SABIDURÍA 12

1Tu espíritu inmortal está en todos los seres.[#Gn 2,7; Sal 104,29-30.]

2Por eso corriges poco a poco a los que caen

y los reprendes, recordándoles sus pecados,

para que abandonen el mal y crean, Señor, en ti.

Dios modera su castigo a Canaán

3A los antiguos pobladores de tu tierra santa[#Dt 12,31; 18,10-14; 20,16-18.]

4los aborreciste a causa de sus prácticas detestables:[#12,4-6: En numerosos lugares de la Biblia se alude a estas “prácticas detestables” de los cananeos (ver Dt 12,31; 18,9-12; 2 Re 16,3), que los propios israelitas imitaron en más de una ocasión (ver Lv 20,1-6; Is 57,5; Jr 7,31; Ez 16,20-22; Sal 106,35-39). El presente pasaje de Sb amplía la descripción de tales prácticas con alusiones a ritos helenísticos igualmente repudiables.]

por sus hechicerías y sus ritos impíos,

5por asesinar a niños sin compasión,

por devorar vísceras y sangre humana en sus banquetes.

A esos iniciados en ritos orgiásticos,

6a esos padres asesinos de seres indefensos,

decidiste aniquilarlos por medio de nuestros antepasados,

7para que esta tierra, la más preciosa de todas para ti,

recibiera dignamente al pueblo de los hijos.

8Pero también a ellos, seres humanos al fin,

los trataste con gran indulgencia:

les enviaste avispas, como avanzada de tu ejército,

para que los exterminaran lentamente.

9Podías haber sometido los impíos a los justos,

bien en combate abierto, bien por medio de fieras,

aniquilándolos en un solo instante

por medio de una sentencia fulminante.

10Pero, al castigarlos lentamente,

les diste la oportunidad de arrepentirse,

aun sabiendo que desde su origen

formaban una nación malvada

que nunca cambiaría su forma de pensar,

11pues era una raza maldita desde sus comienzos.[#12,11: Probable alusión a Gn 9,25.]

Y si dejaste sin castigo sus pecados,

no fue porque temieras a nadie.

12Pues, ¿quién osará reprobar tu conducta?

¿Quién podrá oponerse a tu sentencia?

¿Quién se atreverá a echarte en cara

el haber destruido a las naciones que creaste?

O ¿quién se enfrentará a ti para vengar a gente malvada?

13Porque fuera de ti no hay ningún dios

que muestre preocupación por todos,

o ante quien tengas que probar

que no son injustas tus sentencias;

14ni hay rey o soberano alguno que pueda desafiarte

saliendo en defensa de los que tú has castigado.

15No en vano eres justo, lo riges todo con justicia

y consideras que es indigno de tu poder

condenar al que no merece ser castigado.

16Porque tu poder es la razón de tu recto proceder;

el dominar todas las cosas, te hace con todos indulgente.

17Te muestras poderoso cuando alguien duda de tu fuerza

y confundes la insolencia de quienes lo ponen en duda.

18Pero, al controlar tu poder, nos juzgas con benignidad

y nos gobiernas con gran indulgencia,

pues dispones de ese poder según tu voluntad.

También los israelitas serán tratados con bondad

19Actuando así, enseñaste a tu pueblo

que el justo debe ser bondadoso,

y colmaste a tus hijos de una hermosa esperanza,

permitiéndoles arrepentirse después de haber pecado.

20Pues si a los enemigos de tu pueblo, que merecían la muerte,

los castigaste con tanta indulgencia y consideración,

dándoles tiempo y lugar para que dejaran su maldad,

21¡con cuánta mayor delicadeza juzgarás a tus hijos,

a cuyos antepasados hiciste juramentos y alianzas,

y prometiste otorgarles espléndidos bienes!

22Así pues, cuando castigas con moderación[#12,22: En realidad, el texto griego dice: (se sobreentiende “golpes”); pero tal lectura está en flagrante oposición con el contexto; por eso se sugiere la lectura que hemos adoptado en la traducción.]

a nuestros enemigos, nos estás educando a nosotros

para que, al juzgar a los demás, recordemos tu bondad

y, al ser nosotros juzgados, confiemos en tu misericordia.

Castigo para los egipcios

23No obstante, a los de vida insensata y malvada

los atormentaste con sus propios ídolos abominables.

24Y es que se habían extraviado por completo

siguiendo caminos del todo equivocados,

considerando dioses a los más viles y repugnantes animales

y dejándose engañar como ingenuos pequeñuelos.

25Por tanto, como a niños incapaces aún de razonar,

les mandaste un castigo que los puso en ridículo.

26Pues al no enmendarse con una ligera reprensión,

tendrían que soportar luego un castigo digno de Dios.

27En efecto, exasperados al tener que sufrir

por causa de aquellos seres que tenían por dioses

y que ahora se habían convertido en su tormento,

abrieron los ojos y reconocieron como verdadero Dios

al que antes se habían negado a conocer.

¡Así cayó sobre ellos el peor de los castigos!

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain