Salmos 32

1BIENAVENTURADO aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus pecados.[#Ro. 4.7,8.]

2Bienaventurado el hombre á quien no imputa Jehová la iniquidad,[#2 Co. 5.19.]

Y en cuyo espíritu no hay superchería.

3Mientras callé, envejeciéronse mis huesos[#Sal. 102.3.]

En mi gemir todo el día.

4Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;[#Is. 5.6,11. Sal. 38.2.]

Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)

5Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.[#Sal. 51.3.]

Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová;

Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)

6Por esto orará á ti todo santo en el tiempo de poder hallarte:[#Sal. 69.13.]

Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas á él.

7Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia;[#Sal. 9.9.]

Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah.)

8Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar:[#Sal. 73.24.]

Sobre ti fijaré mis ojos.

9No seáis como el caballo, ó como el mulo, sin entendimiento:[#Pr. 26.3.]

Con cabestro y con freno su boca ha de ser reprimida,

Para que no lleguen á ti.

10Muchos dolores para el impío;[#Pr. 13.21. Ro. 2.9.]

Mas el que espera en Jehová, lo cercará misericordia.

11Alegraos en Jehová, y gozaos, justos:[#Sal. 64.10 y 68.3.]

Y cantad todos vosotros los rectos de corazón.

Reina-Valera 1909 - Dominio público. Fue realizada por Sociedades Bíblicas Unidas y publicada por primera vez en 1909.
Published by: United Bible Societies