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1Por aquel tiempo la región volvió a sufrir hambruna —aparte de la que había padecido anteriormente, en los días de Abrahán—. Por eso Isaac se dirigió a Guerar, donde residía Abimélec, rey de los filisteos.[#26,1: Ver nota a 21,32.; #12,10.]
2El Señor se le apareció y le dijo:
— No bajes a Egipto. Quédate en la tierra que yo te indique.
3Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia les he de dar todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que le hice a tu padre Abrahán.[#26,3: En las historias de Isaac, Jacob y José son recurrentes los temas de la bendición y de la promesa en virtud de la cual Dios estará siempre cerca ayudando a sus protegidos (26,24; 28,15; 31,3; 39,2-3.21). Ver también paralelos/referencias a Ex 3,12.— Isaac es depositario de la promesa hecha a Abrahán (12,1-3; 13,14-15; 15,18-21; 22,16-18).]
4Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y te daré todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de tu descendencia,[#26,4: Ver nota a 12,3.]
5ya que Abrahán me obedeció y guardó mis preceptos y mandamientos, mis normas y leyes.
6Isaac se quedó a vivir en Guerar.[#26,6-11: En 12,13-20 y 20,2-14 se relatan episodios semejantes, pero en ellos el protagonista es Abrahán.]
7Y cuando los lugareños le preguntaban si Rebeca era su mujer, él respondía que era su hermana, pues no se atrevía a decirles que era su mujer, no fueran a matarlo por causa de la belleza de Rebeca.
8La estancia de Isaac en aquel lugar se fue dilatando, y un día Abimélec, rey de los filisteos, mirando por la ventana vio a Isaac acariciando a Rebeca, su mujer.[#26,8: Aquí se da un juego de palabras entre Isaac ( ) y caricia ( ).]
9Entonces Abimélec mandó llamar a Isaac y le dijo:
— ¡Así que Rebeca es tu mujer! ¿Por qué dijiste que era tu hermana?
Isaac le respondió:
— Yo pensé que tal vez me matarían por causa de ella.
10Abimélec le dijo:
— ¿Cómo se te ha ocurrido hacernos esto? Poco ha faltado para que alguno del pueblo se hubiera acostado con tu mujer, y nos hicieses a todos culpables.
11Y Abimélec ordenó a todo el pueblo:
— Quien moleste a este hombre o a su mujer, será condenado a muerte.
12Isaac sembró en aquella tierra, y ese año cosechó el céntuplo, porque el Señor lo bendijo.
13Así Isaac se fue enriqueciendo cada vez más, hasta que llegó a ser muy rico.
14Llegó a tener tantas ovejas y vacas y tantos sirvientes, que los filisteos acabaron envidiándole,
15y cegaron con tierra todos los pozos que los criados de su padre Abrahán habían cavado, cuando este aún vivía.
16Entonces Abimélec dijo a Isaac:
— ¡Apártate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros!
17Isaac se fue de allí y montó su campamento en el valle de Guerar, donde se estableció.
18Abrió nuevamente los pozos de agua que habían sido cavados en tiempos de su padre Abrahán y que los filisteos habían cegado después de su muerte, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado.[#26,18: Según otras versiones:]
19Un día, los criados de Isaac, cavando un pozo en el valle, dieron con un manantial.[#26,19-22: Lit. Los siervos de Isaac excavaron tres pozos desconocidos por Abrahán. Dos de ellos fueron motivo de discusión entre los pastores de Guerar y los de Isaac, por eso los llamaron (pelea) y (discusión). Por el tercer pozo ya no riñeron, por lo que se llamó (espacios abiertos o anchuras).]
20Pero los pastores de Guerar se pusieron a discutir con los pastores de Isaac diciendo:
— Esta agua es nuestra.
Por eso Isaac llamó al pozo Esec —es decir, “Pelea”—, porque habían peleado por él.
21Después cavaron otro pozo, y volvieron a discutir por él; por eso Isaac lo llamó Sitná —es decir, “Discusión”—.
22Entonces Isaac se fue de allí y volvió a cavar otro pozo, pero esta vez ya no hubo disputas por él. A este pozo lo llamó Rejobot —es decir, “Espacios abiertos”—, pues se dijo: “El Señor nos ha dado espacios abiertos para que prosperemos en esta región”.
23De allí Isaac se dirigió a Berseba.
24Y aquella misma noche el Señor se le apareció y le dijo:
Yo soy el Dios de tu padre Abrahán.
No temas, porque yo estoy contigo.
Te bendeciré y multiplicaré tu descendencia,
por amor a mi siervo Abrahán.
25Allí Isaac erigió un altar e invocó el nombre del Señor. Montó allí su tienda, y sus criados cavaron otro pozo.
26Cierto día, Abimélec fue a visitar a Isaac desde Guerar. Llegó acompañado de su amigo Ajuzat y de Picol, el jefe de su ejército.[#26,26: La palabra hebrea traducida por podría también corresponder al título de un funcionario del rey, por ejemplo, al de un Ver 21,22.]
27Isaac les preguntó:
— ¿Por qué vienen a visitarme, si me odian y hasta me han echado de su tierra?
28Ellos respondieron:
— Nos hemos dado cuenta de que el Señor está contigo y queremos proponerte sellar entre nosotros una alianza con juramento.
29Jura que no nos harás ningún daño, pues nosotros no te hicimos mal, al contrario, siempre te tratamos bien y te despedimos en forma amistosa. Tú eres ahora el bendito del Señor.
30Isaac les ofreció un banquete y ellos comieron y bebieron.
31Al día siguiente se levantaron de madrugada y se hicieron mutuo juramento. Luego Isaac los despidió, y ellos se marcharon como amigos.
32Aquel mismo día los criados de Isaac vinieron a darle noticias del pozo que estaban cavando, y le dijeron:
— Hemos encontrado agua.
33Isaac le puso el nombre de Sebá —es decir, “Juramento”—. Por eso la ciudad se llama hasta el día de hoy Berseba, —es decir, “Pozo del Juramento”.[#26,33: Ver nota a 21,30-31.]
34Cuando Esaú tenía cuarenta años tomó por mujer a Judit, hija de Beerí el hitita, y a Besemat, hija de otro hitita llamado Elón.
35Estas dos mujeres trajeron muchos disgustos a Isaac y a Rebeca.[#26,35: Las mujeres hititas, adoradoras de otros dioses, representaban, a los ojos de Isaac y de Rebeca, un peligro para la fe de sus descendientes. Ver 24,3-4.]