Zacarías 9

Zacarías 9

1Este es el mensaje que el Señor comunicó contra el país de Hadrac y la ciudad de Damasco: «Las ciudades de Siria pertenecen al Señor, lo mismo que todas las tribus de Israel.[#9.1 ciudad aramea al norte de Siria; Damasco: la capital de Siria (Is 17.1-3; Jer 49.23-27; Am 1.3-5).; #9.1 texto probable. Heb. el ojo del hombre .]

2También le pertenecen Hamat, vecina de aquellas ciudades, y Tiro y Sidón con toda su cultura.[#9.2 importante población al norte de Siria. Tiro y Sidón, ciudades fenicias en la costa del mar Mediterráneo, al norte de Palestina (Is 23.1-18; Ez 26.1—28.26; Jl 3.4-8; Am 1.9-10; Mt 11.21-23; Lc 10.13-14).]

3Tiro construyó fortificaciones, y amontonó oro y plata como quien amontona barro.

4Pero el Señor se lo quitará todo, y echará al mar su riqueza, y quemará por completo la ciudad.[#9.3-4 ciudad fenicia rica y próspera, símbolo de arrogancia y orgullo (Ez 28.11-19).]

5»Cuando la ciudad de Ascalón vea esto, se llenará de espanto. Gaza también sufrirá mucho, y las esperanzas de Ecrón quedarán por los suelos. ¡Gaza quedará sin rey, y Ascalón quedará sin habitantes!

6En Asdod vivirá una raza mezclada, y así humillaré el orgullo de los filisteos.[#9.6 expresión de desprecio hacia una población mestiza. Los filisteos no podrán sentirse orgullosos de su pureza racial, por la presencia entre ellos de colonos provenientes de otras ciudades.; #9.5-6 junto con Gat, formaron la confederación filistea en la costa del mar Mediterráneo, al sur de Palestina (véanse Jos 11.22 nota; 13.3 nota; cf. Is 14.29-31; Jer 47.1-7; Ez 25.15-17; Jl 3.4-8; Am 1.6-8; Sof 2.4-7). Véase también Índice de mapas.]

7Les quitaré de la boca la carne con sangre que comen, y de entre los dientes, los alimentos prohibidos. Pero de esa gente habrá algunos que quedarán para mí; llegarán a ser parte de Judá, y Ecrón será como los jebuseos.[#9.7 El texto se refiere a la práctica filistea de comer carne con sangre, es decir, carne que no había sido desangrada adecuadamente, según lo establecido por la ley de Moisés; cf. Gn 9.4; Lv 17.10-12; Dt 12.23-24.; #9.7 Lit. un resto (cf. Zac 8.6).; #9.7 antiguos habitantes de Jerusalén, integrados al pueblo de Dios cuando David conquistó la ciudad (2 S 5.6-9). También otros paganos, como los despreciados filisteos, enemigos tradicionales de los judíos, podrán participar de los privilegios del pueblo de Dios, cuando se integren a los que quedaron, es decir, al «resto», o remanente, de Israel.]

8Y yo estaré atento para defender a los míos frente a cualquiera que pase por aquí. El opresor no volverá a oprimirlos, porque ahora yo vigilo con mis propios ojos.»

9¡Alégrate mucho, ciudad de Sión!

¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén!

Tu rey viene a ti, justo y victorioso,

pero humilde, montado en un burro,

en un burrito, cría de una burra.

10Él destruirá los carros de Efraín,

los caballos de Jerusalén

y los arcos de guerra.

Anunciará paz a las naciones

y gobernará de mar a mar,

del Éufrates al último rincón del mundo.

11Esto dice el Señor:

«Jerusalén, por la sangre de tu alianza,

yo sacaré del pozo sin agua

a tus presos que están en él.

12¡Ustedes, cautivos que mantienen la esperanza,

regresen a su fortaleza!

Les digo que voy a darles en bendición

el doble de cuanto tuvieron que sufrir.

13Pues he tendido mi arco de guerra, que es Judá,

y le he puesto una flecha, que es Efraín.

De ti, Sión, haré una espada,

y levantaré a tus hijos contra los hijos de Grecia.»

14El Señor se mostrará sobre su pueblo;

disparará sus flechas como rayos.

Dios, el Señor, tocará la trompeta

y avanzará entre las tempestades del sur.

15El Señor todopoderoso protegerá a los suyos,

y ellos pisotearán las piedras de los honderos

y devorarán a sus enemigos;

beberán su sangre como vino,

se llenarán de ella como un tazón,

como los cuernos del altar.

16En aquel día, el Señor su Dios

salvará a su pueblo como a un rebaño,

y brillarán los suyos en su propio país

como las piedras preciosas de una corona.

17¡Qué bueno, qué hermoso será el país!

Con la abundancia de su trigo y su vino,

nuestros muchachos y muchachas crecerán hermosos.

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies