Bendigo al Señor en todo momento

¹Yo bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza sin cesar está en mi boca.

²Todo mi ser se gloría en el Señor;

que lo oigan los humildes y se alegren.

³Glorifiquen conmigo al Señor,

ensalcemos su nombre todos juntos.

⁴Yo busqué al Señor y me respondió,

me libró de todos mis miedos.

⁵Quienes lo miran, se llenan de luz

y no se sonrojan sus rostros.

⁶Clama el humilde y el Señor lo escucha,

de todas sus angustias lo salva.

⁷El ángel del Señor acampa

en torno a sus fieles y los defiende.

⁸Sientan y vean qué bueno es el Señor,

feliz todo el que en él confía.

⁹Que veneren al Señor sus consagrados

pues al que lo venera nada le falta.

¹⁰Los ricos se empobrecen, pasan hambre;[#34,11: Así según la versión griega de los LXX. Según el TM hebreo sería:]

al que busca al Señor nada bueno le falta.

¹¹Hijos míos, ¡vengan y escúchenme!

Yo les enseñaré cómo venerar al Señor.

¹²¿Quién es el que ama la vida,

y desea días para ser feliz?

¹³Guarda tu lengua del mal,

y tus labios de la mentira;

¹⁴aléjate del mal, haz el bien,

busca la paz, marcha tras ella.

¹⁵La mirada del Señor está sobre los justos,

sus oídos junto a su grito de socorro;

¹⁶el Señor se encara con los malhechores

para borrar de la tierra su recuerdo.

¹⁷Gritan y el Señor los escucha,

de todas sus angustias los libra.

¹⁸El Señor está cerca de los afligidos,

salva a los que están tristes.

¹⁹Muchos son los males del justo,

pero de todos lo libra el Señor;

²⁰protege cada uno de sus huesos

y ni uno de ellos se ha roto.

²¹La maldad hará morir al malo,

quienes odian al justo serán castigados.

²²El Señor libera a sus siervos,

los que en él confían no serán castigados.