The chat will start when you send the first message.
1“Dios de nuestros antepasados
y Señor rico en misericordia:
con tu palabra creaste todas las cosas
2y con tu sabiduría formaste al ser humano
para que dominara sobre todas tus criaturas,
3gobernara el mundo con santidad y justicia
y todo lo juzgara con un espíritu recto;
4dame la sabiduría que comparte tu trono[#9,4: Ver nota a 7,7. En el presente pasaje, sin embargo, la referencia directa parece encontrarse en 2 Co 1,10.— O bien: ; el término griego utilizado subraya el origen divino de la sabiduría y, como tal término, es nuevo en el libro. El contenido del mismo está ya presente en 7,25-26 y 8,3-4; (ver también 9,9; Pr 8,27-30; Ecl 1,1; 24,3-4).]
y cuéntame en el número de tus hijos.
5Porque yo soy tu siervo, hijo de tu sierva,
un ser débil, de vida efímera
e incapaz de comprender el derecho y la ley.
6Puede uno ser perfecto entre los humanos,
pero en nada será tenido si le falta tu sabiduría.
7Tú me escogiste para ser rey de tu pueblo,[#9,7: Lit. . Probable alusión a la elección de Salomón como rey con preferencia a Adonías, el hijo mayor de David, o a los otros hijos de David (ver 1 Re 1; 1 Cr 28,5).]
para que gobernara a tus hijos y tus hijas.
8Me mandaste edificar un Templo en tu monte santo
y construir un altar en la ciudad donde tu habitas,
a semejanza de aquella Tienda santa
que mandaste prepararte desde el principio.
9A tu lado está la sabiduría, que conoce tus obras
y que estaba presente cuando creaste el universo;
ella es conocedora de lo que te es agradable
y de lo que está conforme con tus mandatos.
10Envíala desde los santos cielos,
mándala desde tu trono glorioso
para que trabaje estando a mi lado
y pueda yo conocer lo que te agrada.
11Porque ella, que todo lo sabe y lo comprende,
dirigirá con acierto mis acciones
y me protegerá con su gloria.
12Mis obras serán entonces de tu agrado,
gobernaré a tu pueblo con justicia
y seré digno del trono de mi padre.
13Pues, ¿quién conoce los proyectos de Dios,
o puede imaginar lo que desea el Señor?
14Los pensamientos humanos son titubeantes,
son inseguras nuestras reflexiones;
15porque el cuerpo corruptible es lastre para el alma
y esta tienda de barro oprime a la mente que piensa.
16Si nos cuesta tanto conocer las cosas terrenas
y si sólo a duras penas conseguimos alcanzar
aquello que está a nuestro alcance,
¿cómo podremos rastrear las realidades celestiales?
17¿Quién conocerá tus planes si tú no le das sabiduría
y le envías desde lo alto tu santo espíritu?
18Así los humanos aprendieron lo que te agrada,
los que habitan la tierra encontraron el camino recto
y, en virtud de la sabiduría, se salvaron”.