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1Y ACONTECIÓ que pasando él por los sembrados en un sábado segundo del primero, sus discípulos arrancaban espigas, y comían, restregándolas con las manos.[#Mt. 12.1-8. Mr. 2.23-28.]
2Y algunos de los Fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los sábados?[#Jn. 5.10.]
3Y respondiendo Jesús les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, qué hizo David cuando tuvo hambre, él, y los que con él estaban;
4Cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, y comió, y dió también á los que estaban con él, los cuales no era lícito comer, sino á solos los sacerdotes?
5Y les decía. El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.
6Y aconteció también en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía la mano derecha seca.[#Mt. 12.9-14. Mr. 3.1-6.; #Jn. 5.3.]
7Y le acechaban los escribas y los Fariseos, si sanaría en sábado, por hallar de qué le acusasen.[#14.1.]
8Mas él sabía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él levantándose, se puso en pie.[#Mt. 9.4.]
9Entonces Jesús les dice: Os preguntaré un cosa: ¿Es lícito en sábados hacer bien, ó hacer mal? ¿salvar la vida, ó quitarla?
10Y mirándolos á todos alrededor, dice al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fué restaurada.[#Mr. 2.7.]
11Y ellos se llenaron de rabia; y hablaban los unos á los otros qué harían á Jesús.[#Mt. 12.14. Mr. 3.6.]
12Y aconteció en aquellos días, que fué al monte á orar, y pasó la noche orando á Dios.[#Mt. 14.23. 9.18,28 y 11.1]
13Y como fué de día, llamó á sus discípulos, y escogió doce de ellos, á los cuales también llamó apóstoles:[#Mt. 10.1. Mr. 3.13,14.; #Mt. 10.2-4. Mr. 3.16-19. Hch. 1.13.]
14A Simón, al cual también llamó Pedro, y á Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé,
15Mateo y Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón el que se llama Celador,[#Mt. 10.4.]
16Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que también fué el traidor.[#Jn. 14.22.]
17Y descendió con ellos, y se paró en un lugar llano, y la compañía de sus discípulos, y una grande multitud de pueblo de toda Judea y de Jerusalem, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido á oirle, y para ser sanados de sus enfermedades;[#Mt. 5.1.; #Mt. 4.25. Mr. 3.7,8.; #Mt. 15.21.]
18Y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos: y estaban curados.
19Y toda la gente procuraba tocarle; porque salía de él virtud, y sanaba á todos.[#Mr. 5.30. 8.46]
20Y alzando él los ojos á sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios.[#Mt. 5.3-12.]
21Bienaventurados los que ahora tenéis hambre; porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
22Bienaventurados seréis, cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de sí, y os denostaren, y desecharen vuestro nombre como malo, por el Hijo del hombre.[#Jn. 16.2.]
23Gozaos en aquel día, y alegraos; porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres á los profetas.
24Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque tenéis vuestro consuelo.[#12.21. Stg. 5.1.; #Mt. 6.2. 16.25]
25¡Ay de vosotros, los que estáis hartos! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis.[#Is. 65.13.]
26¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros! porque así hacían sus padres á los falsos profetas.[#Jn. 15.19 y 17.14. 1 Jn. 4.5.]
27Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen;[#35. Mt. 5.44.]
28Bendecid á los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
29Y al que te hiriere en la mejilla, dale también la otra; y al que te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas.[#Mt. 5.39-42.; #1 Co. 6.7.]
30Y á cualquiera que te pidiere, da; y al que tomare lo que es tuyo, no vuelvas á pedir.
31Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros:[#Mt. 7.12.]
32Porque si amáis á los que os aman, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores aman á los que los aman.[#Mt. 5.46,47.]
33Y si hiciereis bien á los que os hacen bien, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores hacen lo mismo.
34Y si prestareis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores prestan á los pecadores, para recibir otro tanto.[#Mt. 5.42.]
35Amad, pués, á vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo: porque él es benigno para con los ingratos y malos.[#Mt. 5.45.; #1.32.]
36Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
37No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis condenados: perdonad, y seréis perdonados.[#Mt. 7.1-5.]
38Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto á medir.[#Mr. 3.5.]
39Y les decía una parábola: ¿Puede el ciego guiar al ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?[#Mt. 15.14.]
40El discípulo no es sobre su maestro; mas cualquiera que fuere como el maestro, será perfecto.[#Mt. 10.24.]
41¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y la viga que está en tu propio ojo no consideras?
42¿O cómo puedes decir á tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
43Porque no es buen árbol el que da malos frutos; ni árbol malo el que da buen fruto.[#Mt. 7.16,18.]
44Porque cada árbol por su fruto es conocido: que no cogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de las zarzas.[#Mt. 12.33.]
45El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca.[#Mt. 12.35.; #Mt. 12.34.]
46¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?[#Mt. 7.21.]
47Todo aquel que viene á mí, y oye mis palabras, y las hace, os enseñaré á quién es semejante:[#Mt. 7.24-27.]
48Semejante es al hombre que edifica una casa, el cual cavó y ahondó, y puso el fundamento sobre la peña; y cuando vino una avenida, el río dió con ímpetu en aquella casa, mas no la pudo menear: porque estaba fundada sobre la peña.
49Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; en la cual el río dió con ímpetu, y luego cayó; y fué grande la ruina de aquella casa.[#Mt. 7.26.]