TEXTOS DEUTEROCANÓNICOS DE DANIEL 3

La oración de Azarías

24Los tres jóvenes andaban en medio de las llamas, cantando y alabando a Dios, el Señor.[#3,24: El texto griego de Teodoción (ver Introducción) no menciona expresamente el nombre de los jóvenes, dando por supuesto que se trata de Sadrac, Mesac y Abednegó mencionados en el versículo arameo inmediatamente anterior. En cambio, el texto de los LXX designa explícitamente a los jóvenes con los nombres de Ananías, Azarías y Misael. De hecho, el propio Teodoción en 3,25 atribuye la oración a Azarías y en 3,88 menciona de forma expresa estos tres nombres.; #Dn 9,3-19; Esd 9,6-15.]

25Entonces Azarías, de pie en medio del fuego, comenzó a orar diciendo:

26¡Bendito eres, Señor,

Dios de nuestros antepasados,

y digno de alabanza!

¡Por siempre sea glorificado tu nombre!

27Tú eres justo en todo cuanto haces por nosotros

y todas tus obras responden a la verdad.

Rectos son tus caminos y justos tus juicios.

28Tus sentencias han sido justas

al hacer que caiga tu castigo

sobre nosotros, y también sobre Jerusalén,

la santa ciudad de nuestros antepasados.

Ciertamente nos lo merecíamos

a causa de nuestros pecados:

29porque nosotros hemos pecado,

hemos quebrantado la ley

y nos hemos apartado de ti.

En todo cuanto hacemos, hemos pecado

y no hemos obedecido tus mandamientos;

30no los hemos guardado ni practicado,

conforme a lo que tú mandaste

para que fuéramos dichosos.

31Así, todo lo que enviaste sobre nosotros

y todo lo que nos hiciste,

lo hiciste juzgando con justicia.

32Nos entregaste a enemigos malvados

que no tienen ni ley ni Dios;

nos sometiste a un rey injusto y perverso

como no hay otro en toda la tierra.

33Y ahora ni siquiera podemos abrir la boca,

porque la vergüenza y el deshonor han cubierto

a tus siervos y a los que te adoran.

34Por, amor a tu nombre, te pedimos

que no nos abandones definitivamente

y no rompas tu alianza con nosotros.

35Por Abrahán, tu amigo,

por Isaac tu siervo

y por Israel, consagrado a ti,

no apartes de nosotros tu misericordia.

36Tú les prometiste

que su descendencia sería tan numerosa

como las estrellas del cielo,

como la arena en la orilla del mar.

37Señor, nosotros somos hoy

la más insignificante de todas las naciones,

y por causa de nuestros pecados

somos humillados en toda la tierra.

38No tenemos príncipe,[#3,38: …: La descripción podría referirse a los tiempos del exilio en Babilonia, pero su contexto real es el de la persecución de Antíoco.]

estamos sin jefes ni profetas;

no hay holocausto ni sacrificio,

no hay ofrenda ni incienso,

ni un lugar donde ofrecerte los primeros frutos

para alcanzar tu misericordia.

39Pero venimos a ti con el corazón triste

y el espíritu humillado.

Acéptanos como un holocausto de carneros,

de toros y de miles de corderos cebados.

40Acepta hoy con agrado nuestro sacrificio

y haz que vayamos contigo hasta el fin,

porque no serán defraudados los que en ti confían.

41Ahora queremos seguirte de todo corazón,

queremos honrarte y buscar tu rostro.

¡No nos cubras, Señor, de vergüenza,

42antes bien, trátanos con bondad

conforme a la grandeza de tu misericordia!

43Libéranos con tu fuerza maravillosa

y glorifica así tu nombre.

44Confunde a quienes hacen daño a tus siervos;

prívalos por entero de su poder y su dominio,

y que su fuerza sea totalmente destruida.

45Que te reconozcan, Señor, como el único Dios,[#3,45: Alusión a Dt 6,4. Este texto formó parte muy pronto de las oraciones de profesión de fe de los judíos.]

cuya gloria se extiende sobre toda la tierra.

Cántico de los tres jóvenes

46Los servidores del rey que habían arrojado a los tres jóvenes al horno, no cesaban de atizar el fuego con brea, resina, estopa y sarmientos.

47Las llamas, que se elevaban unos veinticinco metros por encima del horno,[#3,47: Lit. , donde el número “cuarenta y nueve” tiene más valor simbólico (siete veces siete) que cuantitativo.]

48se extendieron a su alrededor y abrasaron a los caldeos que se encontraban junto a él.

49Pero el ángel del Señor, que bajó al horno junto a Azarías y sus compañeros, apartó la llama de fuego del horno

50y levantó en su interior como una brisa fresca que evitó que el fuego los tocase y les causara algún daño o molestia.

51Entonces, dentro del horno, los tres jóvenes comenzaron a cantar a una sola voz, glorificando y alabando a Dios. Decían:

52Bendito eres tú, Señor, Dios de nuestros antepasados,

digno de ser alabado y ensalzado eternamente.

53Bendito eres tú en el Templo de tu gloriosa santidad,

digno de ser glorificado con cánticos eternamente.

54Bendito eres tú en el trono de tu reino,

digno de ser ensalzado con cánticos eternamente.

55Bendito eres tú, que sentado sobre querubines

conoces lo más profundo del abismo;

tú eres digno de ser alabado y ensalzado eternamente.

56Bendito tú en el firmamento del cielo,

digno de ser glorificado con cánticos eternamente.

57Todas las obras del Señor, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

58Ángeles del Señor, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

59Cielos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

60Todas las aguas del cielo, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

61Ejércitos celestiales, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

62Sol y luna, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

63Estrellas del cielo, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

64Lluvia y rocío, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

65Vientos todos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

66Fuego y calor, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

67Frío y calor, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

68Rocíos y nevadas, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

69Hielo y frío, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

70Heladas y nieves, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

71Noches y días, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

72Luz y tinieblas, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

73Relámpagos y nubes, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

74Bendiga la tierra al Señor;

ensálcelo con cánticos eternamente.

75Montes y collados, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

76Cuanto crece en la tierra bendiga al Señor

ensálcelo con cánticos eternamente.

77Fuentes, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

78Mares y ríos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

79Ballenas y seres acuáticos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

80Todas las aves del cielo, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

81Fieras y animales domésticos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

82Seres humanos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

83Israel, bendice al Señor;

ensálzalo con cánticos eternamente.

84Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

85Siervos del Señor, alaben al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

86Espíritus y almas de los justos, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

87Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente.

88Ananías, Azarías, Misael, bendigan al Señor;

ensálcenlo con cánticos eternamente;

porque él nos ha librado del sepulcro,

y nos ha salvado del poder de la muerte;

nos ha rescatado de las llamas del horno,

y nos ha sacado de en medio del fuego.

89bendigan al Señor, porque es benéfico,

porque es eterno su amor.

90Adoren todos al Señor,

bendigan al Dios de los dioses.

Alábenlo con cánticos,

porque es eterno su amor.

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain