Filipenses es conocida como la 'epístola del gozo', escrita por Pablo desde la prisión para expresar gratitud hacia la iglesia de Filipos por su apoyo financiero y espiritual. A pesar de sus circunstancias difíciles, Pablo enfatiza el gozo cristiano, la unidad en la iglesia, y la suficiencia de Cristo en todas las situaciones. La carta incluye uno de los pasajes cristológicos más profundos del Nuevo Testamento (2:5-11) y enseña sobre el contentamiento, la perseverancia en la fe, y la perspectiva eterna que debe caracterizar la vida cristiana.