2 MACABEOS 8

II.— LA REBELIÓN MACABEA (8,1—10,9)

Primeras acciones de Judas

1Mientras tanto, Judas Macabeo y los que estaban con él entraban a escondidas en las aldeas y, convocando a sus parientes y a quienes se mantenían fieles al judaísmo, lograron reunir a unos seis mil.[#8,1-7: Se retoma la narración interrumpida en 5,27.; #5,27.]

2Rogaban al Señor que mirara por el pueblo pisoteado por todos, que se apiadase del Templo profanado por gente impía,

3que tuviera compasión de la ciudad devastada y a punto de ser arrasada, que escuchara el clamor de la sangre derramada,

4que recordara la muerte injusta de niños inocentes, y que se vengara de las blasfemias proferidas contra su nombre.

5Puesto a la cabeza de sus tropas, Macabeo resultó invencible frente a los paganos, porque el Señor había convertido su ira en misericordia.[#1 Ma 3,3-9.]

6Atacaba por sorpresa e incendiaba ciudades y aldeas, ocupaba posiciones ventajosas y hacía estragos entre numerosos enemigos.

7Se valía sobre todo de la noche para realizar sus ataques, y por todas partes corría la fama de su valor.

Nicanor y Gorgias invaden Judea

8Al ver Filipo los progresos de Judas, y que sus triunfos eran cada vez más frecuentes, escribió a Tolomeo, gobernador de Celesiria y Fenicia, para que acudiera a defender los intereses del rey.[#8,8: Ver nota a 5,22; depende de Tolomeo, gobernador de Celesiria y Fenicia.; #1 Ma 3,38—4,27.]

9Tolomeo eligió inmediatamente a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus mejores amigos, y lo puso al mando de no menos de veinte mil soldados de muchos países, con la orden de exterminar a todos los judíos. Junto con él, designó a Gorgias, un general muy experimentado en temas bélicos.

10Nicanor calculó que, con el producto de la venta de los judíos que iban a hacer prisioneros, el rey podría pagar el tributo de dos mil talentos que debía a los romanos.[#8,10: A raíz de la derrota de Antíoco III, tras la batalla de Magnesia (190 a. C.), Siria quedó obligada a pagar un fuerte tributo a los romanos de 12.000 talentos (ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS) en doce anualidades.]

11Por tanto, mandó en seguida comunicados a las ciudades de la costa, invitando a tomar parte en la compra de esclavos judíos y prometiendo entregar noventa esclavos por talento. Sin embargo, no se detuvo a pensar el castigo que pronto le infligiría el Todopoderoso.[#8,11: Este precio de los esclavos es irrisorio y constituye una forma de mostrar el desprecio que Nicanor siente por los judíos.]

12Cuando Judas se enteró de la expedición de Nicanor, comunicó a sus soldados que el ejército enemigo estaba cerca;

13entonces los cobardes y los que desconfiaban de la justicia de Dios, huyeron a otro lugar en busca de refugio.

14Pero hubo otros que vendieron lo que les quedaba, mientras rogaban al Señor que librara del impío Nicanor a quienes ya este había vendido antes de entrar en combate.

15Pedían al Señor que, si no lo hacía por ellos mismos, lo hiciera en virtud de los pactos establecidos con sus antepasados, y en atención al santo y augusto nombre que ellos invocaban.

16El Macabeo reunió a sus hombres, unos seis mil en total, y los exhortó a que no se acobardaran ante sus enemigos ni tuvieran miedo a aquella muchedumbre de paganos que venía a atacarlos injustamente, sino que lucharan con denuedo,[#8,16: 1 Ma 4,6 da la cifra de tres mil.]

17teniendo muy presentes los ultrajes contra el santo lugar, las injurias e insultos contra la ciudad y la supresión de las instituciones de sus antepasados.

18— Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia; pero nosotros confiamos en Dios todopoderoso, que con un gesto puede aniquilar no sólo a quienes nos atacan, sino incluso al mundo entero.[#Sal 20,8.]

