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1Hizo el Señor que un varón compasivo
surgiera en medio del pueblo de Israel
y se granjeara el favor universal:
fue Moisés, de feliz recuerdo,
amado por Dios y por su pueblo.
2Le otorgó una gloria casi divina,[#45,2: La traducción se inspira en el texto hebreo que dice: , (es decir, de un dios); la versión griega dice: (tal vez en el sentido de ).]
lo engrandeció y lo hizo temible ante los enemigos.
3A petición suya el Señor multiplicó los prodigios
y lo colmó de gloria delante de reyes;
le confió preceptos con destino a su pueblo
y le dio a conocer su grandeza.
4Por su fidelidad y su humildad lo consagró
escogiéndolo entre todos los mortales.
5Hizo que escuchara su voz
y que se adentrara en la densa nube;
le entregó cara a cara los mandamientos,
ley de vida y de conocimiento,
para enseñar a Jacob su alianza
y sus decretos al pueblo de Israel.
6Encumbró también a Aarón, hermano de Moisés,
santo como él y de la tribu de Leví.
7Estableció con él una alianza perpetua
y le confió la función sacerdotal en el pueblo.
Lo honró con espléndidos adornos
rodeándolo con vestiduras de gloria.
8Lo revistió de los más preciosos ornamentos
y lo afianzó en su puesto con las insignias del poder:
los calzoncillos, la túnica y el efod.
9Lo rodeó con bordados de granadas
y con abundantes campanillas de oro alrededor
para que, al caminar, tintinearan
y dejaran escuchar el tintineo en el Templo,
recordando así a su pueblo la presencia del Señor.
10Lo revistió con vestiduras sagradas de oro,
jacinto y púrpura, artísticamente bordadas;
con el pectoral del juicio y las piedras de la verdad;
con tela carmesí artísticamente recamada;
11con piedras preciosas, talladas como sello,
con montura de oro, artísticamente engastadas
y con una inscripción grabada
en recuerdo de las tribus de Israel.
12Le colocó sobre el turbante una corona de oro
con el sello de la consagración en un bajorrelieve,
obra espléndida de valor inestimable,
todo ello regalo para la vista y adorno encantador.
13Nunca se vieron cosas tan hermosas antes de él,
ni jamás un extraño las vistió; sólo sus hijos
y todos sus descendientes a perpetuidad.
14Sus sacrificios deben quemarse por completo,
dos veces cada día de forma perpetua.
15Moisés lo consagró sacerdote[#45,15: Lit. ; se trata de una expresión semita para referirse a la consagración sacerdotal.]
ungiéndolo con aceite sagrado;
de esta manera el Señor selló una alianza perpetua
con él y sus descendientes. Mientras dure el cielo
ejercerá las funciones sacerdotales
y bendecirá a su pueblo en nombre del Señor.
16Lo eligió entre todos los vivientes
para presentar ofrendas al Señor
—incienso y aromas como memorial—
y para pedir perdón por los pecados de su pueblo.
17El Señor le otorgó con sus mandamientos
autoridad sobre las disposiciones legales,
para enseñar a Jacob sus decretos
e iluminar al pueblo israelita con su ley.
18Gente ajena se confabuló contra Aarón
y lo hicieron objeto de su envidia en el desierto:
fueron los secuaces de Datán y Abirón
y el grupo enfurecido de Coré.
19Lo vio el Señor y, disgustado,
los aniquiló encendido de ira;
realizó prodigios contra ellos
devorándolos con su ardiente llama.
20Y engrandeció a Aarón más todavía
asignándole también una heredad:
las primicias de los frutos más tempranos
y, sobre todo, el disponer de comida en abundancia.
21Se alimentan de los sacrificios ofrecidos al Señor,[#45,20-21: El texto hebreo dice: .]
ya que así se lo concedió a él y a sus descendientes.
22Pero no tiene heredad en el territorio de su pueblo,
ni dispone de una porción de tierra entre los suyos,
porque el Señor es su porción y su heredad.
23En tercer lugar ensalcemos a Finés, hijo de Eleazar,
por su celo en defender la honra del Señor.
Cuando el pueblo se rebeló, él se mantuvo firme
y, con una actitud valiente y animosa,
alcanzó el perdón para el pueblo israelita.
24Por eso el Señor selló con él una alianza de paz
y le encargó el cuidado del santuario,
de manera que a él y a toda su descendencia
correspondiera el sumo sacerdocio para siempre.
25También hizo el Señor alianza con David,
hijo de Jesé, perteneciente a la tribu de Judá.
Pero en este caso sólo un hijo hereda la realeza,
mientras a Aarón le hereda toda su descendencia.
26Que el Señor los llene de sabiduría
para que juzguen a su pueblo con justicia,
y pueda disfrutar de un bienestar duradero
y de una gloria que será interminable.