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1Érase una vez un hombre llamado Job, que vivía en el país de Hus. Era justo, honrado y respetuoso de Dios, y vivía apartado del mal.[#1,1: Lit. Ver notas a Sal 19,10 y Pr 1,7.; #Ez 14,14.]
2Tenía siete hijos y tres hijas.
3Poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas burras y muchísimos siervos. Era el más rico de los hombres de Oriente.
4Sus hijos solían juntarse para comer, cada día en casa de uno, e invitaban a sus tres hermanas.
5Terminados esos días de fiesta, Job los hacía venir para purificarlos; y de mañana ofrecía un holocausto por cada uno, por si habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Cada vez hacía Job lo mismo.
6Un día se presentaron ante el Señor los hijos de Dios; también Satán entró con ellos.[#1,6: En la mitología cananea son seres divinos pertenecientes al consejo del dios supremo. Se trata de un dato de “arqueología religiosa”, ajeno a la fe israelita cuando se redactó el libro de Job.— Personaje semidivino de origen no israelita. Con el tiempo llegó a convertirse en la figura apocalíptica de ángel caído, opositor de Yahvé, el Señor, y personificación del mal.; #1 Re 22,19; (ver Gn 6,2); Za 3,1-2; (ver Mc 8,33; Lc 10,18; 22,31; Ap 12,10).]
7El Señor preguntó a Satán:
— ¿De dónde vienes?
Satán respondió al Señor:
— Vengo de dar vueltas por la tierra; de andar por ella.
8El Señor añadió:
— ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo, honrado y respetuoso de Dios, y vive apartado del mal.
9Satán contestó al Señor:
— ¿Y crees que Job respeta a Dios sin motivo?
10Tú mismo lo has rodeado de seguridad; lo has protegido, junto con su hogar y sus pertenencias: has bendecido sus trabajos, y sus rebaños llenan el país.
11Pero te apuesto que si extiendes tu mano y dañas sus posesiones, te maldecirá a la cara.
12El Señor respondió a Satán:
— Haz lo que quieras con sus cosas, pero no se te ocurra tocar su persona. Satán abandonó la presencia del Señor.
13Un día que sus hijos e hijas banqueteaban en casa del hermano mayor,
14llegó un mensajero a casa de Job con la siguiente noticia:
— Mientras los bueyes estaban arando y las burras pastando a su lado,
15cayeron sobre ellos unos sabeos, acuchillaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo he podido escapar para contártelo.[#1,15: Tribu nómada dedicada con frecuencia al pillaje.]
16Aún no había acabado el mensajero de hablar, cuando llegó otro con la siguiente noticia:
— Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido a las ovejas y a los pastores. Sólo yo he podido escapar para contártelo.
17Aún no había acabado este de hablar, cuando llegó otro con la siguiente noticia:
— Una banda de caldeos, divididos en tres grupos, ha caído sobre los camellos y se los ha llevado, después de acuchillar a los mozos. Sólo yo he podido escapar para contártelo.
18Aún no había acabado este de hablar, cuando llegó otro con la siguiente noticia:
— Estaban tus hijos y tus hijas banqueteando en casa del hermano mayor,
19cuando un huracán que cruzaba el desierto embistió la casa por los cuatro costados; la casa se derrumbó sobre los jóvenes y los mató. Sólo yo he podido escapar para contártelo.
20Job se levantó, se rasgó la ropa, se afeitó la cabeza, se echó por tierra[#1,20: Son signos de lamentación y humillación.]
21y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor”.[#Ecl 5,14; (ver Gn 3,19); Eclo 11,14.]
22A pesar de todo lo sucedido, Job no pecó ni maldijo a Dios.