19Después les recordó la forma como Dios había protegido a sus antepasados en tiempos de Senaquerib, cuando murieron ciento ochenta y cinco mil hombres;[#8,19: Ver otras alusiones al mismo hecho en 15,22 y 1 Ma 7,41.; #2 Re 19,35; Is 37,36.]

20y lo ocurrido en Babilonia, en su lucha contra los gálatas, cuando ocho mil judíos y cuatro mil macedonios entraron en combate. Los macedonios se quedaron entonces sin saber qué hacer, mientras los ocho mil judíos, gracias al auxilio venido del cielo, aniquilaron a ciento veinte mil enemigos y se apoderaron de un enorme botín.[#8,20: Este incidente de judíos mercenarios en apoyo de tropas macedonias es desconocido fuera de este lugar.]

21Con estas palabras fortaleció el valor de los soldados y los alentó a morir por las leyes y la patria. Después dividió su ejército en cuatro cuerpos,

22a cuyo frente puso a sus hermanos Simón, José y Jonatán, asignando a cada cual mil quinientos soldados.

23Después ordenó a Eleazar que leyera el libro sagrado y que les diera como contraseña la voz “Dios ayuda”. Luego, poniéndose él mismo al mando del primer cuerpo, atacó a Nicanor.[#8,23: Así según el griego (no identificar con el hermano de Judas); según los manuscritos arameos o latinos sería (ver 2 Ma 12,36).]

24Contando a su favor con el Todopoderoso, mataron a más de nueve mil enemigos, hirieron y dejaron fuera de combate a la mayor parte del ejército de Nicanor y obligaron a huir a los que quedaban.

25Se apoderaron también del dinero de los que habían venido a comprarlos; luego los persiguieron por un largo trecho; pero, como se hacía tarde, tuvieron que regresar,

26ya que era la víspera del sábado y no podían continuar la persecución.

27Una vez recogidas las armas y el botín de los enemigos celebraron el sábado, alabando al Señor y dándole gracias por haberlos salvado aquel día y haber comenzado a mostrarles su misericordia.

28Pasado el sábado, dieron parte del botín a las víctimas de la persecución: las viudas y los huérfanos. El resto lo repartieron entre ellos y sus hijos.

29Después, todos juntos oraron, suplicando al Señor misericordioso que se reconciliara plenamente con sus siervos.

Derrota de Timoteo y Báquides

30Después de esto, combatiendo contra Timoteo y Báquides, les causaron más de veinte mil bajas y se apoderaron de importantes fortificaciones situadas sobre los montes. Luego dividieron en partes iguales el gran botín conseguido y lo distribuyeron entre ellos y las víctimas de la persecución, a saber: los huérfanos, las viudas y los ancianos.[#8,30: El autor, en su afán de concentrar todo lo que se refiere al castigo de los perseguidores, sitúa aquí unos acontecimientos y unos personajes posteriores. La época real de Timoteo será el 163 a. C. (1 Ma 5,6); y la de Báquides, el 161 a. C. (1 Ma 7,8).]

31Recogieron las armas abandonadas por sus enemigos y las depositaron en sitios estratégicos. El resto del botín lo llevaron a Jerusalén.

32Mataron también al jefe de escolta de Timoteo, un individuo impío que había hecho sufrir mucho a los judíos.

33Mientras celebraban la victoria en Jerusalén, quemaron a los que habían incendiado las puertas del Templo, incluido Calístenes, quien, habiéndose refugiado en una choza, recibió el castigo que merecía su profanación.[#8,33: Personaje desconocido.]

34En cuanto al tres veces criminal Nicanor, que había traído miles de mercaderes dispuestos a comprar judíos,

35quedó humillado, con ayuda del Señor, por aquellos que él tenía en el mayor desprecio. Despojado de sus ricas vestiduras, huyó en soledad a través de los campos hasta llegar a Antioquía, siendo con todo mucho más afortunado que su ejército, que había sido aniquilado.

36Y el que se había propuesto pagar el tributo a los romanos con la venta de los prisioneros de Jerusalén, ahora proclamaba que los judíos eran invulnerables, porque seguían las leyes que Dios, su defensor, les había dado.

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain