TOBÍAS 8

El demonio expulsado

1Una vez terminaron de comer y beber, decidieron irse a dormir y condujeron a Tobías a la habitación.

2Recordando entonces Tobías lo que Rafael le había dicho, sacó el hígado y el corazón del pez de la bolsa que llevaba, y los puso sobre las brasas del incienso.

3El olor del pez hizo que el demonio se alejara y saliera huyendo por el aire hacia las regiones de Egipto. Rafael se fue tras él y lo encadenó allí al instante.[#8,3: Egipto puede haber sido concebido por el autor como lugar lejano, enigmático y misterioso, el país de la magia. De hecho, lo que ha tenido lugar en la alcoba es un exorcismo.; #Mt 12, 29.43; Mc 3,27; Lc 11,24; Ap 20,2.]

4Salieron los demás de la habitación y cerraron la puerta. Entonces Tobías se levantó de la cama y le dijo a Sara:

— Querida, levántate y oremos. Pidamos a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos dé la salvación.

5Ella se levantó y los dos comenzaron a orar, pidiendo a Dios que les diera la salvación. Decían:

¡Bendito seas,

Dios de nuestros antepasados,

y bendito sea tu nombre

por toda la eternidad!

¡Bendígante los cielos

y la creación entera

por toda la eternidad!

6Tú creaste a Adán,

y también a Eva, su mujer,

para que ella fuera su ayuda y sostén.

De ellos dos nació el género humano.

Tú dijiste:

“No es bueno que esté el hombre solo.

Hagámosle una ayuda adecuada”.

7Ahora, Señor, yo no me caso

con esta mujer pariente mía

movido por una pasión impura,

sino con una sincera intención.

Ten misericordia de nosotros dos

y haz que lleguemos unidos a la vejez.

8Entonces ambos dijeron:

— Amén, amén.

9Después de esto, se acostaron para pasar la noche.

Los temores de Ragüel

10Ragüel, al levantarse, llamó a dos de sus criados y se fue con ellos a cavar una fosa, porque se decía: “Si acaso Tobías ha muerto, la gente se burlará de nosotros y nos insultará”.

11Cuando acabaron de cavar la fosa, Ragüel volvió a la casa, llamó a su esposa

12y le dijo:

— Manda a una de las criadas que vaya a la habitación y vea si Tobías está vivo. Y si ha muerto, lo enterraremos sin que nadie lo sepa.

13Mandaron, pues, a la criada, encendieron una lámpara y abrieron la puerta. Entró ella y encontró acostados a los dos, durmiendo juntos.

14Al salir la criada, les dijo que él estaba vivo y que nada malo le había sucedido.

15Entonces Ragüel alabó al Dios del cielo, diciendo:

¡Bendito seas, oh Dios,

con la más pura de las bendiciones!

¡Bendito seas por toda la eternidad!

16¡Bendito seas porque nos has alegrado,

al no haber sucedido lo que yo temía;

al contrario, nos has tratado

según tu gran misericordia!

17¡Bendito seas por tu misericordia

sobre estos dos hijos únicos!

Derrama, Señor, sobre ellos

misericordia y salvación,

para que, protegidos por ti,

lleguen con alegría al fin de su vida.

18Después de esto, mandó a sus criados que rellenaran la fosa antes del amanecer.

Celebración de la boda

19Ragüel dijo a su esposa que cociera pan en abundancia. Él, por su parte, fue al establo de donde trajo dos bueyes y cuatro carneros que mandó matar, comenzando así los preparativos de la fiesta.[#Gn 18,6-7.]

20Llamó luego a Tobías, y le dijo:

— Durante catorce días no vas a moverte de aquí. Comerás y beberás conmigo, y alegrarás el ánimo de mi hija que tanto ha tenido que sufrir.

21Después tomarás la mitad de mis bienes, y regresarás sano y salvo a casa de tu padre. En cuanto a la otra mitad, también será vuestra cuando mi esposa y yo hayamos muerto. Ten confianza, hijo, pues desde ahora yo soy tu padre y Edna tu madre. Así será para siempre, como lo somos de tu esposa. ¡Ánimo, hijo!

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain