2 Macabeos 8

2 Macabeos 8

Insurrección de Judas Macabeo

1Entre tanto, Judas Macabeo y sus compañeros entraron secretamente en las aldeas y empezaron a llamar a sus parientes, y reuniendo a otros que permanecían fieles al judaísmo, juntaron unos seis mil.[#8.1 Este v. enlaza con 5.27, donde aparece Judas preparándose para intervenir.]

2Pedían al Señor que mirara por el pueblo a quien todos perseguían, que tuviera compasión del templo profanado por hombres impíos,

3que se compadeciera de la ciudad devastada y a punto de ser arrasada, que oyera el clamor de la sangre que le pedía a gritos que hiciera justicia,

4que se acordara de la muerte injusta de niños inocentes y de los insultos contra su nombre, y que mostrara su odio contra el mal.

5Poniéndose a la cabeza de un ejército, Macabeo se hizo invencible frente a los paganos, pues el Señor cambió su ira en misericordia.

6Caía de improviso sobre ciudades y aldeas, y las incendiaba; tomaba posiciones estratégicas y ponía en fuga a no pocos de sus enemigos,

7aprovechando la noche para sus ataques. La fama de su valentía se extendió por todas partes.[#8.5-7 1 Mac 3.3-9.]

Nicanor y Gorgias invaden Judea

(1~Mac 3.38-45)

8Al ver Filipo que poco a poco Judas Macabeo iba haciendo grandes progresos, y que sus éxitos eran más y más frecuentes, escribió a Tolomeo, jefe militar de Celesiria y Fenicia, para que viniera en ayuda de los intereses del rey.[#8.8 es el comisario nombrado para establecer el helenismo en Jerusalén. Cf. 2 Mac 5.22.]

9Tolomeo escogió inmediatamente a Nicanor, hijo de Patroclo, quien pertenecía al grupo de los primeros amigos del rey, y lo envió al mando de no menos de veinte mil soldados de muchos países, para aniquilar a todos los judíos. Con él envió a Gorgias, general muy experimentado en asuntos de guerra.[#1~Mac 7.26-27.; #8.9 Véase 1 Mac 2.18 n.; cf. 10.65.]

10Nicanor pensaba pagar, con la venta de los judíos que hiciera prisioneros, el tributo de sesenta y seis mil kilos de plata que el rey debía a los romanos.

11Inmediatamente mandó invitaciones a las ciudades de la costa, para que tomaran parte en la compra de prisioneros judíos, prometiendo vendérselos a razón de tres esclavos por un kilo de plata, sin pensar en el castigo que Dios todopoderoso le enviaría.[#8.11 Sobre la venta de esclavos, véase 1 Mac 3.41 n.; #8.11 Lit. noventa esclavos por un talento. El precio de venta era muy bajo para atraer una gran cantidad de compradores. Además, expresaba el desprecio de Nicanor por los judíos.]

12A Judas le llegó la noticia del avance de Nicanor, e hizo saber a sus hombres que el ejército enemigo estaba cerca.

13Entonces los cobardes y los que desconfiaban de la justicia de Dios huyeron y se refugiaron en otro lugar.

14Los otros vendían lo que les quedaba y pedían al Señor que los librara del impío Nicanor, quien antes del combate ya los había vendido;

15pedían a Dios que, si no hacía esto por consideración a ellos, al menos lo hiciera en atención a la alianza hecha con sus antepasados, y por el santo y glorioso nombre que ellos llevaban.[#Ex 19.5-6; 2~Mac 1.2.]

Primera victoria judía sobre Nicanor

(1~Mac 3.46-60)

16Macabeo reunió a su gente, que eran seis mil hombres, y les recomendó que no perdieran el ánimo frente a los enemigos ni tuvieran miedo a la multitud de paganos que injustamente los atacaban, sino que lucharan con valor,[#8.16 1 Mac 4.6 habla de tres mil.]

17teniendo presentes los criminales ultrajes que los paganos habían hecho al templo, los malos tratos y los insultos contra la ciudad y, finalmente, la supresión de las costumbres recibidas de sus antepasados.

18«Ellos —dijo— confían en sus armas y en su audacia. Nosotros, en cambio, ponemos nuestra confianza en Dios todopoderoso, que con solo ordenarlo puede derrotar a los que marchan contra nosotros, y aun al mundo entero.»[#8.18 Sal 20.7(8).]

19Les recordó la protección de que habían gozado sus antepasados, lo que sucedió en tiempos de Senaquerib, cuando murieron ciento ochenta y cinco mil hombres,[#8.19 Cf. 2 R 19.35; Is 37.36; 1 Mac 7.41.]

20y lo que tuvo lugar en Babilonia durante la guerra contra los gálatas. En esa ocasión tomaron parte en la acción ocho mil judíos y cuatro mil soldados de Macedonia, y estando los macedonios sin saber qué hacer, los ocho mil judíos, gracias al auxilio que recibieron de Dios, derrotaron a ciento veinte mil enemigos y se apoderaron de un enorme botín.[#8.20 Vencer a los gálatas, cuyo valor y cualidades guerreras eran proverbiales, era una hazaña poco común. Posiblemente se trata de alguna batalla en que pelearon mercenarios gálatas.]

21Después de haberlos animado con sus palabras, y de hacer que estuvieran preparados a morir por las leyes y la patria, repartió su ejército en cuatro divisiones.

22Al frente de cada división puso a uno de sus hermanos, Simón, José y Jonatán, asignando a cada uno mil quinientos hombres.

23Luego ordenó a Azarías que leyera el libro sagrado, y habiéndoles dado como contraseña las palabras «Dios nos ayuda», tomó el mando de la primera división y atacó a Nicanor.[#8.23 según versiones antiguas. Gr. oscuro. Se trata probablemente del personaje mencionado en 2 Mac 12.36 y en 1 Mac 5.18,56.; #8.23 El santo y seña Dios nos ayuda pudo haber sido tomado de algún texto bíblico.]

24El Todopoderoso luchó a favor de ellos, y mataron a más de nueve mil enemigos, y mutilaron e hirieron a la mayor parte del ejército de Nicanor, y a todos los obligaron a huir.

25Además, se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos. Después de haberlos perseguido un buen trecho, tuvieron que regresar porque se hacía tarde.[#8.25 2 Mac 8.11,34.]

26Era la víspera del sábado, y por esta causa no siguieron persiguiéndolos.

27Después de recoger las armas de los enemigos y el botín, celebraron el sábado, alabando y dando gracias al Señor porque los había conservado hasta ese día, en que había comenzado a mostrar su misericordia con ellos.

28Pasado el sábado, repartieron el botín, una parte entre las víctimas de la persecución, las viudas y los huérfanos, y el resto entre ellos y sus hijos.[#8.28 La repartición se hace con sentido social. Sobre el botín, cf. 1 Mac 4.23; sobre la repartición, cf. Nm 31.26-27; 1 S 30.22-25.]

29Hecho esto, todos juntos hicieron oraciones al Señor misericordioso, para pedirle que se reconciliara del todo con sus siervos.

Victoria sobre Timoteo y Báquides

30En su lucha con los soldados de Timoteo y Báquides, mataron a más de veinte mil hombres y se apoderaron firmemente de fortalezas elevadas. Luego repartieron el botín en dos partes iguales, una para ellos mismos y otra para las víctimas de la persecución, los huérfanos, las viudas y los ancianos.[#8.30 Se alude aquí probablemente a acontecimientos posteriores. Timoteo entra en escena en el 163 a.C. y Báquides en el 161 a.C. Cf. 1 Mac 5.11-44; 7.8. El autor pone de relieve la comunidad de bienes practicada por las tropas del macabeo.]

31Recogieron cuidadosamente las armas de los enemigos y las guardaron en lugares estratégicos, y el resto lo llevaron a Jerusalén.

32Mataron al comandante de las tropas de Timoteo, uno de los hombres más impíos, que había hecho sufrir mucho a los judíos.

33Mientras celebraban la victoria en Jerusalén, quemaron a los que habían incendiado las puertas del templo, y también a Calístenes, que estaba refugiado en una choza; así recibió este el castigo que merecía por su profanación.[#8.33 Cf. 2 Mac 1.8.]

Huida y confesión de Nicanor

34Nicanor, aquel desalmado que había traído mil negociantes para la venta de los judíos,[#8.34 2 Mac 8.11,25.]

35humillado con la ayuda del Señor por los que él más despreciaba, despojado de su elegante ropa, fugitivo y solitario, huyendo a través de los campos, logró llegar a Antioquía, siendo más afortunado que su ejército, que había sido aniquilado.

36Y él, que había prometido a los romanos pagarles el tributo con el precio de la venta de los prisioneros de Jerusalén, proclamó que los judíos tenían un defensor, y que eran invencibles porque seguían las leyes que Dios, su defensor, les había dado.[#8.36 El reconocimiento de la grandeza del Dios de los judíos por parte de los paganos no sólo se encuentra en este libro (2 Mac 3.36; 9.12); cf. también 2 R 5.15; Dn 3.28; 4.34(31); 6.26-27(27-28); Jdt 5.6-21.]

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies