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1Del Señor procede toda sabiduría
y con él permanece para siempre.
2¿Quién podrá contar la arena de las playas,
las gotas de la lluvia o los días de la eternidad?
3¿Quién podrá medir la altura del cielo,
la anchura de la tierra y la profundidad del abismo?
4La sabiduría fue creada antes que todas las cosas;[#24,8-9; Pr 8,22.]
la inteligencia y la prudencia existen desde siempre .
6¿A quién ha sido revelada la raíz de la sabiduría?
Sus hazañas, ¿quién las ha conocido?
8Sólo hay uno que es sabio y temible sobremanera:
el Señor que está sentado en su trono.
9Él fue quien creó la sabiduría,
quien la contempló, la midió
y la derramó sobre todas sus obras.
10Él se la dio a todo viviente como don,
se la regaló a quienes lo aman.
11Honrar al Señor es gloria y honor,[#1,11: Así vamos a traducir sistemáticamente —con los oportunos matices— la expresión literal: .]
alegría y júbilo exultante.
12Honrar al Señor es gozo para el corazón;
comporta alegría, dicha y larga vida.
13Quien honra al Señor acabará bien,
cuando muera será objeto de alabanza.
14En honrar al Señor está el comienzo de la sabiduría,
acompaña a los fieles desde el seno materno.
15Se estableció para siempre entre los humanos
y se mantiene fiel a su linaje.
16Plena sabiduría es honrar al Señor,
con sus frutos embriaga a los humanos;
17llena toda su casa de cosas apetecibles
y de sus frutos rebosan los graneros.
18Honrar al Señor es la corona de la sabiduría,
de ella brotan la paz y el bienestar;
19ella hace llover la ciencia y el conocimiento,[#1,19: Antes de estas palabras, la versión griega de los LXX repite parte del v. 9, a saber: . Parece tratarse de una glosa que juzgamos oportuno suprimir.]
y colma de gloria a quienes la poseen.
20La raíz de la sabiduría es honrar al Señor
y una larga vida se encuentra en sus ramas.
22Quien se enfurece sin razón no tiene disculpa,
pues el ímpetu de su ira le ocasiona la ruina.
23El que es paciente aguanta en todo momento
y al final recibirá como recompensa la alegría;
24en todo momento controla sus palabras,
y serán muchos los que proclamen su inteligencia.
25La sabiduría atesora proverbios acertados,
pero la religiosidad es aborrecible al pecador.
26Si deseas sabiduría, cumple los mandamientos,
y el Señor te la proporcionará.
27Porque honrar al Señor es sabiduría e instrucción,
fidelidad y humildad es lo que le agrada.
28No te niegues a honrar al Señor,
ni te acerques a él con torcidas intenciones.
29No seas hipócrita en tu relación con los demás
y ten cuidado con las palabras que salen de tu boca.
30No te encumbres a ti mismo, no sea que caigas
y te veas cubierto de ignominia.
El Señor pondrá al descubierto tus secretos
y te humillará en medio de la comunidad
por no haberlo honrado como es debido
y por tener el corazón cargado de mentira.