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1La noticia corrió por todo el campamento, y los que estaban allí se llenaron de estupor.
2Un terror espantoso cayó sobre ellos y no hubo quien quisiera permanecer junto a su compañero, sino que todos a una huyeron a la desbandada por los caminos de la llanura y la montaña.
3También se dieron a la fuga los que estaban apostados en la montaña que rodeaba Betulia; entonces todos los israelitas capaces de entrar en combate se lanzaron sobre ellos.
4Ozías envió mensajeros a Betomastáin, a Bebay, a Jobay, a Colá y a todo el territorio de Israel, para informarles de lo que había sucedido y para que todos salieran a perseguir y aniquilar a sus enemigos.[#15,4: Como en situaciones anteriores, el escenario geográfico es imaginario y no se corresponde con la realidad geográfica de Palestina. Las ciudades que se nombran son ilocalizables.]
5Al enterarse, los israelitas cayeron sobre ellos, todos a una, y los aniquilaron hasta llegar a Jobay. Cuando supieron lo ocurrido en el campamento enemigo, acudieron también los de Jerusalén y todos los de la región montañosa; por su parte, los de Galaad y los de Galilea los atacaron con un movimiento envolvente, causándoles muchas bajas hasta más allá de Damasco y sus alrededores.[#1 Ma 7,46.]
6Entre tanto, los demás habitantes de Betulia cayeron sobre el campamento asirio, lo saquearon y se apoderaron de un botín de extraordinario valor;
7y cuando los israelitas regresaron de aquella matanza, se apoderaron de lo que había quedado. También los habitantes de las aldeas, de los caseríos de la montaña y de la llanura, se apoderaron de muchos despojos, pues los había en grandes cantidades.[#2 Re 7,16; 2 Cr 20,25.]
8El sumo sacerdote Joaquín y los ancianos de Israel que vivían en Jerusalén fueron a contemplar las maravillas con que el Señor había favorecido a Israel, a visitar a Judit y darle los parabienes.
9Al entrar donde ella se encontraba, todos la alabaron y le dijeron:
“Tú eres la gloria de Jerusalén,
el mayor orgullo de Israel,
el máximo honor de nuestra raza.
10Al llevar a cabo tú sola todo esto,
le has hecho un gran bien a Israel,
y en ello Dios se ha complacido.
¡Que el Señor todopoderoso
te bendiga eternamente!”.
Todo el pueblo dijo entonces:
— ¡Así sea!
11Durante treinta días estuvo el pueblo entregado al saqueo del campamento. A Judit le dieron la tienda de Holofernes con todo lo que contenía: la vajilla de plata, los divanes, las fuentes y todos los utensilios. Ella lo tomó, cargó su mula, enganchó sus carros y lo puso todo sobre ellos.
12Todas las mujeres de Israel corrían a verla y bendecirla, y danzaban en su honor. Judit tomó guirnaldas en sus manos y las repartió entre las mujeres que la acompañaban.[#13,12: Lit. . El tirso es una vara adornada con hojas de hiedra y de parra que utilizaban los griegos en las fiestas en honor a Dionisos. En la Biblia sólo se menciona el tirso en 2 Ma 10,7 y muestra cómo algunas costumbres helenísticas estaban ya asumidas por el mundo judío.; #Ex 15,20; 1 Sm 18,6.]
13Luego, tanto ella como las demás, se coronaron con ramos de olivo; Judit, yendo al frente del pueblo, dirigía las danzas corales de las mujeres. Y todos los hombres de Israel la seguían con sus armas, llevando coronas y cantando himnos.
14Entonces Judit, en presencia de todo Israel, entonó este cántico de alabanza que el pueblo en pleno coreaba: