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1El Señor puso su mano sobre mí, me sacó por medio de su espíritu y me dejó en medio de la llanura, que estaba llena de huesos.[#37,1: La asociación de espíritu, mano y llanura está presente ya en 3,22-24 y 8,1-4. La función del espíritu es aquí decisiva: aparece en nueve ocasiones.; #1,3+.]
2Me hizo pasar por entre ellos, de aquí para allá, y pude ver que eran muchísimos; cubrían la superficie de la llanura y estaban completamente secos.
3Me dijo:
— Hijo de hombre, ¿volverán a vivir estos huesos?
Yo respondí:
— Señor Dios, tu lo sabes.
4De nuevo me dirigió la palabra:
— Profetiza sobre estos huesos. Diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!
5Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Voy a infundir en ustedes un espíritu que los hará revivir.
6Les pondré nervios y haré que les crezca carne; los cubriré de piel y les infundiré un espíritu que los hará revivir. Y reconocerán que yo soy el Señor.
7Yo profeticé conforme me fue ordenado. Mientras estaba profetizando, oí un ruido y sentí que todo temblaba. Entonces los huesos se ensamblaron entre sí.[#37,7: El ruido nos recuerda las visiones del principio del libro (1,24-25; 3,12-14) y es señal de la presencia de la divinidad. Sobre la relación entre la presencia de la divinidad y el temblor, ver Is 6,4.]
8Pude ver cómo les crecían nervios y carne, y cómo se cubrían de piel de abajo arriba. Pero no tenían espíritu.
9Entonces me dijo:
— Habla al espíritu, hijo de hombre, habla al espíritu y dile: “Esto dice el Señor Dios: Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla en estos muertos para que revivan”.
10Yo hablé conforme me fue ordenado. Entonces el espíritu penetró en ellos, recobraron la vida y se pusieron de pie. Era un ejército enorme, inmenso.[#37,9-10: Lit.; #Sal 104,30; Rm 8,11; Ap 11,11.]
11Después me dijo:
— Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo entero de Israel. Andan diciendo: “Nuestros huesos están secos, hemos perdido la esperanza, todo ha acabado para nosotros”.
12Por eso, profetiza y diles: Esto dice el Señor Dios: Voy a abrir sus tumbas y a sacarlos de ellas, pueblo mío; los llevaré a la tierra de Israel.[#37,12: El Señor explica el sentido de la visión y del prodigio: se trata de cambiar en esperanza el mortal desánimo de los deportados (v. 12-13), convencerlos de que el país será recreado y de que ellos lo habitarán (v. 14).]
13Y sabrán que yo soy el Señor cuando abra sus tumbas y los saque de ellas, pueblo mío.
14Les infundiré un espíritu para que vivan y los estableceré en su tierra. Yo, el Señor, lo digo y lo hago. —Oráculo del Señor—.
15El Señor me dirigió la palabra:
16— En cuanto a ti, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: “Judá y los israelitas asociados a él”. Toma otra vara y escribe en ella: “José, vara de Efraín, y todos los israelitas asociados a él”.[#37,16: Parece tratarse de una glosa. “José” vale por “Israel”.; #Is 11,13-14; Jr 3,18.]
17Júntalas después de modo que, cuando las agarres, parezcan una sola vara.
18Y, cuando tus compatriotas te digan: “¿No nos vas a decir qué es eso que tienes ahí?”,
19les responderás: “Esto dice el Señor Dios: Voy a tomar la vara de José, que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel asociadas a él, y pondré encima de ellas la vara de Judá: así los convertiré en una sola vara; serán una sola cosa en mi mano”.[#37,19: El hecho de que la vara de Judá esté encima indica probablemente que, en este ideario de unificación, Judá tendrá preeminencia sobre Israel.]
20Sujetarás con la mano las varas en las que has escrito, de modo que las vean,
21y les dirás: Esto dice el Señor Dios: Voy a recoger a los israelitas de entre las naciones por las que han vagado, los reuniré de los países limítrofes y los traeré a su tierra.
22Los convertiré en una nación en el país, en los montes de Israel, y seré para todos un rey único; no volverán a ser dos naciones ni se escindirán de nuevo en dos reinos.
23No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus imágenes y sus crímenes; los pondré a salvo de las infidelidades que cometieron y los purificaré. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
24Mi siervo David será su rey: será un único pastor para todos ellos; se conducirán según mis leyes y respetarán y cumplirán mis normas.[#37,24: Es evidente la tensión entre esta afirmación y las palabras del v. 22, donde el Señor se define como . Idéntica tensión habíamos advertido entre 34,14-15 y 34,23.; #34,23-24; Jr 23,5; Jn 10,16.]
25Se instalarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, donde estuvieron instalados vuestros antepasados; en ella vivirán siempre ellos, sus hijos y sus nietos, y mi siervo David será su príncipe para siempre.
26Haré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna, y haré que se multipliquen. Pondré mi santuario en medio de ellos para siempre;[#37,26: Ver nota a 34,25. Aquí se habla de y (v. 27); en 34,26 se usa el sinónimo (ver nota).; #16,60; 34,25; 36,27; Jr 31,31-33; Ap 21,3.]
27mi morada estará junto a ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
28Las naciones reconocerán que yo soy el Señor, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre.