SALMOS 102

No me lleves en mitad de mi vida

1Oración de un afligido que desfallece y desahoga su pesar ante el Señor .

2Señor, escucha mi ruego,

que mi grito llegue a ti.

3No me ocultes tu rostro

cuando estoy angustiado;

acerca hacia mí tu oído,

respóndeme pronto si te llamo.

4Pues mi vida se desvanece como el humo,[#102,4: El motivo de la caducidad humana enmarca la descripción de la situación del orante (ver 102,4-5.12) quien, a lo largo del poema, confronta la brevedad de su existencia con la eternidad de Dios (ver 102,13.25.28).]

mis huesos arden como una hoguera;

5mi corazón se seca como hierba segada,[#102,5: Otras lecturas: “agostado como el heno”; “mi corazón está herido y seco como la hierba”.]

hasta de comer mi pan me olvido.

6De tanto gritar sollozando

tengo los huesos pegados a la piel.

7Me parezco al pelícano del yermo,

soy como el búho de las ruinas.

8No puedo dormir, aquí estoy

como ave solitaria en un tejado.

9Sin cesar mis enemigos me injurian,

furiosos contra mí me maldicen.

10En vez de pan me alimento de polvo,

mezclo la bebida con mi llanto

11a causa de tu enojo y de tu cólera,

pues tú me alzaste y me abatiste luego.

12Es mi vida como sombra que declina,

como la hierba me voy marchitando.

13Pero tú, Señor, reinas por siempre,

tu recuerdo dura por generaciones.

14Tú te alzarás, te apiadarás de Sión,

que es hora ya de apiadarse de ella,

que el plazo ya se ha cumplido.

15Tus siervos aman sus piedras,

sienten piedad de sus ruinas.

16Venerarán las naciones tu nombre, Señor,

y tu gloria los reyes de la tierra;

17cuando el Señor reconstruya Sión,

cuando se muestre en toda su gloria,

18cuando atienda la súplica del pobre

y no desprecie su oración.

19Quede esto escrito para la generación futura,

que el pueblo que nazca alabe a Dios;

20el Señor mira desde su santo cielo,[#102,20: Otra lectura: “desde su excelso santuario”.]

observa la tierra desde el firmamento

21para escuchar el grito del cautivo,

para librar a los reos de muerte.

22Será aclamado en Sión el Señor

y en Jerusalén se proclamará su alabanza,

23cuando pueblos y reinos

se reúnan para servir al Señor.

24Él doblegó mi fuerza en el camino,

él hizo más corta mi vida.

25Yo digo: “Dios mío,

no me lleves en mitad de mi vida”.

Tus años duran por generaciones;

26tú antaño fundaste la tierra,

y el cielo es obra de tus manos.

27Ellos perecen y tú perduras,

se desgastan todos como la tela;

tú como a un traje los cambias

y ellos se desvanecen.

28Pero tú eres el mismo

y no se acaban tus años.

29Habitarán seguros los hijos de tus siervos,

permanecerá ante ti su descendencia.

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain