Salmos 118

Salmos 118

SALMO 118 (117)

El poder del Señor es extraordinario

1Den gracias al Señor, porque él es bueno,

porque su amor es eterno.

2Que digan los israelitas:

«El amor del Señor es eterno.»

3Que digan los sacerdotes:[#118.3 Lit. la familia de Aarón. Véase Sal 115.10 n.]

«El amor del Señor es eterno.»

4Que digan los que honran al Señor:

«El amor del Señor es eterno.»

5En mi angustia llamé al Señor;

él me escuchó y me dio libertad.

6El Señor está conmigo; no tengo miedo.

¿Qué me puede hacer el hombre?

7El Señor está conmigo; él me ayuda.

¡He de ver derrotados a los que me odian!

8Es mejor confiar en el Señor

que confiar en el hombre.

9Es mejor confiar en el Señor

que confiar en grandes hombres.

10Todas las naciones me rodearon,

pero en el nombre del Señor las derroté.

11Me rodearon por todos lados,

pero en el nombre del Señor las derroté.

12Me rodearon como avispas,[#118.12 Cf. Dt 1.44.]

pero su furia se apagó como fuego de espinos;

¡en el nombre del Señor las derroté!

13Me empujaron con violencia, para que cayera,

pero el Señor vino en mi ayuda.

14Yo canto al Señor, que me da fuerzas.

¡Él es mi Salvador!,

15En las casas de los hombres fieles[#118.15 Lit. en las tiendas de los justos. Algunos ven aquí una alusión a las cabañas hechas de ramas en las que vivían los israelitas durante la fiesta de las Enramadas. Cf. Neh 8.13-17.]

hay alegres cantos victoriosos:

«¡El poder del Señor alcanzó la victoria!

16¡El poder del Señor es extraordinario!

¡El poder del Señor alcanzó la victoria!»

17¡No moriré, sino que he de vivir

para contar lo que el Señor ha hecho!

18El Señor me ha castigado con dureza,

pero no me ha dejado morir.

19¡Abran las puertas del templo,[#118.19-20 Antes de entrar en el templo, la multitud pide a los sacerdotes y levitas que le abran las puertas. Las puertas del templo: Lit. las puertas de la justicia, porque, de acuerdo con lo establecido en Sal 15 y 24.3-6, sólo los que practican lo que es bueno y recto están en condiciones de entrar en la casa del Señor (v. 20).]

que quiero entrar a dar gracias al Señor!

20Esta es la puerta del Señor,

y por ella entrarán los que le son fieles.

21Te doy gracias, Señor, porque me has respondido

y porque eres mi salvador.

22La piedra que los constructores despreciaron

se ha convertido en la piedra principal.

23Esto lo ha hecho el Señor,

y estamos maravillados.

24Este es el día en que el Señor ha actuado:

¡estemos hoy contentos y felices!

25Por favor, Señor, ¡sálvanos!

Por favor, Señor, ¡haz que nos vaya bien!

26¡Bendito el que viene en el nombre del Señor![#118.26 Mt 21.9; 23.39; Mc 11.9; Lc 13.35; 19.38; Jn 12.13.]

Bendecimos a ustedes desde el templo del Señor.

27El Señor es Dios; ¡él nos alumbra!

Comiencen la fiesta y lleven ramas

hasta los cuernos del altar.

28Te doy gracias y alabo tu grandeza,

porque tú eres mi Dios.

29Den gracias al Señor, porque él es bueno,

porque su amor es eterno.

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies