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1El principio del Evangelio transformador de Jesucristo.[#(evangelíou), sustantivo neutro, segunda declinación, segunda sección, en caso genitivo, singular, traduce: del Evangelio. Viene del nominativo (euaggelíon). La palabra se compone de dos raíces: 1. Prefijo (eu), raíz del verbo (jeurísko) que significa encontrar, buscar la transformación integral, y también se traduce como felicidad. 2. Sustantivo (ángelos) que significa mensajero, persona enviada a comunicar un mensaje. Por lo tanto, la palabra debe traducirse como mensaje que transforma la existencia humana, que afecta lo físico, emocional, psicológico y espiritual.]
2Como fue escrito en el libro del profeta Isaías:
“¡Mira!, Yo envío mi mensajero delante de ti, quien preparará tu camino”.
3“Es la voz de alguien que grita en el desierto: preparen el camino del Señor, enderecen las sendas de Él”.[#Cita a Is. 40:3.]
4Apareció Juan, bautizando en el desierto, anunciando un bautismo de arrepentimiento, un bautismo que promueve el cambio de mentalidad que se refleja en un cambio de conducta para lograr el perdón de sus pecados.
5Y salían personas de toda la región de Judea y de Jerusalén para buscarlo, y eran bautizadas por Juan en el río Jordán mientras confesaban sus pecados.
6Juan se vestía con ropa hecha de pelo de camello y llevaba un cinturón de cuero en su cintura; se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
7Y predicaba a la gente:
– Se acerca uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno ni de inclinarme para desatar las correas de sus sandalias.
8Yo los he bautizado con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo.
9En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el río Jordán.
10Al salir del agua, Jesús vio abrirse los cielos y al Espíritu Santo descender sobre Él en forma de paloma;
11y una voz se escuchó desde los cielos, diciendo: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”.[#El bautismo de Jesús en su significado pleno es la oficialización de su ministerio y misión, Él asume el rol de Siervo Sufriente de Yahvé, la voz del cielo que menciona Marcos cita textualmente a Is. 42:1, capítulo que según la investigación bíblica es el primer cántico del Siervo Sufriente.]
12Enseguida, el Espíritu impulsó a Jesús al desierto.
13Allí estuvo cuarenta días, siendo tentado por satanás, también estaba acompañado de bestias salvajes, mientras los ángeles le servían.[#La interpretación tradicional que se hace sobre las tentaciones de Jesús, explica que fue un acontecimiento transcendente y real. Desde otra lectura, considerando la identificación de Jesús con el Siervo Sufriente, el objetivo de las tentaciones era desviarlo de cumplir su misión, atentaban con la esencia de su ministerio, la Cruz. Con ello evitar que Él pueda llegar a la cruz y experimentar una muerte violenta, pues el propósito de la cruz fue para liberar a la humanidad de la raíz del pecado.; #(sataná), sustantivo masculino, primera declinación, cuarta sección, en caso genitivo singular, del nominativo (Satanás). El término tiene su trasfondo en el arameo antiguo, el hebreo arameizado, y el hebreo vocalizado, actividad que realizaron los masoretas. La raíz verbal es שטן (stn), significa oponerse, obstruir, poner sospecha, destruir, acusar, entre otras connotaciones. Después, esta raíz verbal se convirtió en sustantivo שָּׂטָ֖ן (satán), palabra que también realiza la función de un adjetivo calificativo. Como adjetivo señala cualidades o atributos negativos. Los atributos negativos se imponen a personas o seres espirituales, sean buenos o malos; así, el adjetivo traduce adversario, enemigo, opositor, aquel que pone sospechas.]
14Cuando Juan el Bautista fue encarcelado, Jesús se dirigió a Galilea anunciando el Evangelio de Dios que transforma toda la existencia humana,
15diciendo:
– Porque el tiempo de Dios llegó a plenitud, y se ha acercado su reino; cambien su manera de pensar, para que puedan cambiar su conducta, y tengan una fe por identidad en el Evangelio que les cambiará la vida.
16Mientras caminaba junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, echando una red en el mar, porque ellos eran pescadores.
17Y Jesús les dijo:
– Síganme y los haré pescadores de hombres.
18Y al instante, dejaron sus redes y lo siguieron.
19Un poco más adelante, Jesús vio a los hijos de Zebedeo, a Santiago y su hermano Juan, ellos estaban en la barca, remendando las redes.
20Enseguida los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca junto con los trabajadores, se fueron con Jesús.
21Un sábado, Jesús entró en Cafarnaúm y se dirigió a la sinagoga, donde comenzó a enseñar.
22Las personas que escuchaban su enseñanza, se admiraban porque Él enseñaba con autoridad y no como los maestros de la ley.
23Había en la sinagoga de Cafarnaúm un hombre con un espíritu maligno, que gritó:
24– ¿Qué tienes contra nosotros Jesús nazareno? ¿Viniste a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!
25Jesús le reprendió diciendo:
– ¡Cállate y sal de él!
26Después de haber atormentado al hombre, el espíritu maligno gritó fuertemente y salió de él.
27Todos quedaron asombrados y se pusieron a discutir entre ellos diciendo:
– ¿Qué es esto? ¡Una nueva enseñanza con autoridad! Hasta los espíritus malignos le obedecen cuando les da órdenes.
28Y su fama creció rápidamente por toda la región de Galilea.
29Después de haber salido de la sinagoga, llegaron a la casa de Simón y de su hermano Andrés, junto con Santiago y Juan.
30La suegra de Simón estaba enferma y con fiebre, y le dijeron a Jesús sobre la salud de ella.
31Jesús se acercó a ella, la tomó de la mano y la levantó, y de inmediato la fiebre desapareció; enseguida ella comenzó a servirles.
32Cuando llegó la noche, luego de la puesta del sol, le llevaron a todos los enfermos y a los que estaban endemoniados;
33y toda la ciudad se reunió en la puerta de la casa de Simón.
34Allí Jesús sanó a muchos enfermos que tenían diferentes enfermedades, y expulsó a muchos demonios, y no permitió que los espíritus malignos hablaran, pues ellos sabían quién era Él.
35Jesús se levantó de madrugada, aún estaba oscuro, se retiró a un lugar solitario para orar.
36Simón y los otros discípulos lo buscaban ansiosamente,
37y cuando lo encontraron, le dijeron:
– Todos te estaban buscando.
38Y Jesús les dijo:
– Vayamos a otros pueblos vecinos para que yo anuncie el mensaje del Evangelio transformador, pues para eso he venido.
39Y fue predicando en todas las sinagogas, por toda Galilea, y expulsando a los demonios.
40Vino a Él un leproso, que arrodillándose y suplicándole, le dijo:
– Si quieres, puedes limpiarme.
41Jesús movido por una profunda compasión, extendió su mano, lo tocó y le dijo:
– ¡Sí quiero, sé limpio!
42Inmediatamente la lepra desapareció y quedó completamente limpio.
43Jesús lo despidió con una advertencia severa:
44– Mira, no digas a nadie que te sané, sino vete y preséntate ante el sacerdote y lleva tu ofrenda de adoración a Dios por tu limpieza, para que se cumpla con lo que Moisés ordenó, eso servirá de testimonio a los demás judíos.[#Según Lv. 14:2-32, la ofrenda que se debía presentar después de ser limpio consistía, primero en dos aves, y una semana después debía llevarse dos corderos y una cordera. Además, se presentaba harina y aceite.]
45Pero él empezó a contarle a todos lo que Jesús hizo; hasta el punto que Jesús no podía entrar públicamente en la ciudad, sino que se quedaba en lugares despoblados, aun así, la gente seguía acudiendo a Él de todas partes.