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1Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba.[#4.1 La permanencia de Jesús en el desierto durante cuarenta días, sin comer, y las pruebas a que es sometido, recuerdan las experiencias del pueblo de Israel en el desierto, cuando salió de Egipto. Las citas bíblicas de los vv. 4-10 hacen referencia a aquella situación. Israel fracasó en la prueba. Jesús se mantuvo fiel a su misión. Cf. Heb 2.18; 4.15.]
2Estuvo cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre.[#4.2 Cf. Dt 8.2-4. El número cuarenta puede aludir aquí a la historia de Moisés y del pueblo de Israel (Ex 24.18; 34.28; Nm 14.33-34; 32.13; 1 R 19.8, etc.).]
3El diablo se acercó entonces a Jesús para ponerlo a prueba, y le dijo:
—Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes.
4Pero Jesús le contestó:
—La Escritura dice: “No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios.”
5Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo[#4.5 la ciudad más sagrada para los judíos, donde estaba el templo (véase Índice temático ).]
6y le dijo:
—Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque la Escritura dice:
“Dios mandará que sus ángeles te cuiden.
Te levantarán con sus manos,
para que no tropieces con piedra alguna.”
7Jesús le contestó:
—También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios.”
8Finalmente el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y la grandeza de ellos,
9le dijo:
—Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras.
10Jesús le contestó:
—Vete, Satanás, porque la Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él.”
11Entonces el diablo se apartó de Jesús, y unos ángeles acudieron a servirle.
12Cuando Jesús oyó que habían metido a Juan en la cárcel, se dirigió a Galilea.[#4.12 Lc 3.19-20. Herodes Antipas, gobernador de Galilea y Perea, hizo encarcelar a Juan el Bautista. Véase Mt 14.3 n.; cf. también Mc 6.17-18.]
13Pero no se quedó en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaúm, a orillas del lago, en la región de las tribus de Zabulón y Neftalí.[#4.13 «donde se había criado» Jesús (Lc 4.16); véase Mt 2.23 nota.; #4.13 Jn 2.12. Cafarnaúm: importante centro de comercio, con una población mixta de judíos y paganos.; #4.13 dos de las antiguas tribus de Israel, que colonizaron el norte de Palestina.]
14Esto sucedió para que se cumpliera lo que había escrito el profeta Isaías:[#4.14 Tema sobresaliente en Mt; véase 1.22 n.]
15«Tierra de Zabulón y de Neftalí,
al otro lado del Jordán,
a la orilla del mar:
Galilea, donde viven los paganos.
16El pueblo que andaba en la oscuridad
vio una gran luz;
una luz ha brillado
para los que vivían en sombras de muerte.»
17Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: «Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca.»[#Mt 3.2; 10.7.]
18Jesús iba caminando por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: uno era Simón, también llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua.[#4.18 Véase Índice temático .; #4.18 Véase Mt 16.18 nota.; #4.18 Se usaban principalmente dos clases: la atarraya o red cónica, que se arrojaba al agua a fuerza de brazos, y la red barredera, que era arrastrada entre dos barcos.]
19Jesús les dijo:
—Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.
20Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.[#4.18-20 Cf. Jn 1.35-42.]
21Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca arreglando las redes. Jesús los llamó,[#4.21 (gr. Iakobos ) traducido en algunas versiones como Jacobo; ambas formas del nombre en castellano se derivan del hebreo Yaakob, que en el AT se traduce por Jacob. Este nombre tomó en castellano antiguo la forma Iago, y al anteponérsele el título de santo se convirtió en Santiago .]
22y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
23Jesús recorría toda Galilea, enseñando en la sinagoga de cada lugar. Anunciaba la buena noticia del reino y curaba a la gente de todas sus enfermedades y dolencias.[#4.23 Mt 9.35; Mc 1.39. Cada comunidad judía tenía su sinagoga o casa de reunión e instrucción (véase Índice temático ). Durante las reuniones, el dirigente podía invitar a alguno de los presentes para comentar o explicar las Escrituras (cf. Lc 4.16-21; Hch 13.14-15).; #4.23 es decir, el reino de Dios.]
24Se hablaba de Jesús en toda la región de Siria, y le traían a cuantos sufrían de diferentes males, enfermedades y dolores, y a los endemoniados, a los epilépticos y a los paralíticos. Y Jesús los sanaba.[#4.24 puede referirse en general a toda la provincia romana que incluía a Palestina y otras regiones vecinas (cf. v. 25), o en especial a la región situada al norte de Galilea.]
25Mucha gente de Galilea, de los pueblos de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la región al oriente del Jordán seguía a Jesús.[#4.25 Mc 3.7-8. Decápolis: nombre que significa Diez ciudades; era una confederación compuesta originalmente de diez poblaciones grecorromanas, nueve de las cuales estaban al este del río Jordán.]