Hageo 2

Hageo 2

1El día veintiuno del séptimo mes, el Señor volvió a dirigirse al profeta Hageo,[#2.1 El séptimo mes, conocido como el mes de Etanim (1 R 8.2) o Tishri, corresponde a septiembre-octubre. Durante ese mes se celebra la fiesta de las Enramadas (Lv 23.34; Dt 16.13). Véase Fiestas en el Índice temático. Cf. 1 R 8.1-11.]

2y le ordenó que dijera a Zorobabel, a Josué y al resto de la gente:[#2.1-2 Cf. Esd 3.1-2.]

3«Los que vieron el otro templo en todo su esplendor, digan qué les parece este que ahora tenemos. ¿No les parece que no vale nada comparado con aquel otro?[#2.3 Cf. Esd 3.12-13.]

4¡Pero ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo, Josué, jefe de los sacerdotes! Y anímense todos ustedes, gente del país. Trabajen, que yo estoy con ustedes. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.[#2.4 Cf. Zac 8.9.]

5Tal como se lo prometí cuando salieron de Egipto, mi espíritu les acompaña. No tengan miedo.[#2.5 El profeta recuerda el compromiso que Dios contrajo con el pueblo cuando lo liberó de la esclavitud en Egipto (Ex 29.45-46). Así como el Señor estuvo presente en medio de ellos durante la travesía por el desierto (Ex 13.21-22; 14.19), de la misma manera lo estará también durante la reconstrucción del templo, según las promesas que había hecho (Dt 7.7-8; 10.14-15; cf. Jos 1.6-9).]

6Dentro de poco haré temblar el cielo y la tierra, el mar y la tierra firme.[#2.6 Cf. Heb 12.26.]

7Haré temblar a todas las naciones, y traerán sus riquezas, y mi templo se llenará de gloria.» El Señor todopoderoso lo afirma:[#2.7 cf. Is 60.5-7. La versión latina (Vulgata) tradujo la segunda parte de esta expresión por el deseado de todas las naciones .]

8«Míos son la plata y el oro.

9Este segundo templo será más hermoso que el primero. Entonces haré que haya paz en este lugar. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.»[#2.9 Lit. este último templo .; #2.9 Ezequiel había afirmado ya la vinculación entre el nuevo templo y la era mesiánica (Ez 41.1-12), aunque el templo de Ezequiel no se identifica con el construido en tiempos de Hageo. La paz (véase Lm 3.17 n.) será el conjunto de las bendiciones que se disfrutarán durante la era mesiánica (cf. Is 11.6-9).]

10El día veinticuatro del noveno mes del mismo año del gobierno del rey Darío, el Señor se dirigió al profeta Hageo[#2.10 El noveno mes, conocido también como Quisleu (Zac 7.1), corresponde a noviembre-diciembre de nuestro calendario.]

11y le ordenó que, en el nombre del Señor todopoderoso, hiciera a los sacerdotes las siguientes preguntas en relación con la ley:[#2.11 Cuando se presentaba alguna dificultad en la aplicación de la ley, los sacerdotes debían resolver la cuestión pronunciando una torá o instrucción. Cf. Lv 10.10-11; Dt 17.8-13; 33.10; Zac 7.3; Mal 2.7.]

12«Supongamos que un hombre lleva carne consagrada envuelta en su capa, y que el borde de la capa toca pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida: ¿quedará por eso consagrada la comida?» Los sacerdotes contestaron que no.

13Entonces Hageo continuó: «Pero supongamos que alguien, que ha quedado impuro por haber tocado un cadáver, va y toca también cualquiera de estas cosas: ¿acaso ellas no quedarán impuras?» Los sacerdotes contestaron que sí.[#2.13 Cf. Lv 21.11; Nm 9.6-7; 19.11-22.]

14Entonces dijo Hageo: «El Señor afirma: “Lo mismo pasa con esta gente: todo lo que hacen y todo lo que me ofrecen es impuro.[#2.12-14 Para Hageo, el templo en ruinas era como un cadáver que profanaba y volvía impura toda la vida del pueblo, incluidos sus sacrificios.]

15De ahora en adelante piensen ustedes en esto. Antes de empezar a construir el templo,

16¿qué les pasaba? Pues que cuando alguien iba a un montón de veinte medidas de grano, encontraba solamente diez; y cuando uno iba al lugar donde se hace el vino, a sacar cincuenta cántaros, encontraba solamente veinte.[#2.16 según la versión griega (LXX); heb. oscuro.]

17Yo destruí con plagas y granizo el fruto de todos sus esfuerzos, pero ustedes no se volvieron a mí. Yo, el Señor, lo afirmo.[#2.17 Cf. Am 4.9; cf. Dt 28.]

18Hoy, día veinticuatro del noveno mes, han sido puestos los cimientos de mi templo.

19Pues bien, fíjense ustedes en que a partir de hoy no faltará el grano en el granero. Aún no ha dado fruto la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el olivo; pero a partir de hoy, yo los bendeciré.”»

20Ese mismo día, el Señor volvió a dirigirse a Hageo,

21y le ordenó que dijera a Zorobabel, el gobernador de Judá: «Yo haré temblar el cielo y la tierra;

22destruiré el poder de los reinos del mundo y echaré abajo sus tronos; volcaré los carros de guerra y a los que montan en ellos, y morirán los caballos y sus jinetes; cada uno morirá atravesado por la espada de su hermano.

23Y aquel día, Zorobabel, siervo mío, te cuidaré como a mi anillo de sellar, porque yo te he escogido. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.»[#2.23 Algunas personas a quienes se les da este título en el AT son Abraham (Gn 26.24), Jacob (Ez 28.25), Moisés (Nm 12.7), Job (1.8) y David (2 S 7.5). Véase Is 42.1 nota.; #2.23 El anillo de sellar se utilizaba para certificar los documentos oficiales o las órdenes personales del rey. La comparación describe a Zorobabel como representante del Señor, investido de su autoridad. Véase Gn 38.18 n.]

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies