ESDRAS 3

Reanudación de los servicios del culto

1El séptimo mes, instalados ya los israelitas en sus ciudades, se reunió el pueblo, de común acuerdo, en Jerusalén.[#3,1: El mes de Tishri, entre septiembre y octubre, es el mes con el que comienza el calendario civil hebreo. Mes sumamente importante porque en él se celebraban las festividades de los Tiendas (Enramadas), Año Nuevo y el Día de la Expiación (Lv 23,23-43; Nm 29). Ver CALENDARIO.; #Ne 7,72; 8,1.]

2Entonces Josué, hijo de Josadac, junto con sus hermanos sacerdotes y con Zorobabel, hijo de Salatiel, acompañado también de sus hermanos, se pusieron a construir el altar del Dios de Israel para ofrecer holocaustos en él como está escrito en la ley de Moisés, varón de Dios.

3Aunque temían a las gentes del lugar, erigieron el altar en su emplazamiento original y ofrecieron sobre él holocaustos al Señor, los holocaustos de la mañana y de la tarde.[#Lv 3,33-36.39-43; Nm 28,3-8; 29,12-38.]

4Celebraron la fiesta de las Tiendas según estaba prescrito, ofreciendo cada día los holocaustos señalados en el ritual.[#3,4: Esta fiesta, que recordaba los cuarenta años transcurridos en el desierto, encajaba de manera especial en aquel momento en que estaba reciente la vuelta del destierro.]

5A partir de ese momento ofrecieron también el sacrificio perpetuo, los de la luna nueva, los de todas las solemnidades dedicadas al Señor y los de cualquiera que presentase espontáneamente su ofrenda al Señor.

6Desde el primer día del séptimo mes comenzaron a ofrecer holocaustos al Señor, a pesar de que no se habían echado los cimientos del Templo del Señor.

7Entregaron dinero a los canteros y a los carpinteros, y suministraron víveres, bebidas y aceite a los sidonios y a los tirios a cambio de que, desde el Líbano, enviaran a Jope por vía marítima maderas de cedro de acuerdo con la autorización que había concedido Ciro, rey de Persia.[#1 Re 5,20; 1 Cr 22,4; 2 Cr 2,12-15.]

Comienza la reconstrucción del Templo

8En el mes segundo del segundo año de su llegada a Jerusalén, Zorobabel, hijo de Salatiel y Josué, hijo de Josadac, junto con el resto de sus hermanos: sacerdotes, levitas y todos los que llegaron a Jerusalén desde el destierro, comenzaron la obra del Templo. Encomendaron a los levitas de más de veinte años la dirección de los trabajos del Templo del Señor.[#3,8: Mes de Iyyar, corresponde a abril-mayo del 536 a. C. Posiblemente se escogiera esta fecha para hacerla coincidir con la elegida por Salomón para construir el primer Templo (Ver 1 Re 6,1; 2 Cr 3,2).— Según costumbre que se remontaba hasta David (1 Cr 23,24-27), se requerían al menos veinte años para entrar a servir en el Templo. En Nm 4,3 y 8,24 se señalan treinta y veinticinco años respectivamente.]

9Josué con sus hijos y hermanos se reunieron formando un solo grupo con Cadmiel y sus hijos, descendientes de Judá, para dirigir a los que hacían los trabajos en el Templo de Dios. Estaban también los hijos de Jenadad y sus hermanos levitas.

10Cuando los albañiles echaron los cimientos del Templo del Señor, los sacerdotes, ataviados con sus ropajes y provistos de trompetas, se pusieron en pie. Los levitas descendientes de Asaf llevaban címbalos para alabar al Señor según lo dispuesto por David, rey de Israel.[#3,10: Es posible que se aluda a las indicaciones musicales que 1 Cr 15,16-24 y 2 Cr 29,26 atribuyen al propio David y que luego se mantuvieron en vigor.]

11Cantaban así, alabando y dando gracias al Señor: “Porque el Señor es bueno, porque su bondad perdura por siempre sobre Israel”.[#3,11: Lit. . Parece, pues, que dos coros se alternaban en un canto antifonal, unos cantaban y otros respondían.]

Y todo el pueblo aclamaba al Señor y lo alababa lleno de júbilo porque se habían echado los cimientos del Templo del Señor.

12Muchos de los sacerdotes, levitas y cabezas de familia más ancianos que habían visto el primer Templo, al ver cómo se echaban los cimientos de este, lloraban a lágrima viva. Otros, sin embargo, daban grandes gritos de alegría.[#3,12: Sobre todo los más ancianos, que conocieron el Templo de Salomón, se sentían tristes por el contraste con el primero. Ver Ag 2,1-3.; #Ag 2,3; Tb 14,5.]

13No se podía distinguir entre las manifestaciones de alegría y de llanto porque el clamor popular era enorme, oyéndose a larga distancia el griterío.

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain