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1Así ha dicho el Señor:
— Compra una jarra de loza. Luego, con algunos ancianos del pueblo y de los sacerdotes,
2sal hacia el valle de Ben Hinón, por la Puerta de los Cascotes, y pronuncia allí las palabras que te voy a transmitir.[#19,2: Lit. ; es un valle situado al sur de Jerusalén.— Se la suele situar —sin total seguridad— en la zona de la ciudad que daba a la parte oriental del valle de Ben Hinón, precisamente donde los alfareros arrojaban los objetos de fabricación defectuosa.]
3Dirás: “Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Voy a traer una calamidad tal sobre este lugar, que a quien la oiga le zumbarán los oídos.[#1 Sm 3,11; 2 Re 21,12.]
4Porque me abandonaron, desnaturalizaron este lugar y ofrecieron incienso en él a dioses extranjeros, que ni ellos ni sus antepasados conocían, y los reyes de Judá llenaron este lugar de sangre inocente.[#19,4: Es decir, lo convirtieron en lugar de cultos idolátricos y sacrificios humanos. Parece que parte del valle en cuestión servía también como vertedero de la ciudad, donde era incinerada la basura, un lugar por tanto particularmente impuro.]
5Construyeron recintos sagrados a Baal, para quemar en ellos a sus hijos como holocausto en honor de Baal, algo que ni les ordené, ni les dije, ni me pasó por la imaginación.[#7,31+; 2 Re 17,17; Sal 106,38.]
6Por eso, van a llegar días en que este lugar ya no se llamará Tófet ni valle de Ben Hinón, sino valle de la Matanza.[#19,6: Ver nota a 7,31.; #7,32.]
7En este lugar echaré por tierra los planes de Judá y de Jerusalén, los haré caer a espada ante sus enemigos, los entregaré en manos de los que quieren quitarles la vida, y daré sus cadáveres como alimento a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
8Convertiré esta ciudad en desolación; el que pase junto a ella quedará espantado y silbará en son de burla al ver tantas heridas.
9Haré que coman la carne de sus hijos y de sus hijas; se comerán unos a otros durante el angustioso asedio al que los someterán los enemigos que tratan de quitarles la vida”.[#19,9: Estas macabras escenas tenían lugar al parecer con ocasión de la falta absoluta de víveres durante asedios prolongados (ver Dt 28,53-57; Ez 5,10; Lm 4,10).; #Lv 26,29; Dt 28,53; 2 Re 6,29; Ba 2,3.]
10Después romperás la jarra delante de los que te han acompañado,
11y les dirás: “Esto dice el Señor del universo: Así voy a romper a este pueblo y a esta ciudad, igual que el alfarero rompe un cacharro que ya no tiene arreglo; y serán enterrados en el Tófet, por no quedar lugares de enterramiento.[#19,11: Las imágenes del alfarero y del cacharro sin arreglo ponen esta unidad en relación directa con 18,1-12.]
12Esto es lo que pienso hacer con este lugar y con sus habitantes —oráculo del Señor—; trataré a esta ciudad igual que a Tófet.
13Las viviendas de Jerusalén y los palacios de los reyes de Judá quedarán impuros, igual que el recinto de Tófet, esas viviendas en cuyas azoteas quemaban ofrendas de incienso a todo el ejército del cielo y donde hacían libaciones a dioses extranjeros”.[#19,13: Ver nota a 8,2.; #32,29.]
14Jeremías volvió de Tófet, donde el Señor lo había enviado a profetizar, se detuvo en el atrio del Templo del Señor y dijo a todos los presentes:
15— Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Voy a traer sobre esta ciudad y todas sus aldeas todas las desgracias que he anunciado, pues se han vuelto más tercos y no quieren escuchar mis palabras.[#17,23+; Hch 7,51.]