The chat will start when you send the first message.
1En aquel tiempo Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías porque oyó que había estado enfermo y se había recuperado.
2Se alegró por ello Ezequías y les mostró la casa de su tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, todo su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara.[#39:2 Lit. por ellos.]
3Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le preguntó: «¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti?». Y Ezequías respondió: «Han venido a mí de un país lejano, de Babilonia».
4«¿Qué han visto en tu casa?», preguntó el profeta. «Han visto todo lo que hay en mi casa», respondió Ezequías; «no hay nada entre mis tesoros que yo no les haya mostrado».
5Entonces Isaías dijo a Ezequías: «Oye la palabra del Señor de los ejércitos:
6“Ciertamente vienen días cuando todo lo que hay en tu casa y todo lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia; nada quedará”, dice el Señor .
7“Y algunos de tus hijos que saldrán de ti, los que engendrarás, serán llevados y serán oficiales para servir en el palacio del rey de Babilonia” ».[#39:7 O eunucos.]
8Entonces Ezequías dijo a Isaías: «La palabra del Señor que has hablado es buena». Pues pensaba: «Habrá paz y seguridad en mis días».[#39:8 Lit. dijo.; #39:8 O verdad.]