SANTIAGO 5

SANTIAGO 5

El peligro de la riqueza

1Ustedes, los ricos, lloren y giman a la vista de las calamidades que se les van a echar encima.[#Is 5,8-10; Jr 5,26-30; Am 8,4-8; Lc 6,24.]

2Su riqueza está podrida; sus vestidos están apolillados.[#Sal 21,9; Mt 6,19-20.]

3Hasta su oro y su plata están siendo presa de la herrumbre, que testimoniará contra ustedes y devorará sus cuerpos como fuego. ¿Para qué amontonan riquezas ahora que el tiempo se acaba?

4Miren, el salario defraudado a los jornaleros que cosecharon los campos que les pertenecen a ustedes está clamando, y sus clamores han llegado a los oídos del Señor del universo.[#Gn 4,10; Sal 18,6; Lv 19,13; Dt 24,14-15; Ml 3,5.]

5Ustedes han vivido con lujo en la tierra, entregados al placer; con ello se han engordado para el día de la matanza.

6Han condenado y asesinado al inocente que ya no les opone resistencia.

Invitación a la paciencia

7En cuanto a ustedes, hermanos, esperen con paciencia la venida gloriosa del Señor. Como espera el labrador el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente que lleguen las [lluvias] de otoño y primavera,[#Dt 11,14; Jr 5,24; Jl 2,23.]

8así ustedes tengan paciencia y buen ánimo, porque está próxima la venida gloriosa del Señor.[#Mt 24,3.24.37; Rm 13,11-12; Flp 3,20; 4,5; 1 Ts 2,19; 4,15; 5,23; 2 Ts 2,1; Heb 10,25; 1 Pe 4,7.]

9No se quejen, hermanos, unos de otros, para que no sean condenados; el juez ya está a las puertas.[#Mt 24,33.]

10Como ejemplo de sufrimiento y de paciencia, tienen a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.[#Mt 5,12; 23,29-31; 1 Ts 2,15; Heb 11,32-38.]

11Consideramos dichosos a los que supieron mantenerse firmes. Más aún, ustedes tienen conocimiento de la firmeza de Job, y ya ven el feliz desenlace a que lo condujo el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso .[#Dn 12,12; Jb 1,20-22; 2,10; 42,10-17; Ex 34,6; Sal 86,15; 103,8; 111,4; 145,8.]

12Pero, ante todo, hermanos, no juren ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento. Cuando digan «sí», sea sí; y cuando digan «no», sea no. De ese modo no incurrirán en condenación.[#Mt 5,34-37 .]

13¿Sufre alguno de ustedes? Que ore. ¿Está gozoso? Que alabe al Señor.[#1 Co 14,15; Ef 5,19-20; Col 3,16-17; 1 Ts 5,17.]

14¿Ha caído enfermo? Que mande llamar a los presbíteros de la Iglesia para que lo unjan con aceite en el nombre del Señor y hagan oración por él.

15La oración hecha con fe sanará al enfermo; el Señor lo restablecerá y le serán perdonados los pecados que haya cometido.

16Reconózcanse, pues, mutuamente sus pecados y oren unos por otros. Así sanarán, ya que es muy poderosa la oración perseverante del justo.[#Esd 9,5-15; Dn 9,4-20; Mt 3,6; Hch 19,18.]

17Ahí tienen a Elías, un ser humano como nosotros: oró fervientemente para que no lloviese, y durante tres años y seis meses no cayó una gota de agua sobre la tierra.

18Luego volvió a orar, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.[#1 Re 18,42-45 (ver Gn 18,22-32; Ex 32,11-14.30-32; Jr 14,11; 18,20; Am 7,2.5).]

Recomendación final

19Hermanos míos, si uno de ustedes se aleja de la verdad y otro lo vuelve al buen camino,

20sepan que aquel que convierte de su extravío a un pecador, lo salvará de la muerte y alcanzará el perdón para un sinfín de pecados.[#1 Tm 4,16; 1 Pe 4,8; 1 Jn 5,16 (ver Ez 3,20-21; Pr 10,12).]

La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain