ECLESIÁSTICO 44

IV.— LA SABIDURÍA EN LA HISTORIA (44—50)

Los antepasados en general

1Hagamos el elogio de las personas ilustres,

de los antepasados que fueron nuestro origen.

2El Altísimo los colmó de alegría,

los engrandeció para siempre.

3Unos fueron soberanos en sus reinos,

otros se hicieron famosos por su poder;

consejeros célebres por su inteligencia

e insignes proclamadores de profecías.

4Algunos guiaron al pueblo con sus consejos

y con su conocimiento del saber popular;

¡qué sabias palabras había en su enseñanza!

5Hubo compositores de melodías musicales[#44,5: El texto hebreo dice: .— El texto hebreo dice: .]

y escritores de grandes epopeyas;

6gente dotada de riqueza y de poder

que vivió pacíficamente en su ciudad.

7Todos fueron proclamados ilustres en su tiempo

y considerados en sus días motivo de orgullo.

8Algunos dejaron un nombre famoso

y se sigue elogiando su memoria;

9otros ni siquiera dejaron recuerdo:

desaparecieron como si no hubieran existido,

sin dejar tras de sí rastro alguno;

y con ellos también desaparecieron sus hijos.

10Pero hubo también personas compasivas

cuyas buenas acciones no han sido olvidadas.

11En sus descendientes pervive

la espléndida herencia que en ellos tuvo origen.

12Su linaje se mantuvo fiel a la alianza,

y lo mismo sus hijos gracias a ellos.

13Permanecerá por siempre su descendencia

y su gloria jamás será borrada.

14Sus cuerpos recibieron pacífica sepultura

y la fama de su nombre pervive en el tiempo.

15Los pueblos cuentan su sabiduría

y la asamblea proclama su alabanza.

Enoc y Noé

16Enoc agradó al Señor y fue arrebatado

para que sirviera a las generaciones futuras

como ejemplo de sincera conversión.

17El Señor halló del todo intachable a Noé

que en tiempo de la destrucción aseguró el relevo;

gracias a él quedaron supervivientes en la tierra

cuando desencadenó sobre ella el diluvio.

18El Señor estableció con él un pacto eterno

para que con el diluvio no pereciera todo viviente.

Abrahán, Isaac y Jacob

19Abrahán fue el padre insigne

de una gran multitud de pueblos;

nadie fue tan glorioso como él.

20Cumplió la ley del Altísimo

que estableció alianza con él;

selló el pacto en su propia carne

y se mantuvo fiel en medio de la prueba.

21Por eso el Señor le prometió con juramento

bendecir en su descendencia a las naciones,

hacerlo innumerable como el polvo de la tierra,

enaltecer su extirpe como estrellas

y extender su herencia de mar a mar,

desde el gran Río hasta los confines de la tierra.

22Igual fue la alianza sellada con Isaac

en atención a Abrahán su padre.

23Después el Señor hizo que Jacob

fuera el depositario de la alianza

y de la bendición del género humano;

lo confirmó en sus bendiciones

y le dio como heredad la tierra

que dividió en territorios

y repartió a las doce tribus.

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain