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1»Después nos fuimos al desierto por el camino del Mar Rojo, tal como el Señor me lo había ordenado, y pasamos mucho tiempo caminando alrededor de las montañas de Seír.[#2.1 Nm 21.4; véase Dt 1.2 nota.]
2Entonces el Señor me dijo:
3“Ya llevan demasiado tiempo rodeando estas montañas; váyanse ahora hacia el norte.
4Dale esta orden al pueblo: Ustedes van a pasar por el territorio de los descendientes de Esaú, que viven en Seír y son parientes de ustedes. Ellos tienen miedo de ustedes; sin embargo, tengan mucho cuidado[#2.4 Nm 20.14-21. Los edomitas, habitantes de Seír, eran descendientes de Esaú, el hermano mayor de Jacob, de manera que los israelitas los consideraban parientes. Cf. v. 8 y Gn 36.8.]
5y no los ataquen, pues yo no les daré a ustedes ni una sola parte de ese país, porque las montañas de Seír son propiedad de los descendientes de Esaú. Yo se las di a ellos.[#2.5 Lit. ni un lugar donde poner el pie; cf. Hch 7.5. Alusión a la costumbre de tomar posesión legal de la tierra recorriéndola a lo largo y a lo ancho (Gn 13.17).]
6Ustedes les pedirán que les vendan los alimentos que necesiten, y pagarán por ellos y aun por el agua que beban.”
7El Señor y Dios de ustedes los ha bendecido en todo lo que han hecho; durante estos cuarenta años ha estado con ustedes y los ha cuidado en su marcha por este inmenso desierto, sin que nada les haya faltado.[#Dt 8.2-4.]
8»Después nos alejamos camino del Arabá, de Elat y Esión-guéber, y pasamos por las tierras de nuestros parientes, los descendientes de Esaú que viven en Seír, y allí hicimos un rodeo para tomar el camino del desierto de Moab.[#2.8 según la versión griega (LXX); heb. nos alejamos del camino del Arabá.; #2.8 podrían ser dos nombres dados sucesivamente a una ciudad situada al norte del Golfo de Akaba; ahí se marca el comienzo del camino del Arabá, en dirección al norte. Véase Dt 1.1 n.; 1 R 9.26 n.]
9Entonces el Señor me dijo: “No molestes ni ataques a los moabitas, pues son descendientes de Lot, y no te daré ni la más pequeña parte de su país. Yo les he dado en propiedad la región de Ar.”[#2.9 Los israelitas veían a los moabitas y a los amonitas (v. 19) como parientes lejanos, porque los consideraban descendientes de Lot (Gn 19.30-38).; #2.9 nombre de una ciudad moabita, usado también para designar el país de Moab (cf. Nm 21.10-20).]
10(Este país fue habitado en tiempos antiguos por los emitas, que eran gente grande y numerosa, y alta como los descendientes del gigante Anac.
11En realidad, la gente creía que eran refaítas, aunque los moabitas los llamaban emitas.[#2.10-11 Este paréntesis contiene una referencia a los primitivos pobladores de la Transjordania, designados en general como refaítas. La tradición popular les atribuía una estatura gigantesca y otros rasgos legendarios (véase Dt 3.11 nota). En distintos lugares se les daban nombres diferentes: emitas en Moab (cf. Gn 14.5), anaquitas en Judá (Nm 13.28,33; Jue 1.20) y zamzumitas en Amón (v. 20). El nombre emita significa, probablemente, terrible .]
12Esta región de Seír fue habitada antes por los horeos, pero los descendientes de Esaú exterminaron a sus habitantes y ocuparon el país, quedándose a vivir allí tal como lo ha hecho Israel con el país que el Señor le ha dado.)
13“Y ahora —dijo el Señor—, pónganse en marcha y crucen el arroyo Zéred.” Y entonces cruzamos el arroyo.[#2.13 arroyo que desemboca en el Mar Muerto y marcaba la frontera entre Moab y Edom (Nm 21.12-13).]
14»Desde que salimos de Cadés-barnea hasta el día en que cruzamos el arroyo Zéred, pasaron treinta y ocho años. Para entonces ya había muerto toda la generación de hombres de guerra que había en el campamento, tal como el Señor se lo había jurado.[#Nm 14.28-35.]
15El poder del Señor cayó sobre ellos, hasta que todos murieron.
16»Cuando ya no quedaba vivo ninguno de aquellos hombres de guerra,
17el Señor me habló y me dijo:
18“Hoy mismo pasarás la frontera de Moab y te dirigirás a Ar,
19pero cuando te encuentres con los amonitas, que son también descendientes de Lot, no los molestes ni los ataques, pues no voy a darte ninguna parte de su territorio, ya que se lo he dado a ellos en propiedad.”[#2.19 Véase Dt 2.9 nota.]
20(También este país era tenido por tierra de refaítas, porque antiguamente habían vivido allí los refaítas, a quienes los amonitas llamaban zamzumitas;
21se trataba de un pueblo grande y numeroso, y de gente alta como los descendientes del gigante Anac, pero el Señor los destruyó por medio de los amonitas, los cuales se quedaron a vivir para siempre en el país.
22El caso era semejante al de los descendientes de Esaú, que habitaban en Seír y que exterminaron a los horeos para quedarse a vivir allí.[#2.22 Lit. y habitaron en lugar de ellos hasta el día de hoy. La referencia al día de hoy aparece con frecuencia en el texto hebreo, sobre todo en los libros históricos, y se refiere al momento en que se escribía el libro. Cf. 1 R 12.19.]
23Lo mismo les pasó a los heveos, que vivían en aldeas cerca de Gaza y que fueron exterminados por los filisteos, los cuales vinieron de Creta y se quedaron a vivir allí.)
24“¡Vamos —dijo el Señor—, pónganse en marcha y crucen el río Arnón! Yo haré caer en manos de ustedes al amorreo Sihón, que es rey de Hesbón, y a su país. ¡Entren en su territorio y declárenle la guerra![#2.24 El río Arnón, que corre de este a oeste hasta desembocar en el Mar Muerto, servía de límite entre Moab y el reino amorreo de Sihón (cf. vv. 26-36).]
25A partir de hoy haré que ante ustedes todos los pueblos de la tierra se llenen de espanto. Cuando oigan hablar de ustedes, se pondrán a temblar y la angustia se adueñará de ellos.”
26»Desde el desierto de Cademot envié unos mensajeros a Sihón, rey de Hesbón, para proponerle de manera amistosa lo siguiente:[#2.26 Los encuentros de Israel con Edom, Moab y Amón difieren notablemente de sus enfrentamientos con Sihón, rey de Hesbón, y con Og, rey de Basán (cf. Dt 3.1-11). Los primeros no oponen batalla a los israelitas y conservan sus tierras como un don del Señor (cf. vv. 4-5,8-9,18-19). Los últimos, en cambio, les oponen resistencia y son despojados de sus territorios.]
27“Pienso pasar por tu territorio, siguiendo siempre el camino principal y sin tocar ningún otro punto de tu país.[#2.27 importante ruta comercial, conocida como «el camino real». Cf. Nm 20.17.]
28Te pagaremos con dinero los alimentos que necesitemos y el agua que bebamos. Solamente te pido que nos dejes pasar,
29como nos lo han permitido los descendientes de Esaú que viven en Seír y los moabitas que viven en Ar, hasta que crucemos el río Jordán y lleguemos al país que el Señor nuestro Dios nos va a dar.”
30»Pero el rey Sihón no quiso dejarnos pasar por su tierra, porque el Señor, el Dios de ustedes, hizo que se negara rotundamente a ello, con el fin de ponerlo en manos de ustedes, como todavía lo está hoy.[#2.30 Lit. volvió su espíritu inflexible y endureció su corazón. Véase Ex 7.3 n.]
31»Entonces el Señor me dijo: “A partir de este momento te entrego a Sihón y a todo su país; entra ya en su territorio y apodérate de él.”
32»Sihón nos salió al encuentro con todo su ejército, para presentarnos batalla en Jahas;
33pero el Señor nuestro Dios lo hizo caer en nuestras manos y lo derrotamos a él, a sus hijos y a todo su ejército.
34Todas sus ciudades cayeron en nuestro poder y las destinamos a la destrucción; matamos hombres, mujeres y niños; no dejamos a nadie con vida.[#2.34 Sobre la destrucción total descrita aquí, véase Ex 22.20(19) n.]
35Lo único que tomamos para nosotros fue el ganado y las cosas de valor que hallamos en las ciudades conquistadas.
36Desde la ciudad de Aroer, que está junto al río Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que resistiera nuestro ataque; el Señor nuestro Dios hizo que todas cayeran en nuestro poder.[#2.36 en la frontera de Amón (v. 24), estaba dividida en dos partes: una en lo alto, al borde de la cañada del río, y otra en el valle, a orillas del río.]
37Los únicos territorios que no atacamos fueron los siguientes: el de los amonitas, toda la región del río Jaboc, las ciudades de la montaña, y todos los demás lugares que el Señor nuestro Dios nos había ordenado no atacar.[#2.36-37 río de la Transjordania, uno de los principales afluentes del Jordán (cf. Gn 32.22[23]; Nm 21.24). Galaad era el nombre de la región montañosa, al este del Jordán, que se extendía hasta el río Yarmuk, situado al norte del Jaboc (cf. Jos 12.2).]