2 REYES 3

Jorán de Israel (852-841)

1Jorán, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaría el año décimo octavo del reinado de Josafat en Judá. Reinó durante doce años.[#3,1: Este dato no coincide con 1,17.]

2Ofendió al Señor con sus acciones, aunque no tanto como su padre y su madre, pues suprimió la columna de Baal que había levantado su padre.

3Aún así, imitó los pecados que Jeroboán, hijo de Nabat, había hecho cometer a Israel y no se apartó de ellos.

Eliseo y la guerra contra Moab

4Mesá, el rey de Moab, era pastor y pagaba al rey de Israel un tributo de cien mil corderos y cien mil carneros lanudos.[#2 Sm 8,2.]

5Pero, cuando murió Ajab, el rey de Moab se sublevó contra el rey de Israel.[#3,5: En la inscripción moabita conocida como “estela de Mesá” se atestigua el sometimiento de Moab a Israel en tiempos de Omrí y su emancipación en tiempos de su hijo, sin más referencias al presente episodio.]

6El rey Jorán salió inmediatamente de Samaría, pasó revista a todo el ejército israelita

7y mandó decir a Josafat, rey de Judá:[#3,7: Probablemente se trata de Jorán (ver 1,17). Su sustitución por Josafat se debe a la atracción ejercida por 1 Re 22 y a la actitud de respeto hacia los profetas demostrada por el rey de Judá (3,11-14; ver 1 Re 22,7-8).]

— El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres acompañarme a luchar contra Moab?

Él contestó:

— Sí, te acompaño. Yo, mi gente y mi caballería estamos a tu disposición.

8Luego preguntó:

— ¿Qué camino tomamos?

Contestó:

— El camino del desierto de Edom.

9Los reyes de Israel, Judá y Edom emprendieron la marcha y al cabo de siete días de camino faltó el agua para el ejército y para los animales que llevaban.

10Entonces el rey de Israel exclamó:

— ¡Ay, que el Señor nos ha reunido a los tres reyes para entregarnos en poder de Moab!

11Josafat preguntó:

— ¿No hay por aquí algún profeta a través del cual podamos consultar al Señor?

Uno de los servidores del rey de Israel respondió:

— Por aquí anda Eliseo, el hijo de Safat, que era asistente de Elías.

12Josafat dijo:

— ¡Él anuncia la palabra del Señor!

Entonces el rey de Israel, Josafat y el rey de Edom bajaron a ver a Eliseo.

13Y Eliseo dijo al rey de Israel:

— ¡No tengo nada que ver contigo! Consulta a los profetas de tu padre y de tu madre.

Pero el rey de Israel le contestó:

— No, pues ha sido el Señor quien nos ha reunido a los tres reyes para entregarnos en poder de Moab.

14Eliseo contestó:

— Te juro por el Señor del universo, a quien sirvo, que si no fuera por respeto a Josafat, el rey de Judá, no te haría caso ni te miraría.

15Ahora, tráiganme un músico.[#Ver 1 Sm 10,5-6.]

Mientras el músico tocaba, el Señor se apoderó de Eliseo

16y este dijo:

— El Señor manda que llenen de zanjas esta vaguada.

17Pues, según dice el Señor, no se verá viento ni lluvia, pero esta vaguada se llenará de agua y podrán beber ustedes, sus ganados y sus animales.

18Y por si esto no fuera suficiente, el Señor entregará a Moab en poder de ustedes

19y destruirán todas las ciudades fortificadas e importantes, talarán todos los árboles frutales, cegarán todas las fuentes de agua y llenarán de piedras todas las tierras de cultivo.

20A la mañana siguiente, a la hora de la ofrenda, empezó a venir agua de la parte de Edom y el terreno se inundó.[#3,20: Es decir, al amanecer (ver 3,22).]

21Cuando los moabitas se enteraron de que los reyes subían a atacarlos, movilizaron a toda la gente apta para la guerra y tomaron posiciones en la frontera.

22Cuando se levantaron a la mañana siguiente, el sol reverberaba sobre el agua y a los moabitas, de lejos, las aguas les parecieron rojas como la sangre.

23Entonces exclamaron:

— ¡Eso es sangre! Seguro que los reyes se han acuchillado y se han matado unos a otros. ¡Moabitas, al saqueo!

24Cuando los moabitas llegaban al campamento de Israel, los israelitas les hicieron frente, derrotaron a Moab y los pusieron en fuga. Luego los israelitas penetraron en Moab y lo devastaron.

25Destruyeron sus ciudades, lanzaron piedras a las tierras de cultivo, cegaron todas las fuentes de agua y talaron todos los árboles frutales. Sólo quedó en pie Quir Jaréset, pero los honderos la cercaron y la atacaron.

26Cuando el rey de Moab vio que la batalla estaba perdida, tomó consigo a setecientos hombres armados con espadas y trató de abrir brecha por donde estaba el rey de Edom, pero no lo consiguió.

27Entonces agarró a su hijo primogénito, el que debía sucederle como rey, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. El hecho causó tan gran indignación entre los israelitas, que levantaron el asedio y regresaron a su país.[#3,27: El sacrificio humano, especialmente valioso en las religiones cananeas (ver Jue 11,30-40; Mi 6,7), es el último intento del rey de Moab por aplacar a su dios y cambiar la suerte de la batalla. Lo que resulta enigmático es el motivo real de la retirada del ejército sitiador.]

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain