia al pueblo de Dios no debía reducirse a esa marca exterior. “Circuncidar el prepucio del corazón” significa tener una actitud interior de fidelidad al Señor y obedecer sus mandamientos. Ver Dt 30,6; Jr 4,4; Rm 2,25-29.]
17el Señor su Dios es Dios supremo y soberano Señor; es el Dios grande, fuerte y temible, que no actúa con parcialidad ni acepta sobornos,[#10,17: Lit. Forma hebrea de expresar el superlativo.]
18que defiende la causa de la viuda y del huérfano, y muestra su amor por el inmigrante proveyéndole de pan y vestido.[#10,18: Estas personas son en el AT ejemplos típicos de personas desprotegidas. La palabra designa concretamente a la persona que por cualquier motivo había tenido que abandonar su patria y residía como forastero entre los israelitas. Ver Ex 22,21-24; 23,9; Lv 19,33-34; Dt 1,16; 14,29; 24,17; Sal 68,5—.]
19Muestren ustedes también amor por el inmigrante, porque también ustedes fueron extranjeros en el país de Egipto.
20Respetarás al Señor tu Dios y a él solo adorarás; serás fiel a él y sólo en su nombre jurarás.
21Sólo a él debes alabar porque él es tu Dios, que hizo por ti las proezas y maravillas que tú mismo presenciaste.
22Cuando tus antepasados bajaron a Egipto eran apenas setenta personas, pero ahora el Señor tu Dios te ha convertido en un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo.[#10,22: Ver Gn 46,27; Ex 1,5.; #Gn 15,5; 22,17.]