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1Después de esto, David consultó al Señor:
— ¿Puedo ir a alguna ciudad de Judá?
El Señor le contestó:
— Sí.
David preguntó:
— ¿A cuál debo ir?
Y el Señor respondió:
— A Hebrón.
2David marchó a Hebrón con sus dos mujeres: Ajinoán, la de Jezrael, y Abigail, la mujer de Nabal, el de Carmel.[#2,2: Ver nota a 15,12.; #1 Sm 25,40-43+.]
3Llevó también a sus hombres con sus familias y se establecieron en las aldeas de Hebrón.
4Después llegaron los de Judá y ungieron allí a David como rey de Judá. Luego le informaron:[#2,4: No se hace referencia a la unción realizada por Samuel (1 Sm 16,1-13) perteneciente a una tradición posterior.]
— Los de Jabés de Galaad son los que han enterrado a Saúl.
5Entonces David envió unos mensajeros a los de Jabés de Galaad para decirles:[#2,5: La embajada de David a los habitantes de Jabés de Galaad (2,5-7), además de mostrar su reconocimiento por el gesto compasivo de estos para con Saúl, es una presentación de credenciales que busca ganar adeptos entre las tribus del norte para su propia candidatura al trono de Israel.]
— Que el Señor los bendiga por la compasión que han demostrado hacia Saúl, su señor, dándole sepultura.
6Que el Señor los trate con compasión y lealtad; yo, por mi parte, también los recompensaré por la buena acción que han realizado.
7Ahora recobren el ánimo y sean fuertes, pues aunque ha muerto Saúl, su señor, la casa de Judá me ha ungido a mí para que sea su rey.
8Pero Abner, hijo de Ner y jefe del ejército de Saúl, tomó a Isbóset, hijo de Saúl, se lo llevó a Majanáin[#2,8: (1 Cr 8,33; 9,39 lo sustituye por Esbaal o Isbaal). Escribas posteriores habrían sustituido el sufijo (creyéndolo referido al dios cananeo) por el sufijo (vergüenza). Su nombre no aparece en listas anteriores de los hijos de Saúl (1 Sm 14,49; 31,2), aunque podría tratarse de Jisví (1 Sm 14,49).— Ciudad de Transjordania, alejada del dominio filisteo. El protagonismo de Abner en el cambio de la corte y en el nombramiento de Isbóset (2,9) permite deducir el alto grado de influencia del antiguo general de Saúl entre las tribus del Norte (futuro Reino de Israel; ver 3,11).]
9y lo nombró rey de Galaad, de Aser, de Jezrael, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel.
10Cuarenta años tenía Isbóset, el hijo de Saúl, cuando comenzó a reinar sobre Israel y reinó durante dos años. Sólo Judá siguió a David.
11David reinó sobre Judá en Hebrón durante siete años y seis meses.[#5,5.]
12Abner, hijo de Ner, salió de Majanáin con los súbditos de Isbóset, el hijo de Saúl, en dirección a Gabaón.
13Por su parte, Joab, hijo de Seruyá, también salió con los súbditos de David, y se encontraron junto a la alberca de Gabaón. Se colocaron allí, unos a un lado de la alberca y los otros al otro lado.
14Entonces Abner propuso a Joab:
— Que se adelanten los jóvenes y luchen ante nosotros.
Joab respondió:
— De acuerdo.
15Así que se adelantaron doce muchachos de Benjamín, por parte de Isbóset, hijo de Saúl, y otros doce de los súbditos de David.
16Cada cual agarró por la cabeza a su adversario y le hundió la espada en las costillas, de suerte que cayeron todos muertos a la vez. Y aquel paraje de Gabaón fue llamado Campo de las Costillas.[#2,16: En realidad el texto hebreo dice es decir, Campo de las Rocas. Pero la pretendida explicación etimológica exige leer más bien la frecuente confusión consonántica entre la r y la d explica el cambio de lectura.]
17Aquel día la lucha fue muy violenta. Abner y los israelitas fueron derrotados por la gente de David.
18Estaban allí los tres hijos de Seruyá: Joab, Abisay y Asael. Asael corría como un ciervo en campo abierto,[#3,27.]
19y se lanzó en persecución de Abner sin desviarse lo más mínimo de su objetivo.
20Abner miró hacia atrás y preguntó:
— ¿Eres Asael?
Él contestó:
— Sí.
21Abner le dijo:
— Desvíate a cualquier lado, agarra a alguno de los muchachos y quédate con sus despojos.
Pero Asael no quiso dejar de perseguirlo.
22Abner le insistió:
— Deja ya de perseguirme o me obligarás a aplastarte. Y luego, ¿con qué cara me presento ante tu hermano Joab?
23Pero Asael no quiso apartarse y entonces Abner le clavó en el vientre la empuñadura de su lanza y le salió por la espalda. Y allí mismo cayó muerto. Todos los que llegaban al lugar donde Asael había caído muerto se detenían.
24Joab y Abisay se lanzaron en persecución de Abner y al ponerse el sol llegaron a Amá, frente a Guiaj, en el camino del desierto de Gabaón.
25Los benjaminitas se reagruparon tras Abner y se detuvieron, cerrando filas, en lo alto de la colina.
26Entonces Abner gritó a Joab:
— ¿Es que la espada no va a dejar de hacer estragos? ¿No sabes que al final todo será amargura? ¿Cuándo vas a decirle a la gente que deje de perseguir a sus hermanos?
27Joab respondió:
— Te juro por Dios que, si no hubieras hablado, mi gente habría seguido persiguiendo a sus hermanos hasta el amanecer.
28Inmediatamente Joab tocó el cuerno y toda la gente se detuvo, dejaron de perseguir a los israelitas y cesó el combate.[#2,28: Ver nota a Jos 6,4.]
29Abner y sus hombres caminaron por la Arabá toda aquella noche, cruzaron el Jordán y, después de caminar durante toda la mañana, llegaron a Majanáin.[#2,29: Otros leen: interpretando el vocablo hebreo empleado aquí como nombre propio de un lugar situado al otro lado del Jordán.]
30Por su parte, Joab dejó de perseguir a Abner y reunió a toda la tropa. De los súbditos de David faltaban diecinueve hombres, además de Asael.
31En cambio, los súbditos de David habían matado a trescientos sesenta benjaminitas de los hombres de Abner.
32Se llevaron a Asael y lo enterraron en la sepultura familiar, en Belén. Luego Joab y sus hombres caminaron durante toda la noche y amanecieron en Hebrón.