SALMOS 39

SALMOS 39

Solo vanidad es el ser humano

1Me dije: «Mis pasos vigilaré

para no pecar con mi lengua;

en mi boca pondré una mordaza

cuando esté ante mí el malvado».

2Guardé un completo silencio,

quedé totalmente callado,

pero mi dolor crecía,

3ardía mi corazón dentro de mí;

de tanta angustia me iba inflamando

hasta que mi lengua rompió a hablar:

4«Señor, hazme saber mi fin

y cuánto va a durar mi vida,

hazme saber lo efímero que soy».

5Concedes a mi vida unos instantes,

mi existencia no es nada para ti.

Solo es vanidad el ser humano, [Pausa ]

6una sombra fugaz que deambula,

que en vano se angustia

acumulando riquezas

que no sabe para quién serán.

7Dios mío, ¿qué puedo esperar yo?

Solo tú eres mi esperanza.

8Líbrame de todos mis pecados,

no me conviertas en burla del necio.

9Guardo silencio, no abro mi boca,

porque eres tú quien lo ha hecho.

10Aparta de mí tus golpes,

que por la ira de tu mano muero.

11Corriges a los seres humanos

castigando sus culpas;

como la polilla destruyes sus encantos,

pues solo es vanidad el ser humano. [Pausa ]

12Señor, escucha mi oración,

presta oído a mi grito;

no seas sordo a mi llanto

pues soy un huésped que habita contigo,

un forastero como mis antepasados.

13Concédeme poder serenarme

antes de que me vaya y deje de existir.

La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain