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1Pablo, apóstol y comprometido con Cristo Jesús, llamado para el servicio del Evangelio de Dios.[#(apóstolos), sustantivo masculino, segunda declinación, primera sección, caso nominativo singular, traduce: apóstol; se deriva de dos raíces griegas: 1. La preposición (apó) que significa de, desde, de parte de, por medio de. 2. El verbo (stélo) que significa apartar, enviar. La palabra apóstol significa un enviado de parte de. En latín, el término introduce en su significado el sentido de misión, un comisionado. Actualmente el término genera muchas discusiones por ser aplicado en sentido eclesial, jerárquico o de posición, pero en el Nuevo Testamento, el significado tiene la connotación de “comisión”, indica que una persona es enviada por Dios. El apóstol Pablo en la carta a los Gálatas, defiende contundentemente su apostolado, y aclara que su labor ministerial, su llamado misionero fue validado por el mismo Jesucristo y no se refiere al sentido jerárquico sino al servicio ministerial.; #(doúlos), sustantivo masculino, segunda declinación, primera sección, caso nominativo, singular, traduce: comprometido. Los diversos significados que tiene: esclavo, un siervo dependiente del amo, comprometido a través de un contrato matrimonial o comprometido por mutuo consentimiento.]
2Este Evangelio que transforma toda la existencia humana, fue prometido hace mucho tiempo, por medio de los profetas en las Sagradas Escrituras[#εὐαγγέλιον (evanggélion), sustantivo neutro, segunda declinación, segunda sección, en caso nominativo, singular, traduce: Evangelio. La palabra se compone de dos raíces: 1. Prefijo (eu), raíz del verbo (jeurísko) significa encontrar, buscar la transformación integral, y también se traduce como felicidad. 2. Sustantivo (ángelos) significa mensajero, persona enviada a comunicar un mensaje. Por lo tanto, la palabra debe ser traducida como un mensaje que transforma toda la existencia humana, que afecta lo físico, emocional, psicológico y espiritual.]
3que anuncian la venida del Hijo, nuestro Señor Jesucristo que, como ser humano, nació de la descendencia de David;
4pero según el Espíritu Santo, fue declarado con poder sobrenatural “Hijo de Dios” a través de la resurrección de entre los muertos; Él es Jesucristo nuestro Señor.
5Por medio de Él, recibimos la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y el llamado a ser apóstol para persuadir a todas las naciones que vivan la fe por identidad y la obediencia a Dios, para la gloria de su nombre;[#(járin), sustantivo femenino, tercera declinación, caso acusativo, singular, traduce: a la gracia; viene del nominativo (járis), que es el regalo que Dios da a través de su Hijo, significa vivir la vida de Dios en Jesucristo.; #(písteos), sustantivo femenino, tercera declinación, en caso genitivo singular, traduce: de la fe. El nominativo (pístis), viene del verbo (pisteúo) que traduce tener fe por identidad, creer y conocer por identidad. Aquí significa una fe que se fundamenta en el conocimiento de Dios por medio de Cristo Jesús, conocimiento que va a regir mi vida y mi carácter a través del cual se va adquiriendo la identidad de Dios por medio de Cristo.]
6a ustedes también Dios los ha llamado para pertenecer a Jesucristo.
7Les escribo a todos los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a ser su pueblo santo:
Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y paz, que se fundamenta en la justicia.
8Ante todo, doy gracias a Dios, por medio de Jesucristo, por todos ustedes, pues todo el mundo habla del ejemplo de fe que ustedes muestran.[#εὐχαριστῶ (eujaristó), verbo en voz activa, modo indicativo, tiempo presente, primera persona del singular, traduce: doy gracias. Viene del verbo εὐχαριστέω (eujaristéo), significa estar agradecido, dar gracias. Pero el verbo amplía su significado, y su etimología lo demuestra, se compone de dos palabras griegas: 1. El prefijo (eu), que también compone al verbo (jeurísko), que traduce encontrar. El prefijo encierra en su significado la idea de transformación, de un cambio que conduce a la felicidad. Es muy conocida la palabra del matemático griego Arquímedes “Eureka”, él estaba realizando un experimento y necesitaba encontrar una respuesta que lo complaciera, cuando encontró lo que buscaba, gritó: ¡εὕρηκα! (¡eureka!), significa “he encontrado algo que me llena de satisfacción y alegría”. Por ello, todas las palabras que lleven el prefijo (eu), tienen la connotación de una transformación que conduce a la felicidad. 2. El sustantivo (járis), significa gracia, el regalo que Dios da a través de su Hijo, vivir la vida de Dios en Jesucristo. Entonces, el verbo εὐχαριστέω (eujaristéo), en su significado original dio el inició a la forma litúrgica de la Iglesia Primitiva, palabra que se usa en los relatos sobre la última cena de Jesús que narran en los Evangelios. Acto que se volvió tradición en el cristianismo y es el centro de la celebración-adoración. Para la Iglesia Primitiva, la eucaristía era el acto supremo de adoración a Dios por medio de Cristo. La comida que compartían todos juntos significaba transformar la desgracia en gracia, pasar de la muerte a la vida, del dolor a la alegría. Cuando los cristianos compartían en comunidad la Santa Cena o Eucaristía, experimentaban un cambio existencial, una vida feliz y una renovación como expresión de la adoración a Dios, y en este caso, Pablo teologiza que, por medio de las oraciones, de la empatía y de la gratitud genuina, esta comunión los ayuda a sobrellevar los sufrimientos y a crecer mutuamente en el interior.]
9Dios, a quien sirvo en espíritu y de todo corazón, predicando el Evangelio de su Hijo, es testigo de que siempre los recuerdo
10en mis oraciones, constantemente le pido a Dios, si es su voluntad, que por fin se me abra el camino para ir a visitarlos.
11Quiero verlos para poder compartir con ustedes un don espiritual que les ayudará a ser consolidados;
12es decir, espero poder estar con ustedes para que juntos podamos consolarnos y apoyarnos mutuamente en la fe que tenemos; su fe me ayudará a mí y mi fe los ayudará a ustedes.
13Mis hermanos, quiero que sepan que muchas veces me he propuesto ir a verlos, pero siempre se me han presentado obstáculos que me han hecho cambiar de planes; he querido ir a visitarlos para ser bendecido por ustedes mediante sus buenos frutos, los mismos que he obtenido en mi trabajo con otros que no son judíos.
14Soy deudor de todos: de los cultos e incultos, de sabios y de ignorantes.[#(ofeilétes eimí), el primer término es un sustantivo masculino, primera declinación, cuarta sección, caso nominativo singular, traduce: deudor. La segunda palabra es un verbo conjugado en voz activa, modo indicativo, tiempo presente, primera persona del singular, traduce: soy, estoy, existo. Por lo cual, la expresión (ofeilétes eimí) se ha traducido como “soy deudor”. Pablo se presenta como deudor de Cristo, una perspectiva teológica que muestra con su ejemplo, porque al igual que él, nuestra deuda con Cristo la debemos pagar sirviendo a los demás.]
15Por eso tengo un profundo deseo de ir a Roma a visitarlos, para anunciar el Evangelio.
16Porque no me avergüenzo del Evangelio que transforma toda la existencia humana, porque es poder sobrenatural de Dios para salvación de todo aquel que cree; se anunció primero a los judíos, pero ahora también se anuncia a los que no son judíos.[#(dúnamis), sustantivo femenino, tercera declinación, caso nominativo singular, traduce: poder sobrenatural. Significa poder, pero indica el poder divino, milagroso, poder sobrenatural. En griego hay dos palabras que traducen al español poder: 1. (dúnamis), que se utiliza el Nuevo Testamento, exclusivamente para indicar el poder de Dios; 2. (enérgeia) que también se traduce como poder, pero hace referencia a un poder natural, no sobrenatural, este sustantivo además traduce: fuerza, poder, actividad, y por lo general se usa para indicar el poder y la fuerza humana.]
17Porque la justicia de Dios es revelada en el Evangelio, a través de la fe por identidad en Cristo Jesús; como está escrito: “mas el justo por su fe vivirá”.[#(dikaiosúne), sustantivo femenino en caso nominativo, singular que traduce: equidad (de carácter o acto), justificación, justicia. Viene del griego (díkaios) que significa justo. La justicia en el Antiguo Testamento se encuentra en el contenido de la ley, es decir, velar por los derechos de la persona, a diferencia del legalismo o aquellas normas y reglas que se establecieron y no permitieron la práctica de la justicia. La intencionalidad de la ley es proteger y velar por la justicia, hacer crecer al prójimo, dignificarlo, empoderarlo, construirlo, entre otros aspectos que le ayuden en su desarrollo. La misión de Jesucristo fue devolverle la justicia a la ley y ponerla al servicio de la justicia, y no la justicia al servicio de la ley como hacían los religiosos de su época. Por eso, es común encontrar expresiones de Jesús como “el sábado está al servicio del hombre y no el hombre a servicio del sábado” (Mr. 2:27).; #Cita a Hab. 2:4b.; #En esta cita (vv 16-17), se considera un resumen del contenido de la obra y es el corazón de la carta. El Evangelio transforma toda la existencia humana y no la justicia, porque la justicia entendida por los judíos eran actos que se expresaban en la conducta humana (ver la nota 10). Las obras eran importantes, el ser humano se esforzaba para satisfacer a Dios a través de la obediencia de la ley. En estos versículos, Pablo presenta la concepción de justicia en relación con el Evangelio de Jesús; el versículo 17 dice que Dios es el que se esfuerza en justificar al ser humano por amor. El esfuerzo del ser humano es creer y encarnar la justicia de Dios. La parábola de los trabajadores de la viña que Jesús enseña, encierra esta verdad. El relato dice que los trabajadores de la viña no creyeron que el dueño era justo, porque unos se esforzaron más que otros y el dueño dio un mismo pago a todos, así Él manifestó su amor y su justicia a todos. Pablo comprendió muy bien el mensaje y obra de Jesús, como el autor de la justificación por fe.]
18En verdad, la maldad y la injusticia de los seres humanos provoca la ira de Dios; ya que ellos conociendo la verdad, se rebelan contra ella con la maldad que practican.[#(alétheian), sustantivo femenino de la primera declinación, primera sección en caso acusativo, singular, traduce: a la verdad. Viene del nominativo (alétheia), significa verdad. El concepto de verdad en el pensamiento griego era la coherencia entre el pensamiento y la realidad, es decir, una persona que actúa como piensa, que es íntegra en su forma de pensar y actuar.]
19Porque la verdad esencial sobre Dios es muy clara, todos la pueden ver, ya que Él mismo la reveló;
20porque las cosas invisibles de Dios, es decir, su poder sobrenatural y su divinidad son hechas visibles con claridad en su creación. Su verdad se hace reconocible a la razón, así que no hay excusas para que no crean en Dios y que practiquen tanta maldad.
21Pues habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Él se lo merece, no lo respetaron, ni fueron agradecidos con Él, solo piensan en puras tonterías y consecuentemente hacen lo malo, enorgullecidos en su propia razón.
22Creen que lo saben todo, pero en realidad no saben nada, afirmando ser sabios, se hicieron necios,
23y cambiaron la gloria del Dios eterno para adorar ídolos hechos con forma de simples seres humanos mortales, aves, cuadrúpedos y reptiles.
24Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y los malos deseos de sus corazones los llevaron a la inmoralidad sexual, de modo que deshonraron sus cuerpos entre ellos;
25cambiaron al verdadero Dios por una mentira. Adoraron y sirvieron a las cosas creadas en lugar de adorar y servir a Dios, el Creador, a quien sea la honra para siempre. Amén.
26Por eso Dios los dejó que vivieran sus pasiones vergonzosas; sus mujeres cambiaron la práctica natural y prefirieron practicar inmoralidades sexuales que van en contra de la naturaleza;
27de la misma forma, los hombres dejaron la práctica natural de tener relaciones con las mujeres, y empezaron a desearse entre ellos; los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres, y recibieron en sí mismos el pago merecido por su desenfreno sexual.
28Ya que los seres humanos no consideraron que lo más importante es conocer a Dios, Él los dejó con sus depravaciones mentales y terminaron haciendo cosas indebidas.
29Esta gente vive llena de toda clase de injusticia, pecado, codicia, maldad, envidia, homicidio, pelea, engaño, perversidad y chisme;
30son calumniadores, traidores, enemigos de Dios, insolentes, arrogantes, vanidosos, malhechores, desobedientes a sus padres y rebeldes,
31también son necios, desleales, insensibles, y despiadados, no tienen empatía por nadie.
32Estas personas saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.