Salmo 127

Salmo 127

La prosperidad viene del Señor

1Si el Señor no edifica la casa,

en vano trabajan los que la edifican;

si el Señor no guarda la ciudad,

en vano vela la guardia.

2Es en vano que os levantéis de madrugada,

que os acostéis tarde,

que comáis el pan de afanosa labor,

pues Él da a su amado aun mientras duerme.

3¶He aquí, don del Señor son los hijos;[#127:3 Lit., herencia]

y recompensa es el fruto del vientre.

4Como flechas en la mano del guerrero,

así son los hijos tenidos en la juventud.

5Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba;

no será avergonzado

cuando hable con sus enemigos en la puerta.

1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation
Published by: The Lockman Foundation