ÉXODO 1

ÉXODO 1

I. La salida de Egipto (1,1–15,21)

Origen de Israel como pueblo

1Estos son los nombres de los israelitas que llegaron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia:

2Rubén, Simeón, Leví, Judá,

3Isacar, Zabulón, Benjamín,

4Dan, Neftalí, Gad y Aser.

5Los descendientes de Jacob eran en total setenta personas, incluyendo a José, que ya estaba en Egipto.[#1,5: La versión griega de los LXX, un manuscrito de Qumrán y Hch 7,14 indican que las personas eran setenta y cinco.]

6José murió y también sus hermanos y toda aquella generación.[#Gn 50,26.]

7Como los israelitas eran fecundos, se multiplicaron sobremanera, se hicieron fuertes y llenaron el país.[#Gn 47,27.]

Padecimientos de los israelitas en Egipto

8Subió por entonces al trono de Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José,

9y dijo a su pueblo:

—¡Dense cuenta de que los israelitas se están multiplicando y haciéndose más fuertes que nosotros!

10Actuemos sabiamente respecto a ellos, no sea que sigan multiplicándose y, en caso de guerra, se pongan del lado de nuestros enemigos, luchen contra nosotros y se marchen del país.

11Entonces les impusieron capataces que los sometían a trabajos muy duros. Y así fue cómo construyeron para el faraón las ciudades de almacenamiento de Pitón y Ramsés.[#1 Re 9,19; 2 Cr 16,4; 32,28.]

12Pero cuanto más los oprimían, más crecían y se extendían, hasta el punto que los egipcios empezaron a considerarlos un serio problema.

13Por eso, los egipcios sometieron a los israelitas a una cruel esclavitud.

14Les hicieron la vida insoportable con trabajos rudos: hacer barro, fabricar adobes, y toda clase de labores del campo. Todos estos trabajos se los impusieron con malos tratos.

15Además, el rey de Egipto habló con Fuá y Sifrá, comadronas de las hebreas,

16y les dijo:

—Cuando asistan a las hebreas en sus partos, presten atención al sexo del recién nacido; si es niño, mátenlo; si es niña, déjenla vivir.

17Pero las comadronas desatendieron, por respeto a Dios, la orden dada por el rey de Egipto, y dejaron vivir también a los niños.

18Entonces el rey de Egipto las mandó llamar y les preguntó:

—¿Por qué han actuado así? ¿Por qué han dejado con vida a los niños?

19Ellas le respondieron:

—Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; son como animales salvajes y dan a luz antes de que llegue la comadrona.

20Por eso Dios premió a las comadronas. El pueblo siguió creciendo y haciéndose cada vez más poderoso;

21en cuanto a las comadronas que habían sido fieles a Dios, fueron agraciadas con una familia numerosa.

22Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo:

—Arrojen al río a todos los niños hebreos que nazcan; a las niñas déjenlas vivir.

La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain