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1Un día Noemí le dijo a Rut:
—Hija mía, yo debo buscarte un esposo que te haga feliz.
2Mira, nuestro pariente Booz, con cuyas criadas estuviste trabajando, va a ir esta noche al campo a separar el grano de la paja.[#3.2 Véase Mt 3.12 n.; cf. Sal 1.4.]
3Haz, pues, lo siguiente: Báñate, perfúmate y ponte tu mejor vestido, y vete allá. Pero no dejes que Booz te reconozca antes que termine de comer y beber.[#3.3 como la novia que va al encuentro de su esposo (cf. Ez 16.8-13).]
4Fíjate bien en dónde se acuesta a dormir. Entonces ve y destápale los pies, y acuéstate allí. Luego, él mismo te dirá lo que debes hacer.[#3.1-4 Noemí hace que Rut tome conciencia de su derecho y le da las indicaciones pertinentes para que ella misma lo haga valer delante de su pariente cercano (heb. goel; véase Rt 2.20 n.).]
5Rut contestó:
—Haré todo lo que me has dicho.
6Rut se fue al campo e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7Booz comió, bebió y se mostró muy contento. Luego se acostó a dormir junto al montón de grano. Más tarde Rut llegó sin hacer ruido, le destapó los pies y se acostó allí.[#3.7 Cf. en Gn 38.13-19 la estratagema de que se valió Tamar, la nuera de Judá, para que se le reconociera este mismo derecho.]
8A medianoche, Booz se despertó de pronto, y al darse una vuelta se sorprendió de que una mujer estuviera acostada a sus pies.
9—¿Quién eres tú? —preguntó Booz.
—Soy Rut, su servidora —contestó ella—. Usted es mi pariente más cercano y tiene el deber de ampararme. Quiero que se case usted conmigo.
10—¡Que el Señor te bendiga! —dijo Booz—. Ahora más que nunca has mostrado que eres fiel a tu difunto esposo. Bien podrías haber buscado a otro más joven que yo, pobre o rico, pero no lo has hecho.
11No tengas miedo, hija mía, que todos en mi pueblo saben ya que eres una mujer ejemplar. Por eso, yo haré lo que me pidas.[#3.11 Lit. toda la puerta de mi pueblo. Alusión a la puerta por la que se entraba en una ciudad amurallada (cf. Jos 2.7) y que era el punto de reunión de toda la gente del lugar. Véase Rt 4.1 n.; cf. Job 29.7-10.]
12Sin embargo, aunque es verdad que soy pariente cercano tuyo, tú tienes otro pariente aún más cercano que yo.[#3.12 A este pariente más cercano le correspondía la obligación y el derecho de cumplir con sus funciones de goel (véase Rt 2.20 n.), en primer lugar el de casarse con Rut. Cf. Rt 4.3-6.]
13Quédate aquí esta noche. Si mañana él quiere cumplir con sus deberes de pariente, que lo haga; pero si no lo hace, te prometo delante del Señor que yo lo haré. Ahora duérmete hasta que amanezca.
14Rut durmió aquella noche a los pies de Booz. Al día siguiente se levantó antes del amanecer, cuando todavía estaba muy oscuro, porque Booz había dicho: «Nadie debe saber que esta mujer ha venido al campo.»
15Entonces Booz le dijo:
—Quítate la capa y sujétala bien.
Mientras Rut sostenía su capa, Booz echó en ella más de cuarenta kilos de cebada. Luego la ayudó a echarse la carga sobre el hombro, y ella se fue a la ciudad.
16Cuando Rut llegó a donde estaba su suegra, esta le preguntó:
—¿Qué tal te fue, hija mía?
Rut le contó todo lo que Booz había hecho por ella,
17y añadió:
—Me dio toda esta cebada, y me dijo: «No debes volver a tu suegra con las manos vacías.»
18Entonces Noemí dijo:
—Ahora, hija mía, espera a ver qué pasa. Este hombre no descansará hoy hasta dejar resuelto el asunto.