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1Por aquel entonces llegaron algunos de Judea que trataban de imponer a los hermanos esta enseñanza:[#Gn 17,10-14; Lv 12,3; Ga 5,2.]
—Si no se circuncidan conforme a la prescripción de Moisés, no podrán salvarse.
2Esto originó graves conflictos y discusiones al oponérseles Pablo y Bernabé. Se decidió entonces que Pablo, Bernabé y algunos otros fueran a Jerusalén para consultar con los apóstoles y demás dirigentes acerca de este asunto.[#(ver 9,26-30; 11,30; 18,22; 21,15; Ga 1,18; 2,1).]
3Provistos, pues, de lo necesario por la iglesia de Antioquía, atravesaron Fenicia y Samaría, refiriendo cómo también los no judíos se convertían, noticia esta que causó gran alegría a todos los hermanos.
4Llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y demás dirigentes, a quienes comunicaron todo lo que el Señor había hecho por medio de ellos.[#14,27.]
5Pero algunos miembros del partido fariseo que habían abrazado la fe intervinieron para decir:
—A los no judíos debe imponerse como obligatoria la circuncisión, así como la observancia de la ley de Moisés.
6Los apóstoles y los demás dirigentes se reunieron en asamblea para examinar esta cuestión.
7Después de un largo debate, tomó Pedro la palabra y les dijo:
—Ustedes saben, hermanos, que hace tiempo me escogió Dios entre ustedes para que anuncie también el mensaje de la buena nueva a los no judíos, de modo que puedan abrazar la fe.
8Y Dios, que conoce el corazón humano, ha mostrado que los acepta al concederles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros.
9No ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros y ha purificado sus corazones por la fe.[#10,14-15.28.34-35.]
10Así pues, ¿por qué quieren ahora poner a prueba a Dios, imponiendo a los creyentes una carga que ni sus antepasados ni nosotros mismos hemos podido soportar?[#Ga 2,16; 5,1-3; Ef 2,5-8.]
11No ha de ser así, pues estamos seguros de que es la gracia de Jesús, el Señor, la que nos salva tanto a nosotros como a ellos.
12Toda la asamblea guardó silencio y se dispuso a escuchar la narración que Bernabé y Pablo hicieron de los prodigios y milagros que Dios había realizado por su conducto entre los no judíos.[#14,27.]
13Al finalizar su relato, intervino Santiago para decir:
—Préstenme atención, hermanos:
14Simón ha contado cómo, desde el principio, Dios se ha preocupado de los no judíos, escogiendo entre ellos un pueblo para sí.[#Za 2,15; Lc 1,68; Rm 11,16-17; 15,8-12; Ef 2,14; 1 Pe 2,10.]
15Esto concuerda con las declaraciones de los profetas, pues la Escritura dice:
16Después de esto volveré
y reconstruiré la derruida casa de David.
Reconstruiré sus ruinas
y la pondré de nuevo en pie.
17Buscarán así al Señor
los que hayan quedado,
junto con las naciones todas
que han sido consagradas a mí .
Así lo dice el Señor
que realiza todas estas cosas,
18por él conocidas desde tiempo inmemorial.[#Is 45,21.]
19Por esta razón —continuó Santiago—, estimo que no deben imponerse restricciones innecesarias a los que, no siendo judíos, se convierten a Dios.
20Pero ha de indicárseles por escrito que se abstengan de contaminarse con los ídolos, así como de toda clase de inmoralidad sexual, de alimentarse de sangre y de comer carne de animales ahogados.[#15,29; 21,25 (ver Lv 17,10-14).]
21Porque en esas mismas ciudades hay desde hace ya mucho tiempo quienes leen y proclaman la ley de Moisés en las sinagogas todos los sábados.[#12,15.]
22Entonces los apóstoles y los demás dirigentes, con la aprobación de toda la Iglesia, decidieron escoger algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía junto con Pablo y Bernabé. Eligieron a dos hombres de prestigio entre los hermanos: Judas Barsabás y Silas,
23a quienes encomendaron entregar esta carta:
«Los apóstoles y los demás hermanos dirigentes envían saludos a sus hermanos no judíos de Antioquía, Siria y Cilicia.
24Hemos tenido conocimiento de que algunos de aquí, sin autorización por nuestra parte, los han inquietado a ustedes y los han preocupado con sus enseñanzas.[#15,24: Bastantes mss., aunque no los más antiguos y mejores, añaden:; #15,1 (ver Ga 2,4.12; 5,7).]
25Por tal motivo hemos resuelto por unanimidad escoger unos delegados y enviárselos junto con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
26quienes se han dedicado por entero a la causa de nuestro Señor Jesucristo.
27Les enviamos, pues, a Judas y a Silas, que les transmitirán de viva voz lo que les decimos en esta carta.
28Es decisión del Espíritu Santo, y también nuestra, no imponerles otras obligaciones, aparte de estas que juzgamos imprescindibles:
29abstenerse de lo que haya sido sacrificado a los ídolos, no comer carne de animales ahogados, no alimentarse de sangre, y no cometer ninguna clase de inmoralidad sexual. Ustedes harán bien en prescindir de todo esto. Queden con Dios».[#15,20.]
30Los delegados se pusieron en camino y llegaron a Antioquía, donde reunieron a la comunidad y entregaron la misiva.
31La lectura de su contenido proporcionó a todos gran alegría y consuelo.
32Judas y Silas, que poseían el don de profecía, conversaron largamente con los hermanos con el fin de animarlos y fortalecerlos espiritualmente.[#11,27.]
33Después de pasar con ellos algún tiempo, fueron despedidos con mucho afecto por los hermanos y regresaron al punto de partida.[#15,33: Algunos mss. griegos añaden el v. 34 que dice: Y algunos otros mss. añaden también:]
35En cuanto a Pablo y Bernabé, permanecieron en Antioquía, enseñando y proclamando, junto con otros muchos, el mensaje del Señor.[#14,28.]
36Pasado algún tiempo, dijo Pablo a Bernabé:
—Deberíamos volver a todas las ciudades en las que anunciamos el mensaje del Señor, para visitar a los hermanos y ver cómo marchan.
37Bernabé quería que Juan Marcos los acompañara.[#4,36; 12,12; 13,13.]
38Pablo, sin embargo, opinó que no debían llevar en su compañía a quien los había abandonado en Panfilia renunciando a colaborar con ellos en la tarea apostólica.
39Esto provocó entre ambos tan fuerte discusión, que llegaron a separarse. Bernabé tomó consigo a Marcos y se embarcó para Chipre.
40Pablo, por su parte, escogió como compañero a Silas y, una vez que los hermanos le encomendaron a la protección del Señor, emprendió la marcha.[#14,26.]
41Inició su recorrido por Siria y Cilicia, donde confirmó en la fe a las iglesias.