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1El Señor habló a Moisés y le dijo:
2— Ordena a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva para el alumbrado, para que las lámparas ardan continuamente.[#24,2: Sólo se podía utilizar aceite de la mejor calidad.]
3Aarón las preparará fuera del velo del testimonio, en la Tienda del encuentro, para que ardan permanentemente desde la tarde hasta la mañana ante el Señor; es norma perpetua para las futuras generaciones.
4Preparará las lámparas sobre el candelabro de oro puro para que ardan de manera permanente ante el Señor.
5Tomarás flor de harina y cocinarás con ella doce panes de ocho kilos cada uno;[#24,5: Ver nota a 23,13.; #Ex 25,30; (ver 1 Sm 21,5-7; Mt 12,4).]
6los colocarás ante el Señor en dos hileras sobre la mesa de oro puro, seis en cada hilera.
7Sobre cada hilera pondrás incienso puro que servirá para el pan como perfume, ofrenda en honor del Señor:
8Cada sábado, sin excepción, lo prepararás ante el Señor, en nombre de los israelitas, como alianza perpetua.
9Todo será para Aarón y sus hijos, que lo comerán en lugar sagrado; porque, entre lo ofrecido al Señor, es algo muy sagrado que les pertenece por derecho perpetuo.
10Había entre los israelitas un hijo de madre israelita y de padre egipcio; un día tuvo una riña con un israelita dentro del campamento
11y pronunció de manera blasfema el nombre divino. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan.[#Ex 22,27.]
12Llevado ante Moisés, lo mantuvieron detenido hasta que la palabra del Señor les revelara lo que debían hacer con él.
13El Señor habló a Moisés y le dijo:
14— Saca al blasfemo fuera del campamento. Que todos los que lo oyeron blasfemar pongan las manos sobre su cabeza, y que toda la comunidad lo apedree.[#24,14: Es un gesto simbólico para reconocer que una persona es culpable de algo, en este caso, de haber pronunciado una blasfemia.— El nombre divino era considerado sagrado en sí mismo; utilizarlo para maldecir al propio Dios (Ex 22,28) o a otra persona, era considerado blasfemia que debía castigarse con la muerte.]
15Después te dirigirás a los israelitas y les dirás: Todo el que maldiga a su Dios, cargará con las consecuencias de su pecado.
16Y el que blasfeme contra el nombre del Señor será castigado con la muerte: toda la comunidad lo apedreará; sea extranjero o sea nativo, si blasfema contra el nombre divino, morirá.
17Asimismo el que hiera mortalmente a cualquier persona, será castigado con la muerte.[#Ex 21,12.]
18El que mate un animal deberá resarcir al dueño por él: animal por animal.[#24,18: Se sobreentiende: “propiedad de otra persona”.]
19Y al que hiera a su prójimo, se le pagará con la misma moneda:[#24,19: Lit. Se describe en este pasaje la llamada “ley del talión”. Ver Ex 21,23-25 y nota. Esta ley consuetudinaria permite a los humanos responder a una ofensa o un daño cualquiera con otro igual o parecido, nunca excederlo. La conducta divina, por otro lado, tiende a ser más misericordiosa.; #Ex 21,23; Dt 19,19-21; (ver Mt 5,21).]
20fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; según la herida hecha a otro, igual se le hará a él.
21El que hiera a un animal deberá resarcir por ello; mas el que hiera mortalmente a una persona, será castigado con la muerte.
22Juzgarán con el mismo estatuto al extranjero que al nativo. Yo soy el Señor, su Dios.
23Después de hablar así Moisés a los israelitas, ellos sacaron del campamento al blasfemo y lo apedrearon. Los israelitas hicieron según el Señor había ordenado a Moisés.